Karina Garcia Carmona (facebook personal)
MÉXICO-
Entrevista de Leopoldo Cervantes Ortiz ante la inminente ordennación pastoral de Karina Garcia Carmona.
Hola, Karina. Ante tu inminente ordenación como pastora de la Iglesia Luterana Mexicana (ILM), ¿cómo visualizas el horizonte de desarrollo de tu ministerio?
He trabajado como pastora laica desde hace cuatro años, mi horizonte es seguir trabajando y colaborando en el fortalecimiento de la comunidad de fe que acompaño y me acompaña. Colaborar en los retos que se van presentando a la ILM es también parte de mi horizonte de trabajo y servicio. Tengo la esperanza que los pastores y pastoras de nuestra iglesia podamos construir juntos un proyecto integral que responda a las realidades un país tan lastimado como el nuestro.
Alguna vez escribiste un testimonio sobre tus inicios como miembro de iglesia y estudiante de teología. Retroactivamente, ¿cómo valoras hoy aquella experiencia?
Toda experiencia es enseñanza. Parte de lo que aprendí es que una comunidad de fe participativa y comprometida es el elemento fundamental para que cada proceso de cambio pueda realizarse con el consenso adecuado. Es importante el liderazgo, sin embargo, hay que apostar a la vida comunitaria, al hacer y construir en conjunto. Otra cosa que aprendí, es lo importante que es observarnos como pastores y pastoras para no reproducir las estructuras contra las cuales nos pronunciamos.
Háblanos de tu experiencia en estos años posteriores a la terminación de tus estudios y de esta formalización de los mismos.
En el Seminario Luterano Augsburgo me titulé con la elaboración de un curso en línea sobre interpretación de la Biblia para el diplomado en la fe cristiana. Fue todo un reto la realización del curso y para mí fue una gran experiencia, justo el ciclo anterior de cursos en línea, se implementó y el grupo reaccionó muy bien al material. Espero poder mejorarlo y corregirlo en el futuro.
En el ámbito teológico y pastoral, ¿quiénes han sido tus modelos, a quiénes admiras y por qué?
David Brondos es en definitiva un nombre que no quiero dejar de mencionar, pues me enseñó a amar la teología luterana y a entenderla en profundidad. Él fue quien me enseñó acerca de la gracia y de la paz integral. Ángela Trejo, amiga y compañera de camino, el profesor Moisés Pérez, Roberto Chávez.
¿Te consideras una teóloga feminista convencional o alguien con una visión más integradora y dialogante? ¿Qué opinas de ese movimiento actualmente?
El movimiento feminista es pertinente y necesario. Nuestro país vive un aumento aterrador de feminicidios que, podemos pensar, es la punta del iceberg que muestra los índices de violencia que vivimos las mujeres en este país. Hay mucho que decir sobre este tema, sobre las desigualdades que sufrimos las mujeres y sobre un sistema patriarcal que seguimos padeciendo y reproduciendo. No hay paz sin justicia, no hay justicia sin igualdad de derechos y oportunidades de vida y desarrollo.
Por otro lado, no sé si me entiendo como teóloga feminista pero si me nombrara como tal, no estaría de acuerdo en referir a la teología feminista como un movimiento o postura que no es integradora y dialogante. Feminismos existen como mujeres en el mundo y eso ya implica un diálogo y la necesidad de integración.
¿Consideras que han avanzado suficientemente los ministerios femeninos en las iglesias protestantes actuales? ¿Qué signos positivos adviertes?
Es una excelente pregunta. No estaría mal organizar algún evento que nos convoque y que juntas podamos establecer algún diagnóstico respecto de los ministerios femeninos y cómo los hemos vivido.
¿Cómo ha tomado tu familia este nuevo logro en tu vida eclesial y teológica?
Están felices por mí. Me aman y apoyan en lo que pueden y agradezco su cariño y acompañamiento en momentos duros.
¿Qué mensaje darías a aquellas mujeres que en iglesias no tan abiertas al trabajo femenino desean formarse teológicamente para servir dentro y fuera de las mismas?
Que lo hagan. Si quieren servir, si quieren aprender, si quieren hacerlo, nada les impide hacerlo. Sospechen, miren críticamente la realidad, confieran autoridad y poder a quien respete su autonomía, valore sus dones y las invite a la duda y al diálogo entre iguales. La imposición no es pastoral, la negación del valor del otro o de la otra no es humano ni hermano. Hagan lo que les indique su corazón, hagan y tejan desde el corazón y caminen con fe.