Red Ecuménica del CMI propone reflexión sobre la sexualidad en las personas con discapacidad

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ARGENTINA-

Por Alejandro Apablaza, para ALC Noticias-

Si la mujer es discapacitada  y de un pueblo originario está en la última mirada de la sociedad”, afirmó el teólogo y psicólogo Norberto Rasch en la Consulta Latinoamericana y Caribe de Género y Discapacidad desde el 7 al 12 de noviembre en Matanzas, Cuba. Organizado por La Red Ecuménica en Defensa de las Personas con Discapacidad (EDAN) es un Programa del Consejo Mundial de Iglesias (CMI).

Háblenos de su vida primero pastor Norberto, ¿cuándo viene esa inquietud de servir a las personas con  discapacidad?

Nací en la Ciudad de Buenos Aires, Mis abuelos emigraron de Alemania después de la primera gran guerra en busca de nuevos horizontes. Crecí en casa de mis abuelos. En mi familia todos trabajaron con sus manos, zapatero, campesino, yesero, maestranza, etc. así es que  siempre tuve manos hábiles para lo que surgiera, tornero, mecánico de precisión, artesano, carpintero, pero finalmente mis inquietudes iban mas allá de aquellas cosas que tanto me gustaban. Mis grupos de referencia siempre habían  estado dentro de la iglesia, y ya habiendo cursado algunos años de ingeniería mecánica decidí dar un paso al costado a la inercia y decidí estudiar teología en. Cursé mis estudios en el Instituto Superior  de Estudios de Teología (ISEDET) en Buenos Aires. Fueron años difíciles de dictadura militar feroz.La teología de la liberación se debatía en las aulas pero se vivía con mucho riesgo en la calle. Finalmente en 1978, año en que nació Matías, mi primer hijo, terminé mis estudios y tras un destino transitorio en Quilmes (BsAs) fui llamado a trabajar en Charata, provincia del Chaco. Al cabo de tres años  (seguía la dictadura militar) y por estar bajo “sospecha” apenas terminada la guerra de las  Islas Malvinas fui llamado a  trabajar en una comunidad en la república del Paraguay.

En aquellas tierras coloradas también había una feroz dictadura así es que al cabo de tres años también fue “conveniente” que me retirara. Fui llamado nuevamente a la Argentina, ahora con gobierno democrático.

Me radiqué en la Ciudad de  Córdoba para hacerme cargo allí de la congregación local de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (de la cual fui pastor  por el término de 16 años) y regresar a las aulas universitarias para  lograr la Licenciatura en Psicología. En ese trascurso del tiempo sobrevino mi divorcio y luego de unos años mi nuevo matrimonio. Mi hijo Matías luego de corto tiempo del divorcio y al formar yo una nueva familia expresó su deseo de vivir conmigo. Al tiempo tuvo un grave accidente en la vía pública. Fue atropellado a la salida del colegio por un trasporte colectivo que se manejaba en forma temeraria. Eso fue hace ya 23 años. Matías, luego de una convalecencias muy larga decidió quedar entre nosotros y lucha día a día en su rehabilitación  para superar las secuelas del accidente que lo dejó discapacitado, obligado a la silla de ruedas, tiene grandes dificultades para comunicarse  por métodos convencionales. Matías se ha transformado en motor de nuestro quehacer y nos contagia día a día el espíritu de lucha, de perseverancia. Nos ha cualificado como personas y como familia.

Antes de estos hechos, la discapacidad no era un tema convocante en mi vida y mi trabajo. Habiendo pasado por estos difíciles momentos  comencé a ver  la importancia del acompañamiento  en todo orden, tanto para las personas con discapacidad como para sus familias y amigos. De todas maneras por un lado había pedido licencia en mi iglesia y por otro no vislumbraba la posibilidad de llevar a cabo ninguna tarea. Un día y casi por “casualidad” establecí contacto con una red para mi desconocida, EDAN, que me convocó a participar de una consulta sobre discapacidad y estrategias dentro de las iglesias (para desarrollar la inclusión). Fue una experiencia impactante, tanto que al regreso junto a un hermano pastor, Bruno Knoblauch, nos pusimos a trabajar  en el diseño de una estrategia  para trabajar el tema de la discapacidad y la inclusión en nuestra iglesia y en todo el Río de la Plata. Para cualificar estos objetivos cursé una Diplomatura en Discapacidad y Desarrollo inclusivo.

Diez años llevamos trabajando el tema en nuestra iglesia y en otras del mundo ecuménico rioplatense, haciendo talleres de sensibilización, cursos, charlas en colegios, universidades grupos de jóvenes, editando materiales diversos, artículos, en fin dando testimonio  y reflexionando acerca de la discapacidad y la necesidad de la inclusión en nuestras comunidades.

Desde ya hace  varios años soy coordinador de EDAN en el Río de la Plata

¿Cuáles fueron los temas de Género y Discapacidad en Matanza, Cuba y qué repercusiones tiene para la región?

En noviembre de 2016  se llevó a cabo en Matanzas, Cuba, una nueva consulta latinoamericana, esta vez sobre Discapacidad y Género. En ella se abordaron distintos aspectos de la relación entre la discapacidad y el género. Se trabajó sobre violencia, sexualidad,  falta de oportunidades, abusos de todo tipo y estrategias en general para ir al encuentro de soluciones.

En lo personal creo que uno de los mayores logros es haber debatido con distintas ponencias y en plenario sobre la sexualidad en relación a la discapacidad. Y al hablar de sexualidad haber introducido como punto del debate las opciones de género más allá de hombre o mujer solamente.

¿Cuáles son, a su criterio, los objetivos logrados?

Los  objetivos de la consulta fuero altamente logrados,  el debate y la unificación de criterios. Esto no es sencillo en una reunión de representantes de 16 países de América, con tres idiomas presentes, con tradiciones de iglesias de las mas diversas: desde históricas  hasta carismáticas, pero con un hermoso espíritu fraterno. Creo que esos objetivos logrados se reflejan al la declaración final, pero con mayor fuerza se notará en el tiempo con los progresos que cada uno pueda lograr en su iglesia y en su espacio de influencia en la sociedad.

Sobre la declaración de EDAN, nos podría decir los aspectos más destacados.

Como cada declaración, ésta es un resumen de trabajo en la cuál todo es importante. En todo caso puedo destacar lo que para mi es lo que sobresale, pero es en referencia a  inquietudes personales, así deseo destacar el hecho que en la declaración aparece  la referencia a las preocupaciones de la sexualidad de las personas con discapacidad.

¿Cómo podemos sensibilizar en nuestros países y en nuestras Iglesias?

En todas nuestras comunidades hace falta  hablar y practicar la inclusión de las personas con discapacidad. El trabajo no es fácil, hay que llegar con espacios de sencibilización, con testimonio, con herramientas de trabajo pedagógico, utilizar en cada lugar posible los medios de comunicación disponibles, no escatimar esfuerzos…caminar y caminar…volver a llamar a la puerta que se cerró en una segunda oportunidad…Es un trabajo puerta a puerta, diríamos en este caso comunidad a comunidad, iglesia a iglesia. No coda otra, si queremos trasformar corazones que se desentienden en corazones inclusivos, debemos perseverar, no claudicar y al tiempo, no muy largo comenzaremos a ver resultados que alegrarán nuestro corazón y alimentarán nuestro espíritu.

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