Líderes religiosos en Irak: “Cuando todos construyen muros, podemos construir puentes”

(CMI)

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SUIZA-

(CMI)-Durante su visita a Iraq del 20 al 24 de enero, una delegación de dirigentes religiosos compartió las conclusiones y recomendaciones de un reciente estudio que analiza las necesidades específicas de las personas desplazadas en Iraq y Siria. La delegación también conoció mejor la situación y los desafíos actuales de los representantes de las comunidades religiosas locales de Iraq, los jefes de las iglesias del país y los jóvenes cristianos.

El padre Emanuel Youkhana, archimandrita de la Iglesia de Oriente que coordina un programa humanitario masivo en Duhok, dijo que la visita de la delegación sirvió “para que quienes sufren aquí sepan que no están solos, que hay personas que se ocupan de ellos, oran por ellos y trabajan en su beneficio”.

Youkhana afirmó que las conversaciones de la delegación con dirigentes políticos contribuyeron a recordar a las autoridades los dones únicos y las necesidades específicas de los más vulnerables. “Aunque hemos sufrido, como iglesia seguimos queriendo desempeñar un papel positivo en la construcción del futuro. Nuestra labor es ahora más necesaria que nunca, porque cuando todos construyen muros, la iglesia puede construir puentes”, dijo.

Un funcionario de las Naciones Unidas en Bagdad contó a la delegación que, a pesar de las presiones de algunas fuerzas militares extranjeras, el Gobierno de Iraq ha reconocido las exigencias del derecho internacional humanitario y ha procedido con cautela en su campaña contra el Estado Islámico.

Lise Grande, coordinadora de la ayuda humanitaria de la ONU para el Iraq, dijo que el Gobierno iraquí ha proporcionado la “inmensa mayoría” de la respuesta humanitaria a los afectados por el conflicto, y que los iraquíes de a pie también han contribuido. “Hay 3700 mezquitas en todo el país que han abierto sus puertas a las familias desplazadas internas. El país entero está apoyando a los desplazados”, dijo a la delegación. “La comunidad internacional está haciendo una parte relativamente pequeña, y tiene problemas para encontrar fondos para ello. Es vergonzoso. Quienes fueron cómplices del caos, quienes fueron directamente responsables como partes del conflicto, no deberían eludir las consecuencias. Si ayudas a destruir un país, tienes que pagar por reconstruirlo”.

“El peso del sufrimiento aquí es casi insoportable”, dijo el Rev. Dr. Christopher Cocksworth, obispo de Coventry en la Iglesia Anglicana (Inglaterra). Y añadió que, cuando vuelvan a casa, varios miembros de la delegación hablarán con sus respectivos gobiernos sobre la necesidad de incrementar la asistencia para la reconstrucción.

“Con el éxito de la campaña contra el Estado Islámico, el país se acerca a una clara encrucijada. Es una oportunidad para que tomen nuevas medidas los dirigentes políticos de Iraq y de aquellas naciones que, como la mía, han tenido una participación a largo plazo en Iraq, incluyendo intervención militar”, dijo Cocksworth, que es miembro de la Cámara de los Lores británica. “Hemos intervenido aquí militarmente, y hemos dejado atrás una situación de caos. ¿Podemos ahora asumir el reto de lograr la paz y crear una coalición para la reconstrucción y la renovación que cuente con el mismo tipo de agresividad y determinación y con niveles de financiación comparables a los de nuestra participación militar?”.

Uno de los encuentros más emotivos de la delegación fue la reunión con jóvenes en Ankawa, un barrio a las fueras de Erbil donde decenas de miles de cristianos desplazados han encontrado refugio. Un joven compartió su frustración con los dirigentes religiosos nacionales, algunos de los cuales, según dijo, habían enviado a sus familias a Europa mientras instaban a los fieles a no abandonar el país.

Lubna Yusef relató a la delegación la lucha de su familia por sobrevivir después de huir de Qaraqosh en 2014. “¿Qué hicimos para merecer esto? Odio viajar y la inmigración, pero hoy, por el bien de mis hijos, si tuviera la oportunidad de emigrar, lo haría”, dijo.

“Si tuviéramos protección en nuestros hogares, esto no ocurriría. Pero ¿cuánto tiempo podemos seguir viviendo donde estamos ahora? Soy joven, pero siento que mi vida está acabada. ¿Y qué pasa con mis hijos? ¿Quién puede garantizar que no venga a destruir la vida de mis hijos algo incluso peor que el Estado Islámico?”, preguntó.

“Nuestros sacerdotes nos dicen que nos quedemos porque este es nuestro país, esta es nuestra civilización. Pero ¿por qué tenemos que empezar de cero una y otra vez? Si voy a Europa o a los Estados Unidos, ¿aceptarán el diploma que tengo de aquí? Por supuesto que no. Así que no nos traigan nada material. No queremos esas cosas. Trabajaré duro y me compraré lo que necesite. Pero no puedo comprar mi vida. Quiero seguridad. Quiero dormir por la noche sin preocuparme por la mañana siguiente”, dijo Yusef. “No queremos que nos ayuden a reconstruir nuestras casas. Lo más importante es que queremos que nos devuelvan nuestra dignidad”.

Una delegación internacional de dirigentes religiosos visitó Iraq del 20 al 24 de enero y se reunió con los máximos dirigentes políticos del Gobierno Federal de Iraq en Bagdad y del Gobierno Regional del Kurdistán en Erbil, con miembros del Parlamento que representan a las comunidades minoritarias, con los jefes de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para el Iraq, con representantes de otras comunidades religiosas de Iraq, así como con los jefes de las iglesias del país y con jóvenes cristianos.

La delegación acogió con satisfacción el compromiso manifestado por los dirigentes políticos, tanto en Bagdad como en Erbil, de preservar la diversidad cultural, étnica y religiosa del país, e instó a los donantes internacionales a dar una respuesta de emergencia para apoyar los esfuerzos destinados a proteger, estabilizar y reconstruir las comunidades y sociedades afectadas.

Con el fin de garantizar el futuro de la diversidad social y religiosa en la región y de evitar nuevas emigraciones masivas de cristianos y otros, la delegación del CMI compartió las conclusiones del estudio “Las necesidades de protección de las minorías de Siria e Iraq”, realizado junto con Ayuda de la Iglesia Noruega y publicado en diciembre de 2016.

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