COLOMBIA-
William Delgado GIl –
La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz denunció nuevas incursiones por parte de nuevos grupos de paramilitares en Jiguamiandó, Pavarandó, Mutatá, Llano Rico, Cetino y Brisas de Curvaradó en en el norte del Departamaneto del Chocó, en límites con Antioquia.
“Ayer (7 de marzo) desde las 10:00 de la mañana más de 40 paramilitares de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia ingresaron a predios del resguardo indígena Urada – Jiguamiandó, en la comunidad de Bidoquera- Ancadía donde estaba una mujer y cuatro niños, manifestando que se iban a quedar en el territorio y que no podían denunciar a nadie de su presencia”, cuentan.
Los hombres con armas largas y cortas, aprovisionados de radios de comunicación y vestidos de camuflado y botas ingresaron por el río Tamboral y se trasladaron a la cabecera del río Pavarandó.
En ese lugar, según información de pobladores afromestizos e indígenas se encontraban más de un centenar de neoparamilitares.
Desde este lugar los paramilitares están desarrollando las operaciones de control del resguardo indígena Urada Jiguamiandó y del territorio de las comunidades negras de Jiguamiandó.
Los neoparamilitares están planteando iniciar el control de la finca Santa Rosa, en Puerto Lleras; en la Loma en torno a la Zona Humanitaria de Nueva Esperanza, y otro punto en el peaje a Urada hacia Pavarandó.
Desde el año pasado, las comunidades indígenas y afros han venido denunciando la presencia neoparamilitar en el entorno del territorio de Jiguamiandó en Pavarandó, Mutatá, Llano Rico, Cetino y Brisas de Curvaradó.
El transfondo de la existencia del paramilitarismo ha sido, es y será la posesión de la tierra, puesto que en este país es demasiado inequitativa, el coeficiente de GINI alcanzó el 0.82 el año pasado; lo que nos coloca en el primer lugar en América, además es el segundo en el mundo en desplazamiento interno.
Fuente: GospelNoticias.Com