Convertir los planes en acciones para prevenir la incitación a la violencia

Fotografía: Servicio de Información de las Naciones Unidas (SINU) en Viena/Lilia Jiménez-Ertl

Fotografía: Servicio de Información de las Naciones Unidas (SINU) en Viena/Lilia Jiménez-Ertl

SUIZA-

(WCC)- Se ha dado un nuevo paso para prevenir la incitación a la violencia que podría dar lugar a crímenes atroces el martes de esta semana cuando dirigentes religiosos y otros actores dieron comienzo a una reunión de tres días en Viena para hablar de la aplicación del Plan de Acción para esa prevención.

El Plan de Acción, que fue presentado por el secretario general de la ONU en julio del año pasado, es el resultado de un proceso que comenzó con una primera consulta sobre este asunto celebrada en Fez (Marruecos) en 2015.

El primer día de la reunión de Viena se centró en medidas concretas para aplicar el Plan de Acción a escala nacional y local. Los más de cien participantes estuvieron ampliamente de acuerdo en que dar participación a los jóvenes debe ser un aspecto clave a la hora de prevenir la violencia y promover los derechos humanos, la justicia y la paz en todos los lugares.

A las palabras de bienvenida de la embajadora Christine Stix-Hackl y de altos cargos de los organismos organizadores: las Naciones Unidas, el Consejo Mundial de Iglesias, la Red de Pacificadores Religiosos y Tradicionales y el Centro Internacional de Diálogo (KAICIID), siguieron sesiones en las que se evaluó el proceso de Fez y se prestó especial atención a la aplicación del Plan de Acción.

En su discurso de bienvenida, el director de la Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales del CMI, Peter Prove, hizo hincapié en que el proceso de aplicación es el paso más decisivo de cara a obtener resultados concretos del proceso de Fez. Asimismo subrayó que el reto y la responsabilidad que el Plan de Acción supone para los dirigentes y agentes religiosos son más urgentes e importantes que nunca.

“Está claro que no hay margen para la complacencia en un contexto en el que se siguen promoviendo las ideologías extremistas que dieron lugar a grupos extremistas”, explicó Prove.

A continuación, destacó la larga experiencia de colaboración positiva del CMI con diferentes grupos religiosos que promueven el diálogo y la paz, y acogió con beneplácito el creciente interés de la ONU por colaborar con organizaciones religiosas.

La asesora superior de cultura del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Azza Karam, que moderó la sesión sobre la aplicación del Plan de Acción, señaló que el compromiso diligente y sostenido de los dirigentes religiosos puede marcar la diferencia.

“Resulta inspirador ver el gran sentido de comunidad y propósito compartido que, para mí, atestigua el proceso de convocatoria sistemática. Espero más colaboración y, si las iniciativas se materializan, en el plazo de un año tendremos un banco de recursos sobre religión y construcción de la paz, un importante cuadro de mediadores religiosos bien formados y una serie de planes y programas de coexistencia interreligiosa”, concluyó.

Aplicar el Plan de Acción implica algunos desafíos, en los que los contextos locales y la participación comunitaria determinarán la mejor manera de adaptar el plan para obtener el máximo impacto.

“El plan ya es la destilación de las experiencias de todos los participantes del proceso de Fez: una panorámica de las mejores prácticas. El plan debe inspirar, fortalecer y basarse en el trabajo que ya está en marcha, en el que el apoyo y la participación de las autoridades gubernamentales serán fundamentales”, concluyó Prove.

Aplicación del Plan de Acción para Líderes y Agentes Religiosos de Prevención de la Incitación a la Violencia que Podría Dar Lugar a Crímenes Atroces (en inglés)

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *