Declaración de la FUMEC-ALC en relación a la VIII Cumbre de las Américas

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PERÚ-

La VIII Cumbre de las Américas, organizada por la Organización de los Estados Americanos (OEA), fue celebrada del 13 al 15 de abril en la ciudad de Lima. El tema de la cita “Gobernabilidad democrática frente a la corrupción”. “Consideramos que éste resulta un tema pertinente en medio de una América Latina que necesita cada vez más unidad y dignidad de sus pueblos y gobiernos para hacer frente a la injerencia imperialista que continúa socavando la soberanía de nuestros países. Resulta además necesario que las juventudes cumplan su rol profético en medio de esta coyuntura, denunciando las injusticias y afirmando la esperanza en el Dios de la vida plena para todos”, dice la Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos Aca Latina y Caribe-FUMEC ALC.

La Declaración completa de FUMEC:

Como Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos para América Latina y el Caribe, declaramos que:

– La FUMEC ALC en su rol histórico en la promoción de la denuncia y la propuesta profética y en la certeza de la justicia del reino de Dios rechaza todo acto de corrupción en cualquiera de sus formas.

– La corrupción debe ser abordada de manera crítica desde una perspectiva ética que acompañe la reflexión y no de manera superficial o particular que la limite únicamente a hechos de la historia reciente. Debemos develar el rostro histórico de la corrupción que ha atravesado la construcción de nuestros Estados, culturas y relaciones con el poder económico. En una perspectiva crítica podemos decir que la corrupción forma parte de la historia de colonización que enfrentan cada día nuestros pueblos, que son víctimas de un sistema que desata la exclusión, la pobreza, la explotación de los recursos naturales, la propagación de una cultura del consumo, y la meritocracia individualista. Frente a este sistema de muerte, Dios nos invita a vivir relaciones de respeto, cuidado, sororidad, misericordia.

– La FUMEC ALC promueve en su misión los valores democráticos y la perspectiva de los derechos humanos, incluyendo los derechos sociales, económicos y ambientales, entendiendo la democracia en un sentido amplio de participación de los pueblos en las decisiones que apuntan a la construcción de sociedades justas y equitativas. Sin embargo rechazamos las imposiciones que secuestran los términos y las palabras y les dan un sentido parcializado, en pos de los intereses geopolíticos y económicos de unos con respectos a otros, los cuales no son ingenuos o desinteresados.

– Consideramos que en muchos de los países latinoamericanos que defienden este modelo de cercamiento geopolítico y en donde los medios y el poder judicial toman la lucha anti corrupción como una bandera política partidista, las mayorías no tienen un poder real en los procesos de transformación social, porque hay una minoría que controla la economía, los medios de comunicación, las decisiones políticas y el poder judicial. Así, el discurso a

favor de la democracia y en contra de la corrupción en el marco de esta Cumbre se torna doble racero, al excluir y cuestionar a países como Venezuela y Cuba, mientras que por otra parte se justifican políticas de dominación y neo colonialismo tanto del poder económico real como de países con intenciones históricas en la región, como las que Estados Unidos mantiene en el mundo y en especial sobre nuestra América Latina a través de bloqueos, sanciones económicas, presencia de sus bases militares, apoyo a grupos terroristas, etc.

– En el uso simple y no complejo e histórico de términos como democracia o corrupción nos encontramos con estos estándares parcializados que se han usado para justificar cualquier tipo de atropello a la democracia y al estado de derecho, con golpes institucionales, parlamentarios y judiciales que vienen ocurriendo desde el 2009 hasta la fecha, incluyendo Honduras, Paraguay, Brasil. En adición a esto, queremos referirnos a la judicialización de la política y el abuso del poder judicial atado a medios de comunicación monopólicos que poco apuntan a la justicia o a la lucha contra la corrupción, sino a la inestabilidad, como lo recientemente ocurrido en Brasil con el impeachment de la presidenta Dilma Rouseff o el encarcelamiento sin pruebas del expresidente Ignacio LulaDa Silva.

– Condenamos el ataque militar contra Siria que ha decidido lanzar el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, junto a Gran Bretaña y Francia, por considerarlo una violación al derecho internacional que traerá más guerra, desestabilización económica, pobreza y sufrimientos, en especial para civiles que nada tienen que ver con esta guerra absurda. La fuerza y la violencia no garantizan el bienestar y la estabilidad. Frente a estas posiciones, creemos en el Dios que nos ha prometido y nos da su paz, invitándonos a ser pacificadores.

– Resulta indignante que la OEA a través de su Secretario General Luis Almagro, cuestione y se encarnice con algunos de los países de la región porque estén reñidas con su entendimiento de la democracia y deje pasar por alto otro tipo de barbaridades que atentan contra el estado de derecho y la paz de las naciones. De esta manera muestra su servilismo a Estados Unidos, al pedir apoyo para el ataque que ha perpetrado el presidente Donald Trump y los aliados Gran Bretaña y Francia contra Siria.

Ante estas realidades afirmamos que Dios es justicia y nos libera de cualquier forma de dominación. Confiamos en su promesa contenida en nuestro libro sagrado: “Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; santo es su nombre, Y su misericordia es de generación en generación… Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y a los ricos despidió vacíos” (Lucas 1:49-53)

 

Sarahí García Gómez – Presidenta de la FUMEC-ALC

Dianet de la Caridad Martínez Valdés– Presidenta del MEC de Cuba y miembro del Comité Ejecutivo Mundial de FUMEC

Delegadas de la FUMEC a la VIII Cumbre de las Américas.

Marcelo Leites – Secretario Ejecutivo FUMEC ALC

y todas.

 

Consideramos que éste resulta un tema pertinente en medio de una América Latina que necesita cada vez más unidad y dignidad de sus pueblos y gobiernos para hacer frente a la injerencia imperialista que continúa socavando la soberanía de nuestros países. Resulta además necesario que las juventudes cumplan su rol profético en medio de esta coyuntura, denunciando las injusticias y afirmando la esperanza en el Dios de la vida plena para todos

y todas.

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