Denuncian invasión de tierras declaradas propiedad de la agrupación indígena Ayoreo Totobiegosode

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PARAGUAY

Aministia internacional emitió un llamado de Acción urgente ante la invasión de tierras que el pueblo indígena ayoreo-totobiegosode reclama como su territorio ancestral en el departamento de Alto Paraguay, en el norte del país. Esta invasión amenaza la supervivencia de los indígenas que viven en aislamiento voluntario en esta zona, afirman.

Durante una inspección llevada a cabo el 21 de octubre, el pueblo indígena ayoreo-totobiegosode verificó que el propietario de la finca vecina, una empresa ganadera, estaba construyendo una valla en la tierra que los indígenas reclaman como parte de su territorio ancestral. Ese trozo específico de tierra fue inscrito en 1997 como el número de propiedad RO3 236 de los ayoreo-totobiegosode en el departamento de Puerto Casado, Alto Paraguay, Chaco.

Según la organización indígena Gente, Ambiente y Territorio (GAT), en 2012 la Secretaría del Ambiente (SEAM) otorgó una licencia por la que permitía a la empresa vecina explotar una extensión de tierra que incluía parte de la propiedad número RO3 236 de los ayoreo, y que es mayor que la tierra que la empresa posee legalmente. Esta situación pone a los jonoine–urasade, un grupo de los ayoreo-totobiegosode que vive en aislamiento voluntario, en un peligro especialmente grave, dado el riesgo de contacto no deseado, deforestación adicional y degradación
irreversible de su territorio natural, y amenaza su sustento y su supervivencia cultural y física.

El 21 de octubre, los representantes legales de los ayoreo-totobiegosode presentaron una denuncia formal por la invasión de la tierra que es propiedad legal de los indígenas y reclamaron la detención inmediata de la construcción de la valla. En 2013 se presentaron ante la fiscalía otras tres denuncias formales en las que se denunciaba una situación similar. Hasta el momento no se ha recibido ninguna respuesta satisfactoria de las autoridades.

Escriban inmediatamente, en español o en su propio idioma, instando a las autoridades paraguayas a:
– proteger los territorios que son propiedad legal de los ayoreo-totobiegosode y tomar las medidas necesarias para otorgar reconocimiento legal y protección al resto de sus tierras ancestrales, territorios y recursos naturales;
– tomar medidas inmediatas para impedir la entrada de cualquier persona o grupo en el territorio en el que viven los indígenas en aislamiento voluntario, y para impedir cualquier modificación de sus recursos naturales;
– abstenerse de conceder licencias para actividades relacionadas con la extracción de recursos naturales, incluidas la deforestación, la ganadería y la industria agroalimentaria, en zonas con presencia de pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial;
en el caso de que actualmente existan licencias o autorizaciones para llevar a cabo esas actividades, revisar sus términos con el fin de determinar qué modificaciones son necesarias para garantizar que se respetan plenamente los derechos de los pueblos indígena.

Según el informe El Caso Ayoreo, publicado en 2009 por la Unión de Nativos Ayoreo de Paraguay (UNAP), los indígenas ayoreo viven en lo que ahora es el sur de Bolivia y norte de Paraguay. En Paraguay, la mayoría han sido contactados y expulsados de sus territorios en la selva durante los últimos 50 años. En la actualidad viven en 19 asentamientos en el norte del país. Dos de
esos asentamientos los compone el grupo local totobiegosode, cuyo contacto con la sociedad no indígena es más reciente y que, por tanto, está en una situación más vulnerable. En el territorio ancestral de los ayoreo, al menos seis grupos, uno de ellos perteneciente a los totobiegosode, viven en aislamiento voluntario y siguen practicando su forma de vida nómada tradicional.

Desde finales de la década de 1950, enormes extensiones del territorio ayoreo tradicional se dividieron en parcelas y se vendieron a empresas ganaderas y de industria agroalimentaria, así como a empresas de prospección petrolífera, entre otras. Los expertos han señalado la expansión de la frontera agrícola, contraria a las leyes medioambientales, y la formación de nuevos
ranchos como las principales amenazas para los pueblos indígenas que viven en aislamiento voluntario en Paraguay.

El garantizar los derechos humanos de los pueblos indígenas que viven en aislamiento voluntario es especialmente importante, dada su situación única de vulnerabilidad y el hecho de que no pueden defender sus propios derechos. En virtud del derecho internacional, los Estados deben garantizar el derecho de los pueblos indígenas a la tierra, los territorios y los recursos naturales, así como su derecho a permanecer aislados, derechos fundamentales para su supervivencia física y cultural.

Paraguay ha ratificado el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales y ha apoyado la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que exige el reconocimiento de los derechos de estos pueblos a sus tierras ancestrales, a los recursos naturales y a la libre determinación. También ha ratificado el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que reconocen el derecho a la libre determinación, y ha ratificado asimismo la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio.

Puede firmar la petición aquí

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