COSTA RICA
Texto completo: Marcos 1:40-45.
«Se acercó entonces a Jesús un leproso y, poniéndose de rodillas, le suplicó: — Si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad. Jesús, conmovido, extendió la mano, lo tocó y le dijo: — Quiero. Queda limpio.».
(Marcos 1:40-41)
Jesús combina su poder con su querer; su capacidad de hacer algo con su voluntad de hacerlo. Otro mundo tendríamos si los que pueden aportar a su transformación también quisieran hacerlo. Pueden, pero no quieren. Por eso, los grandes cambios ―de la sociedad, de la Iglesia y de la familia― estan en manos de los que quieren, aunque crean que no tienen poder para hacerlo. ¡Estos últimos son los verdaderos agentes de transformación!