Masacre a estudiantes cristianos: exigen no olvidarlos

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KENIA

La Universidad de Garissa es el centro universitario del este de Kenia, contando con una población de 815 estudiantes. Fuentes oficiales registran hostigamientos a esta casa de estudios en 11 ocasiones, el último, el atroz ataque que se cobró 148 vidas.

Un total de 533 estudiantes de la universidad están siendo reportados como desaparecidos, luego del brutal ataque concretado el jueves pasado por la organización terrorista islámica Al Shabaab.

Durante el atentado del 2 de abril, una decena de hombres armados ingresó en el campus universitario y comenzó a disparar en forma indiscriminada, y al mismo tiempo que detonaron varios artefactos explosivos. Al Shabaab reivindicó la autoría del ataque, y por el caso ya hay cinco detenidos.

La sociedad de Kenia es cristiana en un 80% y celebró la Pascua sumida en el dolor. Las iglesias a través del país estuvieron fuertemente custodiadas y sus celebraciones litúrgicas fueron dedicadas a las personas asesinadas.

“Mataron a mis amigos, pero sé que todos están en el paraíso porque murieron rezando a Jesús”, aseguró uno de los jóvenes sobrevivientes de la masacre. Esta se realizó cuando se celebraba la oración matutina organizada por La Unión Cristiana dentro del campus universitario.

Por su parte, Helen Titus, una joven cristiana, afirmó a agencias internacionales que los terroristas planificaron la operación porque sabían exactamente donde golpear y fueron directamente al aula usada por los cristianos para rezar la oración matutina.

El presidente keniano, Uhuru Kenyatta, anunció tres días de duelo y advirtió: “A pesar de la adversidad, no nos hemos plegado nunca, y jamás nos plegaremos a este tipo de actos, y continuaremos construyendo una nación próspera y segura”.

Horas antes, los shabaab amenazaron a Kenia con una “guerra larga y espantosa” si Nairobi no retira sus tropas de Somalia. Kenia se enfrentará a un “nuevo baño de sangre” si no pone fin a “la opresión”, “las políticas represivas” y “la persecución sistemática de los musulmanes” en Kenia, así como “la ocupación de las tierras musulmanas”, en alusión a Somalia, afirmaron los yihadistas mediante un comunicado.

El creciente número de ataques transfronterizos ha puesto en entredicho la capacidad de las fuerzas de seguridad kenianas para controlar una frontera que discurre a lo largo de 700 kilómetros de zona semidesértica y con una densidad de población muy baja.

No es la primera vez que Al Shabab, cuando perpetra masacres en Kenia, selecciona a sus víctimas, a las que suele obligar a recitar versículos del Corán para tratar de identificar a los musulmanes.

Según el Obispo Coadjutor de Garissa, Monseñor Joseph Alessandro, “hay muchas razones detrás de estos ataques. Los Shabaab afirma que de esta manera quieren obligar al gobierno de Nairobi a retirar sus tropas que están luchando en Somalia. También han presentado reclamaciones territoriales sobre esta parte de Kenia, diciendo que históricamente pertenecía a Somalia”.

Por último “también hay razones económicas, relacionadas con la protección del tráfico controlado por los Shabaab. La motivación religiosa también existe, pero no es la único. Además, en Somalia la población es toda musulmana, y allí los Shabaab también cometen masacres”.

Pese a que Al Shabab insiste en que su objetivo son los cristianos, los yihadistas atentan indiscriminadamente y asesinan constantemente a musulmanes en Somalia.

El grupo terrorista, que se adhirió formalmente a Al Qaeda en 2012 y lucha para instaurar un Estado islámico de corte wahabí en Somalia, volvió a recordar que mantendrá “la guerra” con Kenia mientras dure la presencia de tropas kenianas en territorio somalí.

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Memoria ante el silencio del mundo

internautas de todo el mundo han criticado la escasa movilización internacional ante el ataque contra esta universidad -en el que todas las víctimas han sido kenianas- respecto a otros como el perpetrado contra la revista francesa Charlie Hedbo o incluso el asalto al centro comercial Westgate de Nairobi, donde también murieron numerosos extranjeros.

Pero más allá de la llamada de atención a la opinión pública internacional, las y los kenianos reclaman un cambio en un país demasiado acostumbrado a las matanzas y al miedo.

Bajo la etiqueta “They have names” (“Tienen nombres“), los kenianos han colgado fotos de sus amigos, hijos y hermanos, jóvenes que posan casi siempre alegres sin sospechar que Al Shabab les arrebataría su futuro.

147 not just a number” (“147 no es solo un número“) se ha viralizado en las redes por familiares, amigos y personalidades que les rinden un homenaje en Internet a los fallecidos, lanzando un grito que pretende rescatar del olvido a los 142 estudiantes y seis soldados asesinados. No falta quien lo compara con el caso de los estudiantes de Ayotzinapa, en México.

 

Fuentes: Agencias

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