ARGENTINA-
El próximo sábado 22 a las 18 horas en la Iglesia Presbiteriana San Andrés de Av. Belgrano 579, ciudad de Buenos Aires, se realizará un Culto de Acción de Gracias por los 10 años de la Asociación Bautista Argentina (ABA). Raúl Scialabba, Vicepresidente de ABA, desgrana en estos párrafos, lo que llevó a la conformación de ABA y los valores que la impulsan a continuar.
Hace 10 años un grupo de iglesias y personas decidimos constituir la Asociación Bautista Argentina con el deseo de buscar jerarquizar el lugar de las Escrituras, vivir a diario lo que creemos, como así también compartir y convivir con las prácticas que definen lo singular de nuestra denominación Bautista.
Nos propusimos que esta confraternidad fuera una comunidad que piensa su fe, la articula diariamente en su forma de vida cristiana, echando mano de la educación bíblica y teológica hasta su máxima expresión, disponiéndola para el crecimiento del pueblo de Dios.
Al entrar al tercer milenio el desafío que presentan la globalización y la creciente confusión religiosa de nuestros días, hace indispensable que nuevamente enfaticemos la Palabra de Dios, como un modo de que las iglesias llamadas bautistas reafirmen su identidad denominacional y continúen enseñando creencias y prácticas que no estén reñidas con su historia, afirmando las convicciones que surgen claramente de las enseñanzas reveladas en el Nuevo Testamento.
La Biblia, escrita por hombres inspirados por el Espíritu Santo, es la única norma de fe y práctica que reconocemos. Los bautistas no creemos en nuevas revelaciones y exhortamos a todos los cristianos a definir concretamente su propia identidad a la luz de la revelación de la Palabra de Dios.
Nuestro desafío ha sido y es, el insertarnos en un mundo totalmente globalizado y cambiante, regido por nuevas problemáticas sociales, espirituales y culturales, donde el bombardeo de ofertas religiosas y pseudoreligiosas que quieren arrastrar a descubrir soluciones mágicas e instantáneas para solucionar conflictos.
Nuestro compromiso como cristianos seguirá siendo que la identidad bautista, de nuestras iglesias, pastores, líderes y miembros, sea conocida y reconocida entre quienes nos rodean, por la priorización de la palabra de Dios; una permanente y correcta relación con Dios; un testimonio fiel a Jesucristo; una clara defensa de la vida como bien supremo; un accionar a favor de un sistema de gobierno justo; un fortalecimiento de las relaciones sociales y familiares; una actitud solidaria con los pobres y los que sufren; una lucha constante contra todo tipo de violencia; un desafío permanente y comprometido en el servicio al prójimo que se resuma en ser sal y luz allí donde nos toque actuar.
Con la ayuda de Dios los valores que nos caracterizarán en los próximos años, deberán seguir siendo la proclamación, la esperanza, la creatividad, la compasión, la espiritualidad, la voz profética, el compromiso, la cooperación, la libertad religiosa, el diálogo, la lucha contra todo tipo de discriminación y una defensa irrestricta de los derechos humanos.