NICARAGUA-
Por Trinidad Vazquez-
Ante la gravedad de la sequía que azota el corredor seco en la faja del Pacífico, la iglesia Católica busca un plan acción para auxiliar a miles de familias afectadas duramente al agotarse sus reservas alimenticias por no tener cosechas del primer ciclo de estación lluviosa, a causa del fenómeno del Niño. “El Gobierno lo que está promoviendo y profundizando es la desigualdad”, consideran funcionarios del departamento de justicia y paz de la pastoral Social de Cáritas de Nicaragua.
El padre Uriel Vallejos, Director nacional de Cáritas de Nicaragua y la pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, participó en Roma en un Simposio internacional donde asistieron directores de Cáritas de Centroamérica y se discutió la cruda realidad que viven las familias en el corredor seco del Pacífico, desde Guatemala hasta Panamá.
Para María Lidia Oporta, coordinadora del departamento de justicia y paz de Cáritas, el fenómeno de la pobreza es multicasual. Entre las causas se encuentra la falta de unidad, el desempleo y la exclusión gubernamental.
Según Oporta, el Gobierno del presidente Daniel Ortega es “anticristiano” y utiliza la pobreza de forma partidaria, “son muy partidarios, caritativos y muy proveedores pero con gente de su partido, el FSLN. Las exclusiones que practica el Estado son factores que impulsan a los niños, niñas y familias a salir a las calles en busca de la sobrevivencia”, afirma.
“El Gobierno, con sus políticas de igualdad, está promoviendo la desigualdad”, considera y agrega “La migración cada día se incrementa y la pobreza obliga a emigrar a Costa Rica, Panamá, Estados Unidos y España”.
El Gobierno promueve la exclusión con sus programas sociales y su ideología; no ven la necesidad, da paquetes alimenticios a sus partidarios, dijo el sacerdote Vallejos al Diario la Prensa del 9 de septiembre pasado.
El Gobierno de Ortega anunció que mantiene el programa Hambre Cero (del año 2007), que consiste en un bono productivo que entrega a miles de familias del campo animales de cría, como cerdos, vacas y aves de corral, de manera que puedan utilizar sus derivados para el autoconsumo y la comercialización con otras poblaciones y lograr que no dependan exclusivamente de sus cosechas.