¿Posmodernidad y pulsión autoritaria?

Hilario 2004

ARGENTINA-

Por Hilario Wynarczyk (13 OCTUBRE 2015)-

Unas 65.000 mujeres en la ciudad de Mar del Plata en el feriado largo del 10, 11 y 12 de octubre protestaron contra los femicidios frente a la Catedral. Participantes de una nueva edición anual del Encuentro Nacional de Mujeres, varias de ellas con los pechos descubiertos se apoyaron de espaldas contra las rejas situadas delante de la Catedral, en una forma que permite interpretar la escena como si se tratase tal vez de prisioneras.  Pero al mismo tiempo las enfrentó  un grupo de ultraderecha que rechaza el aborto. Luego intervino la policía que dispersó a las manifestantes con gases y balas de goma porque supuestamente las mujeres le habrían arrojado materia fecal a la policía.

Leídos los hechos a nivel teórico, cabe inferir entre otras cosas, que la posmodernidad (la sociedad líquida de Zygmunt Buman) avanza de un modo abierto y muy descarnado sobre la Iglesia Católica, custodia de “valores tradicionales”, y de muchos gravísimos pecados internos que han tomado recientemente un notable estado público a raíz, precisamente, de la gestión del Papa Francisco Primero. La situación es paradojal. Lo políticamente correcto no permite impedir estas manifestaciones ahora, cuando faltan menos de dos semanas para las elecciones, y el gobierno nacional de la Presidente Cristina Fernández ha sido afín a cambios en temas de bioética entre los cuales uno muy impactante es el reconocimiento del “matrimonio igualitario” o matrimonio entre personas del mismo sexo. Pero al mismo tiempo  –y he aquí tal vez la paradoja– queda bien hacer algo que muestre una especie de adhesión al “Papa celeste y blanco” (“nuestro Papa argentino”) en el contexto de la Provincia de Buenos Aires. En esta provincia el gobernador es Daniel Scioli, y Daniel Scioli tiene la candidatura a la presidencia de la Nación, una candidatura con fuertes señales de llegar a ser la victoriosa, y Daniel Scioli enuncia entre sus argumentaciones electoralistas, que él sigue la agenda del Papa Francisco Primero. Y el teologema de las 3T: Tierra, Trabajo, Techo. Proclamado especialmente en Bolivia por Francisco Primero, cuando visitó recientemente ese país gobernado por un individuo de pertenencia profundamente indígena y latinoamericana, que habla una lengua indígena y gobierna una República.

Así y todo el hecho de que las manifestantes en el curso de sus actividades  hayan pintado las paredes de la Catedral no parece demasiado compatible con ideales de democracia, pluralismo y República. Indica algo así como un atisbo de “pulsión autoritaria” (uso lenguaje de Loris Zanatta, especialista en Iglesia Católica, religión y política en la escena argentina).

 

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