COLOMBIA-
Por William Delgado Gil-
El Referendo “Firme por papá y mamá”, que promueve la senadora Viviane Morales, al cual se han unido las iglesias cristianas, afirma: “como ciudadanos, no podemos permitir que seis magistrados a puerta cerrada tomen decisiones que afecten a todos los colombianos, porque tenemos el derecho a decidir directamente sobre los temas que afectan nuestra vida y nuestros valores”.
Buscan modificar el artículo 44 de la Constitución Política para que en este quede establecido expresamente que la adopción solo se concederá a parejas heterosexuales, es decir, conformadas por un hombre y una mujer.
Pero inmediatamente no podemos dejar de preguntarnos: ¿Acaso esto no va en contra de los derechos de las parejas del mismo sexo? La respuesta no se hace esperar: “No, nosotros reconocemos y respetamos totalmente los derechos que el Estado colombiano les reconoce a las personas que asumen una opción sexual diferente y que desde opción se constituyen como parejas. Pero no estamos de acuerdo con que se les conceda la posibilidad de adoptar”, explicó la senadora cristiana y ex fiscal general de la nación.
A pregunta seguida, quisimos indagar con la legisladora: ¿Y acaso la adopción no es un derecho? “No, la adopción no es un derecho, ni siquiera para las parejas conformadas por un hombre y una mujer. El niño no es un objeto de consumo el cual tengamos derecho a adquirir, para satisfacer una necesidad emocional. La adopción no es un derecho de los adultos sino fundamentalmente un mecanismo de protección de los niños”, explica.
También le pedimos nos explicara el por qué se considera inconveniente la adopción por parte de parejas del mismo sexo. -“Porque no es cierto que no haya ninguna diferencia en la forma ni en los resultados de la crianza de los niños, por parte de parejas del mismo sexo y de parejas conformadas por un padre y una madre. Los estudios que aseveran que no existe ninguna diferencia, no cuentan con los requisitos de tiempo y número de casos que les den la suficiente validez científica. Las adopciones por parte de parejas del mismo sexo, se reconocen básicamente a partir del presente siglo y solo en 19 países del mundo, lo que no permite aún establecer las consecuencias que dicha adopción tendrá en términos sociales, afectivos o en la conformación de una familia, sobre el comportamiento adulto de los niños objeto de dicha adopción”, dice Morales.
La legisladora añade además que “como mecanismo de protección, la adopción debe garantizarle al menor, el derecho al libre desarrollo de la personalidad y esto, de acuerdo con varios estudios, exige que el niño, sobre todo entre los 0 y 3 años, tenga la posibilidad de conocer los roles que les corresponden a cada uno de los sexos y la interacción entre los mismos, ya que es con base en esto que el niño tiene la oportunidad de definir su propia identidad y orientación sexual”.
Añadió que de acuerdo con varios estudios, la presión social, el rechazo, la discriminación y en muchos casos hasta el matoneo de que son víctimas los niños adoptados por parejas del mismo sexo, por cuenta de la condición de sus padres, “somete a estos niños a altos niveles de stress que afectan sensiblemente su desarrollo psicológico y las posibilidades de relacionamiento social”.
Morales dijo además, que en el caso de los niños en situación de adoptabilidad, los cuales por no tener ni siquiera padres, son los más vulnerables entre los vulnerables, y el Estado y la sociedad tienen la obligación de protegerlos y garantizarles las mejores condiciones para su desarrollo.
Finalmente sentenció que “como cristianos reconocemos y respetamos el diseño original de Dios en el que la familia está conformada por un hombre y una mujer”.
El referendo también ha tenido en cuenta la lucha por el derecho a la igualdad, misma que ha estado históricamente asociada a otras dimensiones. Hoy en día Colombia tiene altos niveles de pobreza, baja cobertura en educación superior, una alta tasa de empleos de subsistencia e informalidad laboral, un sistema de salud inequitativo, altos déficit de vivienda y muchas otras problemáticas que han llevado al país a ser uno de los más desiguales de América Latina y el mundo entero. Decir que con esta iniciativa afecta el derecho a la igualdad, desconoce por completo la realidad del país y distrae de las verdaderas causas de la desigualdad que debemos atacar.
Cada vez más niños están buscando consejo médico en cuanto a su identidad de género. Las estadísticas del Reino Unido citadas por Christian Concern muestran un aumento muy significativo en el número de menores de edad pidiendo tratamientos para cambiar de género. El Tavistock y Portman Servicio Nacional de Salud (NHS) Trust es la única clínica en el Reino Unido que proporciona dicho tratamiento. Las peticiones de sus servicios han pasado de 139 en 2010 a 697 en 2014. Según un médico de la clínica, niños de edades tan bajas como nueve y diez años piden recibir medicamentos que bloqueen su desarrollo natural en la pubertad. “A los menores no se les permite conducir hasta sus 17 años, no se puede votar hasta tener 18 y, sin embargo estamos sugiriendo que los niños de sólo 10 años sean capaces de tomar la decisión de embarcarse en una dirección que tiene enormes consecuencias y significado para toda la vida”, expresó crítica la jurista Andrew Marsh, del Christian Concern.
A estos datos, hay que añadirle una situación que se está dando a nivel mundial: Por ejemplo en España, se rompe un matrimonio cada cinco minutos, es decir, se producen siete rupturas por cada diez matrimonios, muy por encima de la media de la UE. Además este dato se produce dentro de una gran caída del número de matrimonios.
Aunado a ésta situación en la que se encuentran las familias, dos de cada tres matrimonios (67,6%) lo hacen exclusivamente por lo civil y además, se está presentando un desmedido crecimiento de la natalidad extramatrimonial: cuatro de cada diez nacimientos son hijos extramatrimoniales. Cada vez hay más parejas de hecho (unión libre).
Pero ¿qué dice la Biblia acerca de la adopción?
La adopción puede ser una amorosa alternativa para padres biológicos, quienes puedan tener una variedad de razones para estar impedidos, así como también puede ser una respuesta a la oración de muchas parejas que no han podido concebir sus propios hijos. La adopción se muestra como algo favorable a través de las Sagradas Escrituras, como una forma en la que Dios usa a la gente para hacer Su voluntad y traerle gloria a Él.
En Éxodo se relata la historia acerca de una mujer hebrea llamada Jacobed, quien dio a luz un hijo durante el tiempo en el que Faraón (el rey) había ordenado que todos los niños varones que nacieran, fueran muertos a fin de controlar la población (Éx.1:15-22). Jacobed tomó un canasto, lo impermeabilizó con asfalto y brea, colocando en él a su bebé y lo dejó en el río. Una de las hijas de Faraón vio el canasto y recuperó al niño. Eventualmente fue adoptado dentro de la familia real y se le puso por nombre Moisés. Él creció y llegó a ser un fiel y bendecido siervo de Dios (Éx.2:1-10).
En el libro de Ester, una hermosa muchacha llamada Ester, quien probablemente fue adoptada por su primo después de la muerte de sus padres, llegó a ser reina y Dios la usó para llevar la libertad al pueblo judío. En el Nuevo Testamento, el Único y unigénito hijo de Dios, Jesucristo, fue concebido por medio del Espíritu Santo, en vez de haber sido a través de la simiente de un hombre (Mt.1:18). Él fue adoptado y criado por el esposo de Su madre, José, quien adoptó a Jesús como su propio hijo.
Una vez que entregamos nuestros corazones a Cristo, creyendo y confiando solamente en Él para salvación, Dios dice que nos convertimos en parte de Su familia –no a través de un proceso natural de concepción humana, sino a través de la adopción. “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Rom.8:15). El integrar a una persona dentro de una familia, por medio de la adopción, es algo hecho por elección y procedente del amor. “…en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos Suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su voluntad.” (Ef.1:5).
Claramente la adopción –tanto en el sentido físico como en el sentido espiritual– es mostrada como algo favorable a la luz de la Escritura. Tanto los que adoptan como los que son adoptados reciben abundante gozo y bendición.
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