MÉXICO-
Por Leopoldo Cervantes-Ortiz-
Luego de un período encabezado por Sara San Martín, de formación metodista, el Centro de Estudios Ecuménicos ha renovado su dirección, la cual recayó en Luisa Guzmán, quien ya colaboraba en la institución. Egresada del Seminario Teológico Presbiteriano de México, y con varios años de colaboración en la Iglesia Congregacional de Guadalajara, Guzmán ha dedicado los últimos e intensos años a la labor de integración y promoción de proyectos comunitarios. Gentilmente aceptó la entrevista que presentamos a continuación.
Estimada Luisa, has sido nombrada recientemente directora del Centro de Estudios Ecuménicos (CEE). ¿Qué representa esto para tu caminar personal y tu experiencia de fe?
Nuestro tiempo, el tiempo en esta historia que vamos trazando, me da oportunidad de servir, de luchar y caminar, de construir un otro ecumenismo que sea posible para vernos, sentirnos en nuestras necesidades y más allá de nuestras diferencias.
Tal nombramiento es algo inédito en la historia de esa institución, pues tu antecesora también es evangélica. ¿Cómo evalúas esta circunstancia?
Hemos construido una institución que valora el aporte de cada persona más allá de lo que se profese, me han dado esta oportunidad no precisamente por ser evangélica sino por el compromiso y experiencia, que no solo tengo yo.
Llevabas ya un tiempo colaborando en el CEE. ¿Qué puedes decir al respecto de los alcances de tu trabajo?
Ha sido necesario en estos cinco años, hasta donde es humanamente posible entender las realidades que los pueblos, comunidades, hombres, mujeres viven en diferentes puntos del país, caminar, acompañar, estar ahí, compartir, reír, celebrar y llorar, en medio de los graves problemas, necesidades y temores que padecen.
En las tareas que has realizado, ¿se percibe algún impacto más visible en las instituciones, espacios o iglesias evangélicas?
En medio de escenarios violentos, en donde la delincuencia organizada ha esclavizado a pueblos enteros, hemos visto como más allá de la iglesia a la que se pertenezca, hombres y mujeres se han comprometido a luchar, cuidar y defender sus territorios, entre ellos y ellas, hermanos de diferentes iglesias evangélicas. El cuidado de la vida nos ha convocado a caminar juntos y juntas.
¿Consideras que la práctica efectiva del ecumenismo en México es más visible en los últimos años y que abarca a más confesiones que antes o aún continúan los prejuicios de otras épocas?
Creo que no conozco un solo espacio honestamente ecuménico, desde mi perspectiva el ecumenismo es una construcción de relaciones de confianza humana, social y política, se recrea en lo posible de hacer juntos y juntas las personas y las iglesias. Pero humanamente hablando, esta es nuestra tarea, construir el ecumenismo que necesitamos para este mundo tan des encontrado, adverso y arbitrariamente colonizado.
Como egresada de un seminario evangélico, donde te conocimos, ¿consideras que esa preparación te ayudó al momento de vislumbrar la amplitud de “ministerios” o formas de servicio dentro y fuera de las iglesias?
Fue el entendimiento del evangelio como una herramienta liberadora la que me dio perspectiva de vida, servir de todas las maneras posibles en todos los espacios posibles, con toda la pasión posible.
¿Cuál ha sido tu experiencia eclesial hasta el momento?
En varios ámbitos: laical, pastoral, magisterial.
¿Qué pensadoras cristianas o teólogas te han servido de inspiración?
Muchas, significativa mi hermana y amiga la Dra. Daysi Machado, siempre inspiradora.
Sabemos que el CEE en los años recientes ha estado muy comprometido ante las difíciles situaciones de violencia que se han presentado en México. ¿Cómo percibes que ha sido la respuesta y la acción de las iglesias o movimientos eclesiales?
La respuesta ha sido muy favorable, poco a poco más comprometida con las víctimas de esta violencia sin sentido, pero alimentada por la ambición y el odio de un sistema injusto.
¿Qué mensaje enviarías a las mujeres que estudian teología o están por hacerlo, a la luz de la cerrazón que prevalece en algunas de ellas para aceptar, formalizar y proyectar su trabajo?
Hermana: las mujeres somos la mitad de cada iglesia, la mitad de cada ciudad, de cada pueblo, tenemos una tarea relevante anti-patriarcal dentro y fuera de las iglesias que es irrenunciable; tenemos también un compromiso: habitar humanamente la tierra. Dios es maravilloso dentro y fuera de la iglesia.