Saludo de las IRA: una paz con justicia es posible

ARGENTINA-

El pastor Gerardo Oberman, por la Junta Directiva de las Iglesias Reformadas en Argentina saluda en estas Fiestas donde la resalta la necesidad de confiar en que la promesa de una paz con justicia es posible.

“Porque nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo, al cual se le ha concedido el poder de gobernar. Y le darán estos nombres: Admirable en sus planes, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe de la paz.” (Isaías 9:6)

Llegando casi al final del año, quiero hacerles llegar en nombre de nuestra Junta Directiva un esperanzado saludo.

Que en las promesas de este tiempo de Adviento podamos encontrar fortaleza para transitar lo que resta de este 2015 y, a la vez, renovar compromisos de cara al año nuevo que pronto iniciaremos.

Al hacer balance del camino recorrido en estos meses, queremos dar gracias a Dios por su solidaria presencia en medio de nuestras comunidades, donde cada semana se ha podido anunciar el evangelio liberador y sanador de Jesús y el amor de Dios Padre-Madre.

También queremos reconocer a cada persona que ha compartido con cariño y generosidad parte de su tiempo, de sus recursos, de sus dones para mantener viva la tarea en cada lugar donde la gracia de Dios nos ha sembrado.

Abrazamos de manera especial a quienes han pasado momentos difíciles en este año, a quienes han perdido a seres queridos o han atravesado pruebas duras. Oramos a Dios para que puedan sentir en sus vidas esa paz que sólo en Jesús podemos conocer; paz que renueva y anima para seguir en camino.

Ha sido éste también un año de debates en torno a los modelos de país que se nos proponían para poder optar en elecciones libres y democráticas por las que debemos estar más que agradecidos. La participación política apasionada no debe ser vista como una amenaza sino como una riqueza, siempre que se encuadre en el respeto y en un disenso propositivo y constructivo.

Elevamos nuestro ruego a Dios para que, ya instalado un nuevo gobierno, pueda seguir construyendo sobre las bases de la justicia, la inclusión social y la equidad.

Desde nuestras iglesias siempre hemos abogado por los derechos de las personas menos favorecidas de nuestras sociedades y seguiremos trabajando para que ese sea también un tema prioritario en cualquier gobierno.

Finalmente no es menos preocupante lo que a nivel global está afectando al mundo en el que vivimos. La industria armamentista que necesita de la generación constante de conflictos junto a los fundamentalismos disfrazados en reivindicaciones religiosas han forzado desplazamientos de millones de personas, han promovido la muerte injusta de muchísimas personas y han destruido casi por completo algunos países.

Más que nunca necesitamos confiar en que la promesa de una paz con justicia es posible. Y necesitamos colaborar con la construcción del Reino de Dios en cada espacio que nos sea ofrecido.

Que en la rememoración de la natividad del niño Jesús, expresión del amor encarnado de Dios hacia sus hijas e hijos, podamos renovar nuestra fe, nuestros sueños, nuestras búsquedas de mundos mejores, nuestros anhelos de espacios de encuentro, de plenitud y de bienestar para toda persona. Que así sea.

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