Desde que en 1908 Paul Watson, episcopal estadounidense, comenzara el Octavario por la Unidad de la Iglesia, viene celebrándose entre las festividades de la Confesión de san Pedro y la de la Conversión de san Pablo, del 18 al 25 de enero, la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en el hemisferio norte. En el hemisferio sur, se celebra en torno a Pentecostés.
Durante una semana, el pueblo cristianos de todas las confesiones ora por la unidad. Las congregaciones y parroquias de todo el mundo organizan encuentros y celebraciones ecuménicas que ponen en evidencia el trabajo conjunto que día a día se desarrolla en distintas ciudades y pueblos.
Para este año los textos de reflexión han sido preparados por el Pontificio Consejo para la promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias. El material puede encontrarse en la web del Consejo Mundial de Iglesias: http://www.oikoumene.org/es/resources/week-of-prayer/
“Bajo el lema ‘Destinados a proclamar las grandezas del Señor’ (1Pe 2,9) los cristianos estamos invitados a dar un testimonio de unidad frente a un mundo que se resquebraja por la división, el fundamentalismo, la violencia y la guerra. Hoy, más que nunca, la Iglesia de Cristo ha de ser constructora de puentes de entendimiento, de cauces de reconciliación y poner en juego todos los instrumentos necesarios para hacer posible la paz entre los pueblos”, dice Rafael Vázquez, delegado diocesano de Ecumenismo de la Diócesis catolica de Málaga, en España.
“Los gestos de cercanía son mucho más efectivos que nuestros discursos teológicos, y un abrazo entre hermanos hace que los corazones derriben las barreras que la razón no logra traspasar”, opina el religioso español, una de las tantas voces del norte que promueven esta celebración.
Fuentes: CMI, Diócesis de Málaga