Las mujeres de Ecuador

María de los Ángeles Roberto, para El Estandarte Evangélico-

Las dos chicas argentinas asesinadas en febrero, en Ecuador, cometieron varios pecados: eran mujeres, eran extranjeras, eran jóvenes, eran libres. Viajaban con sus amigas por el mundo. Cumplían sueños soñados por otras mujeres. Abusaron de ellas, las mataron y después arrojaron a sus rostros embolsados todas las sospechas de la sociedad.

Berta Cáceres también pecó: defendió a su pueblo Lenca en Honduras para que una represa hidroeléctrica no arrasara los territorios de sus antepasados. La amenazaron con violarla, lincharla, atacar a su madre y secuestrar a sus hijas. Persistió en su pecado. Resistió. La mataron el 3 de marzo.

Otra pecadora, Susana Chávez Castillo, escribió un poema con un verso que se convirtió en lema: “Ni una menos, ni una muerta más”. El pecado de Susana consistió en denunciar los feminicidios impunes de Ciudad Juárez, en México. El 3 de junio de 2015 se realizaron marchas multitudinarias en Argentina, Uruguay, Chile, Brasil y México bajo la consigna “Ni una menos”, frase de su poema que resume las convocatorias contra la violencia de género.

Los gobiernos callan o cambian las historias. Los medios de comunicación y las redes sociales se convierten en jueces de las conductas de estas mujeres. Mientras tanto, se siguen cometiendo agresiones sexuales contra las niñas menores de 16 años; hay países donde la violencia doméstica no se considera un delito, millones de niñas son novias obligadas a casarse a los 10 años.

La mirada del que juzga es un prejuicio alimentado por una cultura patriarcal que pone en duda toda conducta o costumbre de las víctimas, de las mujeres violadas o asesinadas. El pecado siempre está en la otra, en esa mujer inquietante que viaja sola o que defiende los derechos de sus hermanas. Parece que el peor pecado fue el de haber nacido mujer.

En este 8 de marzo, las mujeres de todos los continentes se unen para celebrar el Día Internacional de la Mujer. A través de esta fecha se contempla una tradición de lucha por la igualdad y la justicia de género. Todavía queda mucho por hacer pero cuanto más alertas estemos, más rápido se llegará a desarmar la pesada estructura de la violencia machista.

Que nuestra celebración no se limite a compartir una foto en alguna de las redes sociales con una imagen o un contenido alusivo. Sigamos comprometidos y comprometidas –o comencemos a hacerlo- con la experiencia de la sororidad, la que nos lleva a tender puentes entre las mujeres en lugar de juzgar, discriminar, desacreditar y sospechar.
Magister en Sagradas Escrituras con una diplomatura en Género. Profesora en Letras.

El Estandarte Evangélico es una publicación de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina

One comment on “Las mujeres de Ecuador
  1. Agradezco la denuncia de los feminicidios en el continente. Nuestro pecado SER MUJERES. Aun no encontramos como erradicar la violencia contra nosotras en el mundo entero, la cultura machista no solo no disminuye sino que se aumenta porque los hombres no aceptan que las mujeres nos sintamos seres libres, autónomos,independientes.

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