El buen vivir, espiritualidades y desarrollo desde una perspectiva Mapuche

buen vivir Mission 21
CHILE-

La Asamblea Continental Latinoamericana (CELA)  que reúne a las contrapartes de Misión 21 en la región, dio inicio esta semana en Santiago de Chile guiados por el tema: Buen Vivir, Religión y Desarrollo, vida con justicia para nuestros pueblos.

Al inicio de los trabajos la secretaria del CELA,  Silvia Regina de Lima Silva, luego de los saludos y palabras de orientación dio lugar a la presentación de la Mesa Temática: El Buen Vivir, Espiritualidades y Desarrollo
Como parte de ese panel  el líder ecuménico Raúl Rosales, del Centro Ecuménico Diego de Medellin, presentó las perspectivas sobre el Buen Vivir desde su identidad mapuche.
Rosales recordó las palabras del gran poeta mapuche Elicura Chihuailaf,  cuando  dice: “En el sur se escucha a los huincas decir que el mapuche es flojo porque se le ve conversar y no trabajar, pero esto se puede explicar de la siguiente forma: el mapuche no intenta explotar la tierra, ya que de ella sólo requiere lo necesario para vivir; la tierra puede esperar para ser trabajada, pero el espíritu no espera”.
En este sentido nos dice que “el pueblo mapuche fundamenta la existencia, la armonía de la vida y la salud de los seres humanos en la reciprocidad:  La relación del ser humano con lo sagrado y lo sobrenatural está basada en la reciprocidad. En este sentido, la familia ancestral ha otorgado al pueblo mapuche elementos tan importantes como su lengua (mapudungu), su forma de vida y sus leyes. Pero en cierta medida todo esto no es gratis, el pueblo debe devolver este don originario cíclica y continuamente a la familia sagrada mediante el respeto a su entorno, el cual posee un fin vital que es mantener el equilibrio entre ellos y lo creado.”
La reciprocidad representa un elemento ordenador y normativo en el plano de la vida social y económica del pueblo mapuche, ya que la manera de responder correctamente al don entregado por la divinidad es mantener los mecanismos de solidaridad de la comunidad, su integración económica, cultural y, lo más importante, la vigencia de la identidad del individuo dentro de su grupo social. La reciprocidad sustenta el orden establecido por la cultura tanto en el plano de lo humano como en la relación con lo sagrado.
Raúl Rosado también intuye que “Quizás lo que mantenga el pueblo mapuche aún presente como entidad cultural distinta sea el hecho de ser un pueblo adaptable a las condiciones sociales reales en las que se debe mover, transando algunos modos de vida, pero manteniendo siempre estables sus valores más profundos y su visión de mundo; una visión de mundo que no debería desaparecer. Este es un claro ejemplo de la diferencia de visiones y enfoques entre el “vivir mejor” y el “vivir bien”. En la visión occidental está claro que una de las cosas más importantes es la generación de ganancias a partir de la explotación de la Madre Tierra. Y para el paradigma comunitario, el vivir bien se relaciona de manera preponderante y esencial con el sentido espiritual de la vida”.
Puede bajar aquí las notas completas de Rosales
Agradecemos el aporte del rev. Jorge D. Zijlstra, desde la Asamblea Continental Latinoamericana de Misión 21, Santiago, Chile

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