PERÚ-
Por Juan Fonseca-
Pedro Pablo Kuczynski (PPK) metió la pata con su consagración del Perú a símbolos católicos en el reciente Desayuno Nacional de Oración. Y las metió por tres razones principales.
La primera es que muestra su enorme desconocimiento de la cartografía sociorreligiosa peruana. Parece que el presidente no tiene idea de quién en quién en el mundo no-católico o de las diferencias entre las distintas confesiones cristianas. Por ejemplo, ¿sabía que el Desayuno Nacional de Oración es un evento de procedencia norteamericana que nació básicamente en predios protestantes y que agrupa principalmente a ellos? ¿Sabía que consagrar al Perú al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María es un acto que reivindica al catolicismo más vetusto y prevaticano y que por ello es ofensivo para la sensibilidad evangélica en todas sus vertientes? De hecho que varios sectores católicos progresistas también están incómodos con la declaración. Claro, la reacción más fuerte ha venido de los sectores que apuestan (apostamos) por la laicidad del Estado, pues el acto muestra además que PPK desconoce las sensibilidades alrededor de la simbología religiosa y los pasos que se requieren para construir un auténtico Estado laico. Bueno, o las desconoce realmente o está fingiendo, lo cual sería peor, pues evidenciaría que su política hacia lo religioso es básicamente un cínico realpolitik.
En segundo lugar, este incidente muestra que lo religioso es otro ejemplo de esa lógica de gobierno basada en relaciones personales que Carlos Meléndez analizó hace un par de semanas. Parece que en temas confesionales o de laicidad el presidente se asesora por los “patas” de algún ministro o de sus amigas empresarias. Recordemos que el acercamiento de PPK a la jerarquía evangélica antes de la segunda vuelta fue gracias a un amigo evangélico del ministro Thorne, con quien hace o hacía surf. Eso no estaría mal en sí mismo si es que estuviera acompañado por una estrategia estructurada de acercamiento a la institucionalidad de las iglesias evangélicas, cuyas representación legítima la tienen el CONEP y el UNICEP. En lugar de ello, el pepekausismo prefiere acercarse a pastores que no representan a nadie más que a sus congregaciones locales, a lobbystas evangélicos ultraconservadores o a políticos evangélicos que tienen una agenda confesional integrista. Claro que no es el único presidente que ha actuado así. Alan lo hizo peor y el fujimorismo fue (es) el maestro en destruir las institucionalidades confesionales a favor de caudillismo religiosos de tinte mesiánico.
Esto último tiene que ver con mi tercer punto. PPK tiene que tener cuidado con el frenético activismo de la derecha religiosa en el Perú. Esta consagración fue hecha en un espacio principalmente protestante y laical, pero inmediatamente celebrado el integrismo católico. ACI Prensa y el cardenal saltaban en un pie. Es que cuando se trata de desbaratar al Estado laico, las fronteras confesionales desaparecen y católicos y evangélicos integristas se unen como milagro de San Martín. Y el integrismo religioso es una de las amenazas crecientes a la vida democrática en el mundo.
Si el ppekausismo tiene la intención de ser un gobierno liberal consistente tiene que consolidar el Estado laico. Tampoco se trata de proscribir a las religiones de la esfera pública, como algunos me malentendieron hace unos días. Las religiones tienen un lugar importante en la esfera pública, que debe ser respetado. Pero, a la vez, ellas deben saber respetar los cánones que regulan las relaciones entre las diversas instancias que participan en la esfera pública. Y esos cánones son laicos y no confesionales. Son laicos o no son democráticos.
Puede verse aquí el video del acto: https://youtu.be/acXawJkOQe8
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Nota de la Editora:
“Con la autoridad que se me ha otorgado, hago un acto de consagración de mi persona, mi familia y la República del Perú, al amor y protección de Dios Todopoderoso a través de la intercesión del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María”, dijo Kuczynski en la reunión. Esta se realizó el viernes 21 de octubre en el Swisshotel de San Isidro. Según ACI Prensa, es la primera vez que un Presidente va “al Desayuno Nacional de Oración organizado por los Pequeños Grupos de Oración, una iniciativa que surgió en el Senado de Estados Unidos en 1943 y llegó a Perú en 1985”.
No sabe mucho del tema. Mal asesorado. Peca de ignorante (en este tema). Mejor no hablar cuando no se sabe ( no sabe, pero opina).
Estoy de acuerdo con lo expresado por Juan Fonseca. De acuerdo, hay libertad religiosa y dentro de ella las personas de diferentes credos religiosos pueden expresar sus opiniones relacionadas con sus creencias; sin embargo, cuando se llega a tener un cargo público, lo que uno expresa ya no debe ser asunto particular de mi creencia, salvo que así lo manifieste. Lo expresado por el Presidente de la República ya no es un asunto particular de lo que él cree, sino que lo expresa a nombre del país, y esto es lo inaceptable, pues no vivimos en un país confesional, hay separación de Iglesias y Estado, de manera que no se se puede tan ligeramente expresar de la manera como lo ha hecho. Claro está que para algunos sectores, sus expresiones los llena de satisfacción, pero para otros, esas mismas expresiones les causa estupor, mucha molestia y con razón. Es muy importante para el Jefe de Estado que tenga mucho cuidado cuando declara, en especial asuntos de carácter religioso.