ARGENTINA-
“El evangelio de Jesús es un evangelio de consuelo: nos nutre en la esperanza de que toda muerte tiene resurrección, y que todo acto de amor perdura. Quien entrega su vida por amor a otros, especialmente a los perseguidos, vulnerables o despreciados, no
muere eternamente. Y así como hoy está viva la memoria significativa de Jesús y de tantos otros que han dado vida dando su vida, estamos convencidos que el gesto solidario de Santiago ha de perdurar e inspirar a muchos otros en los caminos de solidaridad y justicia”. Con esta afirmación comienza la carta que publica la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas-FAIE- dirigida a la familia de Santiago Maldonado y al pueblo argentino.
El evangelio de Jesús, enfatizan, es también un evangelio de justicia: por eso reclamamos el total esclarecimiento de su muerte. Una muerte que no sabemos aún si fue causa directa de la violencia, pero que ciertamente aconteció en medio de hechos violentos. Y no serán inocentes quienes, con armas y agresión, se lanzan contra quienes reclaman ser atendidos en sus derechos, ser reconocidos como pueblo, ser considerados en su dignidad humana.
Recuerdan que la Federación repetidas veces insistió, a partir de sus convicciones de fe bíblica, en la necesidad de contemplar las justas demandas de los pueblos originarios y la necesidad de revisar las formas de posesión y distribución de tierras en el país. “Santiago, desde otras convicciones, sostuvo esas mismas ideas con su actitud de acompañamiento a la comunidad de Cushamen”.
Hoy entendemos que ese reclamo se vuelve más urgente que nunca, que la vida entregada de Santiago, y de otros muchos argentinos y miembros de los pueblos originarios que han sufrido represión y agresión, debe impulsar a una justicia que no es solamente la de las leyes, sino que ofrece vida y vida para todos y todas. Ese es el único camino de la paz.