Rev. Zampini: “Hay que ir a fondo con lo que produce el clamor de los pobres y la tierra”

Pbro.Augusto Zampini (Creas)

Pbro.Augusto Zampini (Creas)

ARGENTINA-

En el marco del 2º Diálogo de Alto Nivel Ética y Economía realizado en Buenos Aires, el 2 y 3 de noviembre, ALC dialogó con el Rev. Dr. Augusto Zampini, del Dicasterio Vaticano de Promoción del Desarrollo Humano Integral.

A principios de 2017, el Papa Francisco decidió que todos los consejos pontificios que eran departamentos pequeños-creados desde el Concilio Vaticano II -pasaran a ser un solo departamento que es el dicasterio-que vendría a ser como un ministerio. Una instancia muy grande dentro del Vaticano, toda la actividad social de la iglesia, economía, migraciones, justicia climática, salud, de la iglesia para afuera esta unificado, para tener más impacto y ayudar al mundo trabajando con otros a un desarrollo integral que incluya a todas las personas y su medio ambiente.

¿Trabajando con quienes en pos de esos objetivos?

Nos sumamos al trabajo ecuménico de mucho tiempo pero lo nuestro es lo social partiendo de la realidad. Tenemos internamente dos mandatos: uno es trabajar en “partnership” con estructuras dentro de la iglesia-relaciones internacionales con secretaria de estado vaticano, delegados de la Onu, etc. con Caritas lo de caridad, y sobre todo trabajar con y para las conferencias episcopales porque ellas trabajan en lo local y nosotros podemos contribuir con nuestro “Know-how” más global. Esto.

El otro es trabajar en asociación con organizaciones fuera de la iglesia, porque si queremos trabajar para todas las personas no podemos hacerlo solos. Si queremos cambiar el modelo económico para que sea más inclusivo, con el cuidado de la creación, la iglesia no lo puede hacer sola. Con otros significa con gobiernos, organizaciones no gubernamentales, con otras de la sociedad civil-aunque no estén de acuerdo con la iglesia-pero que tengan proyectos en pos de un desarrollo integral. Y sobre todo, con otras iglesias hermanas y con otros credos. El vaticano tiene su trabajo de diálogo ecuménico y eso va por otros temas, nosotros más que nada buscamos unir fuerzas para actividades de justicia, de paz, de cuidado del medio ambiente.

Estamos trabajando ahora por el desarme nuclear, y es codo a codo con otras iglesias hermanas y otras religiones. También buscamos otro modelo económico que incluya economías solidarias, mas circulares, y ahí hay un montón de organizaciones cristianas, islámicas, hindúes, budistas, que trabajan el tema y parte de nuestra tarea es coordinar esfuerzos para promover el cambio.

Eso nos da esperanza, porque las organizaciones basadas en la fe no es que pueden aportar, deben estar. No se puede pensar en los objetivos 2030 en la Agenda de desarrollo sustentable sin las iglesias.

¿Por qué?

Porque el cambio que se requiere es tan radical, personal y estructural que eso solamente se puede dar si estamos enfocados en nuestros valores. Y de donde se sacan los valores? La mayoría de la gente los saca de su fe, aunque no sean practicantes y otros desde una ética más o menos humanista, con la que se puede trabajar conjuntamente. La mejor manera de conseguir resultados es hacerlo juntos, formando alianzas-que no necesitan ser mega alianzas donde estemos de acuerdo con todo-con proyectos concretos más locales, en territorios…

¿Cómo ve este mapa colaborativo, de alianzas en América Latina?

Tenemos muchos puntos negativos, por ejemplo, el récord de desigualdad mundial, el de mártires por luchas ambientales, nuestras instituciones y gobiernos no son muy sólidos ni fuertes, etc…Pero una de las cosas buenas es que no somos malos en el diálogo interreligioso, podemos sentarnos a charlar. En otros contextos apenas sentarse con gente de otros religiones, ya es un esfuerzo sobrehumano. Que podamos pensar y proyectar juntos es un signo de los tiempos y del Espíritu Santo. Otro tema es la Amazonía, el Papa ha convocado para un Sínodo en el 2019.

(La Croix)

(La Croix)

Queremos trabajar-ya lo venimos haciendo pero lo vamos a reforzar-con todas las organizaciones cristianas que trabajan en la Amazonía porque ellas son las que saben el problema. Gobiernos y empresas de todos los colores están en contra de los pobladores y sus derechos. Los únicos que están diciendo que se debe partir de la gente de la Amazonía y sus problemas, son las iglesias. Con este nuevo dicasterio y el llamado al Sínodo este trabajo ecuménico se va a fortalecer. Ya no solo con la Agenda 2030 sino con las necesidades de la gente en el día a día. Muchos de esos pueblos no son cristianos, pero eso no es lo relevante sino la concepción de que el ser humano trasciende y que debemos dejar para las futuras generaciones una herencia de justicia intergeneracional.
No puede ser que como cristianos que queremos cuidar la creación de Dios, no hagamos nada cuando están en riesgo los pulmones del planeta.

¿Cree que este modelo que se ve en la red Panamazónica, se puede replicar en otras partes del continente, con redes y alianzas que trabajen en Argentina?

Yo no veo muchos inconvenientes, algunas iglesias evangélicas que podían resistirse están inclusive ya avanzando en su concepción de justicia por lo que no veo problemas de encarar trabajo ecuménico porque no estamos juntándonos para estar “en contra de alguien” –lo que suena bien latinoamericano como “divide y reinarás”-acá estamos trabajando a favor de la vida, para promover un desarrollo integral y de todos. Lo que pasa es que la vida está interconectada, en cómo organizamos la vida a nivel social y como cuidamos la vida a nivel ecológico. Esto es indivisible, el ser humano no existe sin su ambiente. La ecología no solo es verde, incluye la problemática social, el empleo, la salud, etc.

Entonces debemos responder al clamor de los pobres y de la tierra, juntos, porque no hay que tomar una aspirina, hay que ir a fondo con lo que produce el clamor, la causa y la causa es la misma.

Laudato si, atravesó todo el debate en este encuentro, ¿qué es lo que diferencia de otras encíclicas?

Lausato Si es la encíclica mas citada en la historia de la iglesia Católica por gente no católica, cita a Paul Ricouer, de basa en las religiones ortodoxas y amplía para todas las personas invitando al diálogo para un modelo de cuidado de la vida, de la creación y de la sociedad, donde no se oprima. Esta es la clave y sin la religión no sería optimista que se pueda lograr. La tradición judeo cristiana parte de la concepción que Dios nos dio la posibilidad de ser co-creadores para representarlo en este mundo y legar a las generaciones lo mismo, no un páramo desertificado, plastificado, etc. Tenemos que convencernos que es un mandato religioso.

Muchas veces se usó la religión para destruir, hoy esa fuerza es necesaria para la vida. Las iglesias trascienden fronteras y en un mundo globalizado con auges de los nacionalismos, nosotros tenemos el auge de lo que trasciende fronteras de modo positivo.
Todo modelo que sea destructivo de la naturaleza y divisivo de la sociedad no es del Espíritu Santo.

Nunca hemos sido como religiones, tan solicitadas en el mundo para aportar nuestra fe en un cambio radical a los modelos políticos, económicos, ecológicos en que vivimos. El mundo nos está pidiendo y Dios nos está pidiendo. Qué oportunidad más linda que responder juntos.

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