¿Pasar del chavismo al fundamentalismo podría poner fin a la tragedia venezolana?

El pastor Javier Bertucci, pastor de la Iglesia Cristiana Maranatha Venezuela, una megaiglesia de línea carismática, lanzó ayer su candidatura a la presidencia venezolana (EFE)

El pastor Javier Bertucci, pastor de la Iglesia Cristiana Maranatha Venezuela, una megaiglesia de línea carismática, lanzó ayer su candidatura a la presidencia venezolana (EFE)

PERÚ-

Por Juan Fonseca-

El pastor Javier Bertucci, pastor de la Iglesia Cristiana Maranatha Venezuela, una mega-iglesia de línea carismática, lanzó su candidatura a la presidencia venezolana. Bertucci se hizo conocido en el 2016 cuando su nombre apareció en los Panama Papers, situación que no ha sido suficientemente aclarada por él. Además, maneja la ONG “El Evangelio Cambia”, a través de la cual miles de voluntarios reparten platos de sopa a personas muy pobres.

Teniendo en cuenta la profunda crisis económica y social que viven los venezolanos, el trabajo asistencial de esta ONG debe ser recibido como una bendición por los sectores más pobres del país.

Sin embargo, teniendo en cuenta las oscuras actividades empresariales de Bertucci, el periodismo plantea dos legítimas cuestiones: “¿Será que Bertucci usa su ONG el ‘Evangelio cambia’ para cometer presuntos fraudes? ¿Será que seguirá usando a Dios para hacer negocios?”.

Comentario aparte merece la ideología que está detrás del proyecto de Bertucci. En su discurso de lanzamiento, hecho dentro de un templo, ha anunciado que, de llegar a la presidencia, los venezolanos tendrán que escuchar todos los domingos sus prédicas religiosas en cadena nacional. A lo Chávez o Maduro, pero ahora instrumentalizando políticamente textos bíblicos, y de seguro pobremente interpretados.

Dijo además, que Dios “pone y quita reyes”, que el “tiempo de Dios ha llegado para Venezuela”, que “cuando una persona se opone a lo que Dios está haciendo (es decir a su candidatura) es muy peligroso”, entre otras cantinfladas de la teología reconstruccionista que sustenta el proyecto político del fundamentalismo evangélico.

El caos absoluto que vive Venezuela, con un tirano como presidente y una oposición fragmentada y desalentada, crea un escenario propicio para los aventureros de la fe que ahora están metiéndose a la política por todo el continente, como Fabricio Alvarado en Costa Rica. Ojo que Bertucci no es el único pastor político en Venezuela. Desde el 2012, ya existe NUVIPA (Nueva Visión para mi País), partido ultraconservador de inspiración evangélica que en las elecciones parlamentarias del 2015 obtuvo más de 100 mil votos, solo detrás del oficialismo y la opositora Mesa de la Unidad. NUVIPA y Bertucci podrían eventualmente unirse y forjar una candidatura viable. Es cierto que en este momento no tienen muchas posibilidades electorales. Pero si algo estamos aprendiendo en los últimos años es que no hay que desdeñar el capital político del conservadurismo cristiano.

Así, no sería nada extraño que la siguiente aventura política venezolana esté encabezada por un pastor conservador, con oscuras actividades empresariales ocultas detrás de una fachada asistencialista ¿Pasar del chavismo al fundamentalismo podría poner fin a la tragedia venezolana? No estoy seguro. Me temo que sería el inicio de otra.

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