Leopoldo Cervantes-Ortiz-
Fe en la resistencia es un documental que muestra la forma en que actuaron cristianos de diversas confesiones y otros religiosos en plena dictadura en Uruguay entre los años 70 y 80 del siglo pasado. Incluye importantes testimonios directos de actores que estuvieron inmersos en la resistencia a la dictadura militar y presenta fielmente el contexto ecuménico de la época en cuestión.
Su director, Nicolás Iglesias Schneider, licenciado en Trabajo Social, cuenta con estudios en teología y ciencias de la religión, y actualmente es coordinador de proyectos del Grupo de Estudios Multidisciplinarios sobre Religión e Incidencia Pública (GEMRIP), ex militante del Movimiento Estudiantil Cristiano (MEC), consiguió apoyo de diversas instancias como la Secretaría de Derechos Humanos de Presidencia, la Fundación Reformada (FAP), Ministerios Globales de la Iglesia Metodista de Estados Unidos y la Conferencia de Obispos Católicos del mismo país, para financiar y llevar a cabo el proyecto.
En 2015 “este proyecto comenzó una búsqueda del material bibliográfico existente, un equipo interdisciplinario analizó una variada documentación de archivo y realizó más de 30 entrevistas a personas de tradición católica, protestante, judía y afro-umbandistas, algunas de ellas presentes en el documental. Entre los entrevistados se destaca la presencia de varios pastores protestantes uruguayos como: Ilda Vence, Delmo Rostán, Araceli Ezzatti, Ademar Olivera, Heber Cardozo, Oscar Bolioli, Carlos Delmonte, así como intelectuales destacados en el ámbito de la teología como Ricardo Cetrulo, que trabajó junto a Juan Luis Segundo, e Hiber Conteris que fuera secretario ejecutivo de ISAL (Iglesia y Sociedad en América Latina)” (Lupa Protestante, 28 de agosto de 2018).
En los últimos meses se ha presentado en algunos foros de Montevideo y Buenos Aires y está por continuar una gira por diversos países europeos. Iglesias Schneider accedió a esta entrevista y compartió amablemente el documental para conocerlo de primera mano. A continuación, sus respuestas al cuestionario enviado. El trailer puede verse aquí.
Hola, Nicolás, es un placer saludarte. El documental Fe en la resistencia que has dirigido sigue su recorrido en estos días. Cuéntanos el origen más remoto de este proyecto.
Bueno el proyecto, en una forma la idea empieza cuando en un espacio ecuménico en un encuentro de fe, economía y sociedad, justo acá en Buenos Aires, conocí a muchos pastores y militantes de derechos humanos, como al obispo Pagura, a Adolfo Pérez Esquivel, varios referentes, abuelas de la Plaza de Mayo acá en Argentina empecé a conocer cuando yo tenía 19 años, que ella tuvo una historia de resistencia a la dictadura Mercosur, que también existía en mi país y que yo la desconocía y que había un rol de las iglesias en ese tiempo, eh, que La verdad me llamó la atención muchísimo y bueno yo también hablo que ahí fue como mi segunda conversión en ese sentido de que también en ese mismo encuentro ecuménico organizado por el CLAI y el CMI empecé a tomar conciencia de que la fe y el compromiso político iban de la mano. Luego, en 2013 tuve una conversación con Emilio Castro en su apartamento sobre su vida y que queríamos hacer un libro o una película sobre él, y él siempre nos invitaba que no, que conversáramos con los jóvenes, que buscáramos los temas de actualidad y que sí había algo de la experiencia de ellos de los viejos ahí volviéramos a la fuente. Luego falleció y en el 15 el presidente Tabaré Vázquez creó un grupo de trabajo, Verdad y justicia, en el cual incluyó, en siete personas de este grupo, cuatro referentes religiosos, un afro, un protestante, un católico y un judío. Fue ahí que escribimos un artículo para una revista muy importante para Uruguay, una revista de temas sociales llamada Lento [https://lento.ladiaria.com.uy/], y fue ahí la invitación a escribir un libro y dijimos no, mejor hagamos una película o una investigación que incluya un registro audiovisual. Entonces, ahí empezamos con la investigación de los testimonios, de las personas, Primero, era la conformación de un grupo de trabajo interdisciplinario con historiadores, teólogos y politólogos luego elaborar un poco la lista de las personas que podríamos entrevistar, luego la investigación en distintas fuentes de los archivos de las comunidades de fe, de la Dirección Nacional de Inteligencia o sea de los militares, policías, y profundizar también en la investigación sobre la dimensión histórica y teológica de este momento al acabar a favor del documental. Y bueno, la guionista es Stefanie Kreher, que es teóloga. Ella se enfocó más en pensar en los cuestionarios y en los ejes principales, yo en la dirección y las gestiones del proyecto.
La actuación de los cristianos antes y durante las dictaduras latinoamericanas sigue siendo un capítulo que aún espera ser abordado con amplitud. ¿Qué puedes decir sobre el caso uruguayo?
Los cristianos en las dictaduras latinoamericanas, sin duda, es un tema y un capítulo de la historia de las comunidades de fe de nuestra América Latina que está poco abordado y una de las cosas que nos ha llamado la atención en este proyecto es descubrir que ha habido como un quiebre en el legado del relato, o sea, ha habido una discontinuidad de compartir el relato histórico en las comunidades de fe, en nuestras iglesias, y nuestros referentes e históricos quizás no han podido transmitir de forma contundente y de forma sistemática que fue lo que pasó en el tiempo de dictadura en nuestros países. Por lo menos en el caso uruguayo nos pasó de ir a las parroquias católicas y protestantes, especialmente, y descubrir que las comunidades y la gente más joven desconoce todo lo que transitaron los referentes religiosos de sus propias comunidades y ni que hablar la falta de conocimiento a nivel social de este tema del cual fue el rol de los cristianos en la defensa de la democracia, en la resistencia a la dictadura.
En el caso uruguayo, específicamente, esto aparte profundizado este desconocimiento por la dimensión a veces de una laicidad que ha llevado lo religioso a lo privado y que ha desconocido el fenómeno religioso como un hecho de análisis. Entonces, se ha dado una confluencia bastante negativa donde los académicos han dado poca atención al fenómeno religioso y han prestado poco interés de investigación. Ya ha empezado a visibilizarse un montón de investigadores jóvenes que están analizando este tema de las iglesias en la resistencia en la dictadura, pero sin duda que el documental hace como este primer intento de sistematizar un montón de investigaciones y ponerlos a forma de conocimiento público y de alguna manera recuperar esta memoria para que impulse también la transformación y la defensa de los derechos humanos hoy.
Dentro de ese campo de actuación religiosa, los protestantes desempeñaron un papel relevante, a pesar de su número. ¿Quiénes fueron los nombres principales?
El protestantismo uruguayo en los años 60, cuando comienza a darse el primer periodo, tenía un rol muy destacado, las comunidades metodistas y valdenses principalmente. También había unos referentes de otras iglesias, pero los nombres más destacados de esa época eran intelectuales de primera línea: Emilio Castro, obviamente, como pastor, también en la Iglesia Metodista Central, con una comunidad muy numerosa en ese momento, Julio de Santa Ana, Julio Barreiro, Germán Cruce. En el ámbito teológico y también intelectual, con presencia en la Universidad de la República con cátedras tanto en Derecho como en Trabajo Social, como en Filosofía; eran referentes intelectuales que también escribían en los semanarios como Marcha y en los diarios del momento.
La otra figura destacadísima de ese momento es Hiber Conteris, que también junto con estos otros trabajaban en Iglesia y Sociedad en América Latina, que ya hablaremos un poco más del caso de Hiber, pero sin duda que son muchísimos nombres, por lo menos es una lista grande en el ámbito valdense: Carlos Delmonte, uno de los referentes, Delmo Rostán, en el ámbito también musical, y una federación de iglesias en ese momento federación de iglesias evangélicas que cumplieron con un rol muy destacado con un trabajo ecuménico muy amplio trabajando temas de derechos humanos con un ecumenismo con la iglesia católica muy potente que en ese momento era acompañado por un arzobispo muy progresista que era monseñor [Carlos] Parteli [1910-1999].
Otra de las figuras fundamentales de este momento y que quizás no ha sido tan recordada es la figura la de Miguel Brun [1929-2017], que fue uno de los primeros teólogos que plantea el tema de la teología de la liberación a nivel latinoamericano, que fue muy amigo de Raúl Sendic, que fue profesor en el seminario menonita también. Brun desarrolló una teología estando luego en el exilio. Sobre la teología del exilio haciendo una lectura de cómo en la Biblia la presencia del exilio es un tema transversal para entender la espiritualidad cristiana. Brun también es otro de esos referentes y luego ya más en la salida democrática aparecen figuras como Ademar Olivera en el SERPAJ; Heber Cardoso, en el trabajo también desde la cárcel como pastor. Y otra de las figuras claves en todo este tiempo es el pastor Earl M. Smith, que fue uno de los fundadores del SERPAJ, y del movimiento previo, el Movimiento para la Reconciliación. El pastor Smith era parte del International Fellowship Reconciliation, movimiento pacifista, y Smith marcó a los pastores y también a los curas católicos en la teología de la no violencia.
Emilio Castro llegó a ser secretario general del CMI. ¿Qué representó su trabajo antes de salir del país?
Emilio, claro es una de las figuras que fue más mediáticas por su presencia televisiva, su voz, su postura intelectual y crítica progresista. Fue uno de los intelectuales también que acompañó la fundación del Frente Amplio, no desde lo formal, pero sí desde lo intelectual y fue fundamental para el diálogo ecuménico e interreligioso, y también para tratar de ir al encuentro y mediar en situaciones que iban generando mucha violencia como fue la detención y luego la ejecución de [el agente estadunidense] Dan Mitrione [agosto de 1970], junto con el sacerdote Justo Asiaín Márquez. Pero él también buscaba el diálogo entre movimientos sociales, los cañeros, los sindicatos y bueno y las iglesias, este profundo, participó en el Congreso del Pueblo que fue uno de los hechos importantes en los años sesenta. Fue una persona perseguida obviamente al igual que los otros pastores, eh, por los servicios de inteligencia y luego en el año 73, se tuvo que ir al exilio ya que su, su vida corría peligro y bueno su presencia no era ya más tolerada por los militares.
Hiber Conteris se integró a la guerrilla y estuvo preso durante ocho años. Su papel en ISAL es señalado por él mismo en el documental. ¿Cuáles fueron los alcances del movimiento Iglesia y Sociedad en América Latina en esa coyuntura?
Hiber Conteris, al igual que muchos de estos pastores y también sacerdotes católicos, en algún momento vieron la posibilidad de integrarse al Movimiento de Liberación Nacional, y muchos de ellos como Hiber y otros lo abandonaron cuando éste incurrió en acciones más violentas y más arriesgadas. Y aunque lo abandonaron incluso en los años 71 y 72, antes de que se diera formalmente el golpe de estado, muchos ya habían quedado fichados. Hiber fue uno de ellos, que cuando vuelve de su formación, pues estaba estudiando en Francia y Suiza, pensando que ya no iba a ser detenido, fue detenido en el aeropuerto. Sin duda que Iglesia y Sociedad en América Latina (ISAL) jugó un papel importante en el ámbito intelectual, social y político, porque apoyó y aportó, y dio las bases para ese diálogo cristiano-marxista, y el diálogo entre movimientos eclesiales, sociales y políticos, que desarrolló de las bases teóricas para la transformación social que se estaba buscando. Ahí confluían, también, aparte de los teólogos protestantes que ya enumeré antes, personas como Rubem Alves, de Brasil, Paulo Freire, [Orlando] Fals Borda, de Colombia, los grandes pensadores de la región. Eso fue un semillero y un germinador de ideas que quizás hasta hoy, las iglesias protestantes y católicas latinoamericanas no han podido volver a ese nivel de reflexión intelectual y de propuesta concreta de transformación de la iglesia en su vínculo con la sociedad.
La iglesia católica uruguaya actuó de una manera un tanto ambigua ante la dictadura. ¿Qué la llevó a asumir una postura más crítica?
La iglesia católica uruguaya, a diferencia de las iglesias católicas en muchos países de América Latina, tuvo una postura más crítica porque, también como yo siempre digo, estaba separada del Estado hacía ya 70 años que estaba separada del Estado y había esa laicidad que le permitió mantenerse más como una esfera autónoma o más autónoma del poder político. Y también era una iglesia influida por el Concilio Vaticano Segundo, con muchos sacerdotes y obispos cercanos a la teología de la liberación y con una postura de diálogo con la sociedad muy abierta y una postura ecuménica.
Integrantes de la religión umbanda también participaron en la resistencia a la dictadura. ¿Cómo conectaste con algunos de ellos para ofrecer su testimonio?
Conocer las comunidades afro-umbandistas y las religiones de matriz africana, para mí fue todo un desafío porque los que tenemos formación protestante hemos a veces sido criados con un imaginario cultural negativo hacia las religiones de origen afro. Pero, bueno, a partir de mi experiencia como facilitador del diálogo interreligioso tuve la oportunidad de conocer y de superar esos prejuicios sobre las religiones de matriz africanas y así conocerlos y poder investigar, a partir de sus referentes, quiénes habían sido las personas que habían resistido la dictadura. Y bueno, son personas, los padres y las madres que resistieron en ese tiempo, muy valiosas, muy valientes, porque era una religión que estaba funcionando de una forma casi clandestina y que ha recibido y vivido, y sufre hasta hoy, una discriminación, una violencia institucional, histórica, por cuestiones étnicas, étnico-raciales y también religiosas.
En Brasil ha aparecido un documental similar bajo el impulso de Zwinglio Dias, cuyo hermano Iván es un desaparecido político. ¿Hubo relación orgánica entre militantes cristianos de ambos países para resistir las dictaduras?
El vínculo con Brasil no lo conozco a nivel orgánico, realmente, de militantes de resistencia de la dictadura. Sí el vínculo a través de ISAL, a través del Consejo Mundial de Iglesias y un vínculo para un momento especial para que los uruguayos salieran a Brasil, donde había un obispo católico que tenía una ONG que se llamaba Clamor, que ayudaba a salir a los Uruguayos y Argentinos, especialmente para salir luego a Europa, y después de muchas de las salidas de los exiliados Uruguayos vía la frontera Brasileña y salían luego para Europa generalmente y ahí sí las iglesias tuvieron niveles de coordinación y a nivel más intelectual ISAL, pero, no, no es un tema, así que yo haya sido súper orgánico, pero sí de coordinación y solidaridad como también lo fue con las iglesias del Norte.
¿Cómo han reaccionado las iglesias actuales ante lo que presenta el documental?
Las iglesias han reaccionado muy positivamente, los referentes actuales de las iglesias protestantes y obispos católicos lo han visto con mucho agradecimiento y aprecio, y los militantes cristianos de las comunidades eclesiales de base están compartiendo y difundiendo mucho este proyecto y también un montón de personas de fuera de la iglesia, que eso es lo más rico, que este documental ha sido muy bien recibido desde los ámbitos, tanto académicos como de militancia social y política, fuera de la iglesia institucional.
Finalmente, Óscar Bolioli volvió de Estados Unidos a presidir la iglesia metodista uruguaya. ¿Qué tanto ha impactado gente como él a las iglesias evangélicas de hoy ante lo sucedido en esos años tan difíciles? ¿Y hasta dónde llega la huella de este testimonio tan doloroso, pero también innegable?
La figura de Bolioli es, sin duda, otra de las figuras emblemáticas en este tiempo de resistencia, cuando vuelve a Uruguay también le toca de alguna manera lidiar o manejar una situación en la iglesia metodista que en tiempos de dictadura sufrió la pérdida de su membresía, quizás la mitad de la membresía de la iglesia metodista uruguaya, una iglesia que había sido vulnerada en sus derechos de reunión y de celebración de culto en forma libre. Entonces, este dolor, esta huella y esta violencia que recibieron las comunidades de fe, no sólo la metodista, sino también la valdense, la católica y algunas iglesias como pentecostales ecuménicas y algunos referentes también, pienso en un pastor bautista progresista que también fue asesinado en la dictadura que se llamó Héctor Jurado Avellaneda [1943-1972], o sea, la violencia que vivieron las iglesias en este tiempo fue hacia las iglesias resistentes, fue una herida que sigue hasta hoy.
Excelente artículo, sin duda un serio reto y una muestra de lo mucho que hemos dejado de hacer en. México algunas iglesias