La Teología feminista busca transformar la praxis de las relaciones humanas

Marcha de mujeres en Atenas (Foto: Louisa Gouliamaki / AFP)

 

REPÚBLICA DOMINICANA-

Brenda Garcia-

El epistemólogo de la Teología de la liberación Clodovis Boff, dice que toda teología paga tributo a dos factores: Nace en un determinado contexto socio histórico, y dentro de un movimiento de ideas y de elementos culturales.

La teología feminista es parte de las Teologías del genitivo, surge en Estados Unidos, y desde allí llega a Latinoamérica. Y al igual que toda teología del genitivo, la teología feminista responde al contexto en que surge, y busca transformar la praxis de las relaciones humanas reflexionando sobre el lugar de la mujer en la familia, la sociedad y las instituciones eclesiales, ya que la mujer es su sujeto de liberación.

A través de un profundo análisis, exploración constructiva, y una transformación conceptual, busca colocar a la mujer como sujeto teológico activo crítico. Que pueda repensar y denunciar las posturas, actitudes y acciones discriminatorias de las cuales el género femenino ha sido víctima, por parte de la mayoría – sino de todas- las sociedades del planeta constituidas patriarcalmente, que colocan como ideal del ser humano al varón.

La teología feminista actual que surge y es sistematizada, a partir de los años 60’s y 70’s por movimientos que buscaban reivindicar en diferentes ámbitos a la mujer, tiene diferentes corrientes, siempre dentro del ámbito del feminismo teológico. Además es contextual crítica y liberacionista tal como lo plantea Marilú Rojas Salazar.

La gran pregunta es: ¿Se puede hacer teología feminista en una sociedad androcéntrica, culturalmente patriarcalista, y socialmente machista como es la dominicana y como son la mayoría de países latinoamericanos? ¿Porque es necesario hacer teología feminista en República Dominicana?

Para empezar es de tomar en cuenta que, poco o nada se hace de teología en RD y en países centroamericanos, y mucho menos teología feminista. Nos hemos dedicado únicamente a consumir y a reproducir las corrientes teológicas que proceden de otros países. Olvidando que la tarea como teólogos y teólogas es producir, buscar alternativas, interpretar los tiempos, incidir en la sociedad y en espacios eclesiales. A través de una teología teórico práctica.
Desde una lectura teológica feminista vemos que la realidad de la mujer dominicana y de las mujeres latinoamericanas, es una realidad excluyente, cargada de opresión, estigmas, donde se busca subordinar a la mujer, haciendo uso de Teologías y hermenéuticas misóginas.

La teología feminista nos debe conducir a una concientización que promueva la liberación de nosotras las mujeres de las estructuras machistas que justifican y promueven la opresión, la manipulación, la domesticación, marginación y exclusión de la mujer en los espacios eclesiales.

En un país como el nuestro, donde las encuestas dicen que más del 90% de la población son creyentes (cristianos evangélicos, católicos y de otras denominaciones) resulta risible y chocante que aún no exista apertura con relación a las funciones ministeriales de las mujeres dentro de las iglesias. Por ejemplo: dentro de las principales iglesias evangélicas del país, sólo Las Asambleas de Dios permite la ordenación de mujeres pastoras. En el resto únicamente se les utiliza como mano de obra barata. Muchas mujeres desempeñan funciones ministeriales importantes, pero no se les da el mismo reconocimiento que a los hombres. Así, muchas mujeres lideresas pueden ejercer funciones únicamente cuando se trata de dirigir orientar a otras mujeres, más no cuando esta tarea conlleva la presencia de varones. Pues se estaría “violentando” el derecho y orgullo de los varones.

Las diferentes denominaciones evangélicas (que son las que más conozco) se encargan de promover un Cristianismo fashionista, donde el cristianismo y espiritualidad de una mujer es medido a partir de cómo esta se vista, y no a partir de si está práctica la ética de Jesús. Y no me imagino la verdad a un Dios “fashonista” en una pasarela aprobando o desaprobando la fe y espiritualidad de cada una, a partir de la vestimenta que cada una usa, y saber así quien pueda ser “digna” de llamarse cristiana.

Es todo un reto del que quiera asumirlo, (hombres y mujeres) que se dedican a la teología ya sea de forma académica o empírica, desde la academia o espacios eclesiales, la de construir ideas, y romper esquemas que han marcado nuestra práctica y mentalidad teológica. Ya que es a partir de esa imagen de un dios patriarcal con forma de hombre, que muchos se amparan para excluir a las mujeres.

La teología feminista no es solo de mujeres ni para mujeres. Uno de sus ejes de acción es la construcción de una nueva masculinidad y fomentar la igualdad entre hombres y mujeres. Así como la búsqueda de equidad que permita a las mujeres desarrollarse como seres humanos plenos sin culpa, libres para expresarse y vivir.

Finalmente a los movimientos feministas que critican a las pioneras y las actuales teólogas feministas por formar parte del sistema eclesial, por considerarlo junto con la Biblia la principal arma de sometimiento. diré que es desde dentro de este sistema que buscamos incidir y lograr cambios.

A las demás mujeres que rechazan nuestra postura por considerarla  “liberal”. Les hago un llamado a concientizar y evaluar su vida cotidiana, pues es ahí donde la teología feminista encuentra su lugar metodológico. No es una reflexión de escritorio sino una reflexión teórica práctica.

A nuestros líderes religiosos y académicos involucrados en el quehacer teológico, a la luz del espíritu liberador del evangelio buscar ese germen de igualdad que el maestro dejó implantado durante su ministerio.

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