Crisis en Haití: ¿Renuncia o dialoga?

Foto de Hector Retamal (AFP/GettyImages)

HAITÍ-

Por Ary Régis, WACC-Caribe, para ALC Noticias-

Puerto Príncipe.- « Oí la voz del pueblo y conozco sus problemas ». Así rompió  anoche su largo y pesado silencio el presidente haitiano Jovenel Moise, después de ocho días de país « locked »  (en desobediencia civil), con el saldo oficial de siete muertos y varias pérdidas materiales.

Respondía, en un discurso televisado, a la población haitiana encerrada en su casa, particularmente los cientos de miles de ciudadanos, quienes, durante ocho días seguidos y en manifestaciones multitudinarias paralizaron todas las actividades y tomaron las calles este 7 de febrero, segundo aniversario de su mandato presidencial que coincidió con los treinta tres años de la caída pacífica de la dictadura de los Duvalier.

La gente, mayoritariamente jóvenes, desempleados, licenciados  o hijos de la calle, exigen rendición de cuentas por la gestión fraudulenta de los Fondos del Petrocaribe y piden su renuncia por la carestía de la vida y su presunta implicación en el mayor escándalo financiero de la historia de Haití. Pero, sin explicación sobre este tema que persiste en las primeras planas de los medios desde julio, y a estos gritos que venían de todo el país, el presidente Moise, heredero del neo Duvalierista, ex-presidente Michel Joseph Martelly (2011-2016), externó más bien su disposición a dialogar.

Invitación rechazada por los líderes del movimiento «país locked», quienes habían dicho que el tiempo del diálogo ya había pasado desde que, el pasado 31 de enero pasado, la Contraloría General confirmó los reportes de dos comisiones senatoriales (la de anticorrupción y la comisión especial) sobre los Fondos del PetroCaribe.

El reporte parcial de Contraloría  indexa a más de 15 altos funcionarios de tres administraciones anteriores (2006-2017) y varios proveedores de servicios, dos de ellos pertenecientes al Señor Moise. Uno de estos líderes, un ex-aliado suyo, actual senador y presidente de la comisión anticorrupción, ya se unió a esta oposición que el Presidente Moise acusa en su discurso de complot contra su persona, sin proporcionar nombres. También al frente de estas manifestaciones se encuentran algunos adversarios de los recientes comicios presidenciales, que dudan de su voluntad para cumplir su promesa electoral de luchar contra la corrupción y de su capacidad para contener la acelerada recesión de la economía. La situación económica se empeoró drásticamente en su segundo año de mandato, preocupando a casi todos los sectores del país.

En efecto, muchas voces del sector privado como de las iglesias y de la sociedad civil, además de pedir la realización de un proceso judicial justo contra los responsables de la dilapidación de los fondos de Petrocaribe, advirtieron sobre un potencial debacle económico, que puede provocar una explosión social. Asimismo invitaron al presidente a medir las consecuencias de sus acciones y a tomar las medidas necesarias para iniciar un proceso de diálogo sincero que lleve el país hacia cambios profundos tanto en la estructura económica del país como en el calendario político, incluyendo un recorte en su mandato, si es necesario.

Lo que sorprendentemente rechazó el 8 de febrero pasado, después de que el 20 enero lo había contemplado para facilitar una resolución rápida a la crisis política.  Las reacciones negativas casi generales al discurso del Presidente expresadas en las calles y en los medios  muestran la complejidad de la crisis y se teme que el no logre traer la oposición a la mesa de diálogo y ganar la confianza de la población, frustrada por su indiferencia frente a sus problemas, para que acepte quitar las calles.

También hay duda de que la nebulosa oposición logre fácilmente su renuncia a corto plazo, puesto que Moise cuenta con el apoyo explicito  del Core Group (constituido por embajadores de Francia, España, Canadá, Brasil, Argentina y Estados Unidos, entre otros) y del Secretario General de la OEA, quienes piden – ahí sí – que se respeten los plazos electorales.

Haití conoce un déficit presupuestario que alcanza ya los veinte billones de Gourdes (1U$D = 82 G) en el primer trimestre del año fiscal y una inflación de más del 15%. La Gourde ya perdió más del 30% de su valor en el mismo periodo, en un país que importa casi todo de los Estados Unidos.

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