Pastora Raquel Salinas y la mujer pentecostal

CHILE-

Catalina Arias-

La imagen de Raquel Salinas como mujer despreciada y acusada por su propio esposo de “faltar para él“, quejándose en público y mintiendo acerca de ella para justificar sus relaciones con amantes mientras ella sigue siendo su esposa y pastora (diaconisa) de la congregación, es fiel reflejo de lo que pasa en miles de hogares evangélicos, y de pastores que no han accedido a dejar sus cargos, sino que despiden personas de sus círculos e iglesias para luego reemplazar a una “compañera ministerial” por otra, manteniéndose en sus lugares y recalcando que los “ungidos” son ellos.

La violencia sobre las mujeres en la iglesia es estructural y sostenida en discursos y acciones permanentes. Sean esposas, hijas o pastoras de iglesias, han sido sometidas a “callar y soportar”, debiendo mantenerse en oración para que Dios cambie a sus maridos.

Ahora, nos vemos ante la exposición pública de un hombre que levanta discursos políticos de “moralidad y valores cristianos”, con financiamiento a campañas políticas y bancadas evangélicas. Un hombre que es denunciado por las propias mujeres, revelando una verdad genérica: las maquinaciones ocultas de los hombres en el poder por parte de las ex-esposas; mujeres abandonadas, totalmente violentadas en sus familias, casadas muy niñas, dejando ver prácticas que van desde abusos, engaños, pedofilia, lavados de dinero, corrupción y dobles vidas de estos líderes absolutos. Incluso, quien entrega su testimonio público (como Erika Bugueño) señala no haber vivido esa vida de lujo, a pesar de que por sus cuentas bancarias (o mejor dicho, las de su esposo) pasaban millones, compras de autos, y un largo etcétera.

Siempre digo que quien no ha estado dentro de un espacio tan sectario como este, no logra dimensionar el nivel de manipulación y control al que la gente es sometida, y que el ser liberadas -incluso como mujeres- tiene una doble dificultad, si no es en una experiencia que cada una puede transitar en sí misma.

Expreso todo mi apoyo a quienes hoy se están atreviendo a hablar verdades y realidades silenciadas por mucho tiempo, a las mujeres que están abrazando a su pastora y también a la hermandad que ha decidido expresarse.
Deseo que mis hermanas sigan siendo fortalecidas, y que sea un tiempo en que la iglesia visibilice cómo están tratando a sus compañeras y coherederas, iguales ante Dios, en la misma fe que expresamos y vivimos predicando. Hoy es el tiempo de ponerlo en práctica.

El mundo pentecostal es un grupo más bien conservador, el cual es criticado por muchas y muchos otros creyentes en público, quienes intentan desmarcarse de su propia realidad diciendo “ellos sólo representan a la IMP”, o “nosotros no somos como ellos”. Sin embargo, quiero destacar a quienes hoy se ponen de pie, y defienden también a quien reconocen como una mujer trabajadora y lideresa innata con su testimonio, la que guardó silencio por más de 40 años, quien representa en sí misma lo que las mujeres deben cargar hasta hoy, añadiendo a sus hombros más peso del que deben llevar, no por voluntad o “mandato” de Dios sino por la insensatez, egoísmo y pecado de los propios hombres.

Aún nos toca ver que en todo tipo de iglesias (no sólo conservadoras), el testimonio, la experiencia y declaración de una mujer en casos de abuso, acoso o lo que sea sigue siendo desestimado, cuestionado, removiéndola por provocadora y causante. Esto no ocurre con quienes son los acosadores, abusadores y victimarios, menos si ocupan posiciones de “renombre”, con liderazgos encargados de mantener sus posiciones e influencias.

#portodaslasRaquel
#yositecreo
#mujeresdefe
#honrandoalaspastorasylideresas
#violenciadeGeneroenlaIglesia

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Los defensores de la familia siempre han practicado y predicado un modelo de familia autoritario en que la mujer debe guardar silencio, sufrir callada esperando que su marido alguna vez cumpla su parte que es amar, respetar y dar dignidad, y si no lo hace esperar sufridamente orando.

Un modelo en el que ellas no hablen y soporten la infidelidad, el abuso, el autoritarismo, bajo toda sumisión. Un modelo servil al hombre abusador, que hace sufrir a la mujer, mientras hijos e hijas también sufren o callan, son cómplices o aman sólo a su madre por sus grandes sacrificios mientras (sólo) respetan a su padre por el hecho de ser tal.

Esa es la doctrina que predican y practican, tan alejada de la vida y mensaje del Salvador, de Cristo.

Hoy hacen agua por todos lados, y dan razón a quienes han sido presentadas como destructoras de la familia, las que simplemente han estado gritando que se les oiga y se les trate de forma digna e igualitaria.

Esa es la triste realidad.

Esperemos que este proceso permita que abramos los ojos sobre ello también, que el rol de la mujer sea reescrito para siempre conforme a la verdad eterna de amor del evangelio.

La autora es miembro de las Asambleas de Dios, Pastora de la Iglesia El Río, Bachiller en Teología, colaboradora.


Una carta se entregó el día de ayer a la pastora Raquel Salinas y a las hermanas Dorcas por parte de la organización “Mujeres de Fe” (cristianas feministas), en un respetuoso gesto de acompañamiento y solidaridad para con la pastora y diaconisa por la exposición mediática de su vida privada, violencias explicitas, amenazas y ejemplo de violencia de género en la estructura y organización eclesiástica donde la arbitrariedad de un hombre ha pretendido decidir acerca de su labor como pastora o ser reemplazada, sustituida, etc. con excusas de calumnias difamación y mentiras para lograr dichos objetivos.

Puede leerse aquí:

Publicado originalmente en https://elotrocanuto.wordpress.com

 

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