ARGENTINA-
“Desde los medios masivos de comunicación se alienta la idea que desde la
presidencia de la Nación se ha convocado a diversos sectores políticos, sociales, gremiales y eclesiales a una mesa de diálogo. Nuestra Pastoral cree que los diálogos deben ser abiertos, con disposición a escuchar a diversos sectores, sobre todo poniendo cuidado en oír a quienes son más postergados por las políticas aplicadas por la actual gestión”, dice en un comunicado la Pastoral Social Evangélica.
Paradójicamente, afirman, la nota que ha circulado evita explícitamente la palabra “diálogo”, invitando a las partes convocadas a expresarse sobre los 10 puntos ya elaborados desde el gobierno actual y que no son más que un refrito de los compromisos asumidos ante los organismos de crédito internacionales.
No creemos que una convocatoria que no incluye al diálogo como herramienta de construcción comunitaria de consensos pueda tener otra finalidad que la de distraer a la ciudadanía, a las puertas de un proceso electoral, de la dura realidad que afecta a millones de argentinos y argentinas.
Animan a todas las partes que han sido convocadas, “sobre todo a las que dicen representar a las iglesias y organizaciones basadas en la fe, a asumir la voz de quienes pasan hambre, de quienes no tienen empleo, de quienes lo tienen, pero no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas, de quienes no logran comprar sus medicamentos, de quienes son expulsados mes a mes del sistema, cayendo debajo de las líneas de pobreza y de indigencia”.
Finalizan la carta pidiendo a Dios para que este llamado “a acordar una agenda prefijada por quienes ya no tienen ni ideas ni capacidad de resolver la crisis que ellos mismos han provocado”, se convierta por la acción del Espíritu en una oportunidad para la transformación y la creatividad en la búsqueda de caminos de plenitud, equidad y justicia para todo el pueblo, comenzando desde los más frágiles en el entramado social.