ESPECIAL CHILE: Iglesias y Organizaciones de fe denuncian las injusticias sociales pidiendo el cese de toda violencia

Protestas en Chile (HUW EVANS PICTURE AGENCY)

CHILE-

Teniendo a la vista la situación que vive Santiago desde hace algunos días, con el riesgo de extenderse a otras ciudades, que comenzara como un movimiento de evasión del pago de pasajes, y de protesta por el alza del servicio del Metro de Santiago, hasta los hechos de violencia de ayer, y las protestas públicas pacíficas y otras violentas de hoy, no es posible desconocer que la situación actual tiene antecedentes que se deben considerar, dice  el Rvdo. Dr. Jorge Cárdenas Brito, Presidente Concilio Iglesias Históricas y Protestantes. Se une así a varias Cartas Pastorales y Manifestaciones de organizaciones que durante el fin de semana hicieron oír sus voces pidiendo el fin de la violencia pero denunciando las injusticias sociales que subyacen en el país andino.

Una larga historia de escándalos y abusos han ido agotando la paciencia del pueblo y las marchas y protestas no han sido escuchadas, mas bien en el último tiempo hemos asistido a respuestas burlonas que reflejan falta de caridad con los pobres y afligidos que reclaman sus derechos.

Tarde llegan las ofertas de revisar situaciones, y la petición de ayuda para calmar los ánimos, analiza. Por el contrario asistimos a escenas que recuerdan a la gente lo peor de otros momentos de nuestra historia. No era necesario llegar a esto. Lamentamos, y no justificamos la explosión de violencia destructiva, pero entendemos las causas, y rogamos al Señor que las últimas ofertas desde la Presidencia sean suficientes para producir calma, y dar tiempo a resolver los problemas pendientes.

Como cristianos, gente llamada a predicar la paz y profetizar justicia sentimos que hemos predicado en el desierto señalando que nos preocupaba, y preocupa, la tozudez y ceguera que ha impedido a la clase política transversalmente, centrada en sus propios intereses y temas, leer los síntomas de malestar y las preocupaciones reales del pueblo que los ha elegido para esto, y no aquello. Tampoco las iglesias quedan exentas de responsabilidad pues no han estado a la altura de la situación.

“Repudiamos terminantemente el uso de la violencia, venga de donde venga”, dicen el Pastor Felipe Rojas Cortés, del Ministerio Social Metodista, y el Obispo de la Iglesia Metodista de Chile. Jorge Merino Riffo. “No la reconocemos una como expresión válida en la resolución de conflictos, ni como método para conseguir un fin, esta nunca será una forma legítima para el restablecimiento de la paz…Sin embargo, no podemos dejar de decir que el sistema que gobierna es violento”, continúa.

Creemos, afirman, “que es necesario que el gobierno entregue respuestas claras y precisas a las reivindicaciones que hacen los trabajadores y trabajadores, estudiantes y pobladores de nuestro país, frente a la precariedad de sus salarios y costo de vivir y subsistir, con los cuales no se consigue tener una vida digna. Reconocemos y focalizamos que este es el centro de conflicto y que, no habrá avances que conduzcan a la igualdad y equidad de nuestra nación, sino ponemos la mirada en las personas, especialmente en los más desposeído y desposeídas”.

Hoy más que nunca las palabras proféticas de Jesucristo nos inspiran para solicitar a toda la comunidad de la Iglesia Metodista de Chile a unirse en una sola voz rogando al Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que por misericordia ponga paz con justicia en nuestra patria, que inspire y llene de sabiduría a los gobernantes para que puedan ver el dolor y las necesidades de los ciudadanos y ciudadanas a quienes no pueden ni deben conformarles con las migajas que caen debajo de la mesa de sus banquetes.

En tanto Eduardo Rojo, Pastor Iglesia Luterana de Temuco, en una extensa carta pastoral afirma que “la entrega de Jesús en la cruz efectivamente contradice toda forma de violencia. Por esta razón, nuestra Iglesia tampoco puede aceptar ni justificar la violencia estructural que se vive en nuestro país, por más disimulada que esta violencia sea o nimia que esta violencia parezca. Los diversos casos de colusión, explotación y negligencia que han afectado año a año a los ciudadanos (farmacias; productores avícolas; papel higiénico; prácticas explotadoras de supermercados, tiendas de retail y malls; costos crediticios poco regulados; crisis del agua de norte a sur, etc), han mermado ostensiblemente diversas dimensiones de la vida de las personas de este país…”

Ante estos ejemplos vemos que muchas instituciones ejercen una violencia estructural desenfrenada en contra de las personas, que a su vez, la mayoría de las veces queda impune o es insuficientemente sancionada. Desde la fe cristiana, no podemos aceptar esta violencia que efectivamente añade sufrimiento y merma la vida de las personas.

Este tipo de institucionalidad atenta contra el 5° mandamiento de Dios. Por otro lado, no solo las instituciones del mercado y del bienestar social han perdido la confianza de la población. También el Estado ha perdido la credibilidad, al develarse las diversas formas de corrupción que afectan a sus estamentos. Tanto el Ejército, como Carabineros de Chile se han visto afectados por casos de corrupción que han costado millones de pesos a todos los chilenos y chilenas. Sin embargo, muchos de los protagonistas de éstos hechos permanecen impunes o han recibido bajas penas. Incluso se dice en las redes sociales que el propio Presidente de Chile  ha evadido millones de pesos en impuestos, recibiendo importantes condonaciones de deudas tributarias, sin que esto haya sido categóricamente desmentido”.

“Como representantes Iglesia Cristiana de la tradición protestante de la Reforma consideramos necesario exhortar al Gobierno Chileno a dar respuesta a las profundas necesidades de los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país, poniendo freno decididamente a la violencia estructural, a la impunidad y a la falta de altura ética del liderazgo político e institucional. Asimismo resulta necesario llamar al Gobierno a poner término a la violencia arbitraria, indiscriminada, ilegítima e injustificada. Finalmente también debemos exhortar a los ciudadanos de nuestro país a buscar una expresión pacífica y constructiva del descontento, y a abrirse al diálogo y a los compromisos bien fundados en la responsabilidad mutua de los contrayentes. Pero por por otro lado, también debemos exhortar a los manifestantes a detener y denunciar a toda expresión violenta.”

En este PDF hemos sumado las Cartas de organizaciones de fe que nos han llegado en estos días Cartas Pastorales Chile

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