Los Jueves de negro: “oremos por la protección de Dios para todos y todas”

SUIZA-

CMILos/las embajadores/as y personas que colaboran con los Jueves en negro nos piden que protejamos a las mujeres que, debido a la pandemia del COVID-19, se encuentran en situaciones que las hacen vulnerables a la violencia.

En muchos países, el aumento de los malos tratos en el hogar se está calificando como “una nueva crisis del COVID-19”, ya que las restricciones de circulación destinadas a detener la propagación del coronavirus están haciendo que la violencia en los hogares sea más frecuente, más grave y más peligrosa.

En España, el número de emergencia para la violencia doméstica recibió un 18 por ciento más de llamadas en las dos primeras semanas de confinamiento que en el mismo período del mes anterior. La policía francesa informó de un aumento en todo el país de alrededor del 30 por ciento en la violencia doméstica. Los informes de violencia doméstica en el Reino Unido han aumentado en un 20 por ciento. En los Estados Unidos, la policía estatal de Rhode Island informó que las llamadas por violencia doméstica habían aumentado un 36%.

Las mujeres también constituyen el 70% del personal sanitario de primera línea en todo el mundo, que carece de equipo de protección a pesar del mayor riesgo de exposición.

Los embajadores se pronuncian

Los/las embajadores/as de los Jueves de negro, la campaña mundial para un mundo libre de violaciones y de violencia, se pronunciaron el pasado Jueves Santo para llamar la atención sobre una situación cada vez más grave para millones de mujeres en todo el mundo.

Brindaron apoyo emocional, promoción y ayuda concreta a través de las redes sociales, mediante la publicación de poemas, mensajes, comentarios y declaraciones.

La Federación Mundial de Mujeres Metodistas y de la Iglesia Unitaria, dirigida por la presidenta Alison Judd, publicó: “Se nos dice que nos quedemos en casa y nos mantengamos a salvo, pero, para algunas personas, eso parece imposible. Hay mujeres, niños, e incluso hombres que se enfrentan a otro riesgo durante esta pandemia. Tienen miedo de la persona que vive con ellos”.

El Rev. Dr. Anders Göranzon, secretario general de la Sociedad Bíblica Sueca, realizó la siguiente reflexión: “Una persona cercana a Jesús lo traicionó. Lo mismo les sucede a muchas personas vulnerables en tiempos de aislamiento, principalmente mujeres y niños”.

El Rev. Dr. Chris Ferguson, secretario general de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, señaló: “Las mujeres siguen conformando la mayoría de los cuidadores más expuestos y de los trabajadores con salarios bajos”. Pidió un “imperativo de fe”: “la nueva normalidad debe ser un mundo sin violencia contra las mujeres”.

El Rev. Damon Mkandawire, administrador del hospital de la Iglesia Unida de Zambia, el Hospital de la Misión Mbereshi, afirmó: “Las mujeres desplazadas, refugiadas y que viven en zonas afectadas por el conflicto son particularmente vulnerables”.

La Rev. Susan Johnson, obispa nacional de la Iglesia Evangélica Luterana en Canadá, y las Iglesias Evangélicas Luteranas en América, dirigidas por la obispa Elizabeth Eaton, han publicado en las redes sociales: “La violencia doméstica ha aumentado con la campaña #StayAtHome” y están dando a conocer líneas telefónicas nacionales y locales de ayuda contra la violencia doméstica, así como líneas de ayuda por mensaje de texto”.

Hanbeet Rhee, miembro del Consejo Ecuménico de la Juventud en Corea, declaró que, después del COVID-19, “no podemos, y no debemos, volver a esa ‘sociedad normal’, y necesitamos soñar con una sociedad mejor, que ame y proteja a los débiles, especialmente a las víctimas de la violencia de género”.

Preocupación y acción por los más vulnerables

“Con 1500 millones de niños sin escolarizar, el desempleo aumentando a un ritmo asombroso y las mujeres más vulnerables que nunca a las crecientes tasas de violencia, todos necesitamos no solo concienciar, sino también actuar”, instó la Dra. Isabel Apawo Phiri, secretaria general adjunta del Consejo Mundial de Iglesias.

“Garantizar que las mujeres y los niños tengan acceso a ayuda y a lugares seguros debería ser una prioridad máxima de nuestros gobiernos y nuestras iglesias”, afirmó. “Es necesario establecer un sistema de protección para las mujeres y los niños más vulnerables, y compartir información precisa y recursos que crucen las fronteras nacionales y las líneas religiosas para llegar a las comunidades afectadas”.

Como concluía la publicación en las redes sociales de uno de los embajadores de la campaña: “Vístanse de negro este jueves y oren por la protección de Dios para todos”.

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