Habrá cambios sustanciales en el mundo después de la pandemia COVID-19

REPÚBLICA DOMINICANA-

Por Telésforo Isaac-

Después de pasar la cumbre del siniestro de coronavirus y llegar a nivel de condición moderada o conclusión de la funesta pandemia en el globo terráqueo, el mundo no será igual en numerosos aspectos.   

Serán innumerables los cambios en áreas de la vida: transformaciones y novedosas formas de actividades económicas y políticas, prestaciones de salud, urgente atención a la crisis alimentaria, esmero cuidado al medioambiente, hacer eficiente el modo de transporte, excursiones turísticas, intercambios sociales, pensamientos ideológicos, estrategias de gobernar, trastornos psíquicos de individuos y grupos. Habrá inclusive reformas de conceptos religiosos y  prácticas del ministerio pastoral con más fe, compromiso y dedicación.

Dada la causa de la pandemia de Covid 19, habrá distorsiones de manera muy severas en todas las áreas de las estructuras y manejo operativo de los gobiernos; pues hay necesidad de proveer iniciativas para adecuar medios buscando optimizar prestaciones de servicios de salud pública, programas efectivos de educación, disfrutes artísticos, competencias deportivas, propiciar imágenes atrayentes para cautivar turistas, adecuar facilidades para el sector agropecuario, acondicionar negociaciones con empresas industriales y comerciales para suministros nacionales y exportación, ajustes de reglamentos para establecer y atenuar las condiciones de incipientes actividades comerciales, ajustar los beneficios de los obreros y personas  de labores  informales, entre otras áreas de la vida habitual.

Es probable que los medios de transporte y los gobiernos tengan que conocer, normalizar reglamentos a viajantes internacionales requiriendo vacunas o certificados médicos a los que transitan por tierra, mar o aire.

Con igual característica, después de aminorar o pasar el azote de la epidemia de coronavirus, muchas personas caerán en estado de perturbación mental y estado de depresión a distintos niveles.  Estas personas necesitarán ayuda de profesionales de la psicología y apoyo de orientadores espirituales. Los trastornos psíquicos y las debilidades mentales deben ser tomadas en cuenta de manera seria y con evaluaciones facultativas.  Esta área del componente del ser humano es ignorada a veces por razones de tradición; en otros tiempos no se consideraban los disturbios emocionales y las deficiencias mentales como enfermedades observables, mejorables y curables por la intervención científica. Como se sabe ahora, la amenaza de cometer suicidio y el hecho de terminar su propia vida muchas veces es por la condición de aguda depresión. Las estadísticas cuentan que anualmente más de 25,000 personas se suicidan por el efecto de profunda depresión. La secuela de la epidemia será el aumento de casos de depresión. Se debe estar atento para ofrecer ayuda profesional.

La ética moral del cristianismo será más altruista y las relaciones entre iglesias serán más fraternales y ecuménicas; pero, al mismo tiempo, grupos de tendencia conservadora o activistas de ideologías radicales incitarán movimientos para impulsar sus causas.

Las interrelaciones familiares, en muchos casos, serán más íntimas y afectuosas; sin embargo, en algunos hogares surgirán discrepancias y conflictos que podrían causar separaciones, intimación y divorcios en lugar de aparejar los enlaces conyugales.

Pasado el azote de la enfermedad a causa del virus infeccioso COVID-19, habrá cambios en todos los conglomerados de seres humanos en el mundo, porque la calamidad que afligió a las gentes incidirá en el comportamiento o clamores por justicia y en el equilibrio de individuos o grupos en algunas sociedades, y provocarán crisis que tendrían grandes despliegues de querellas y luchas para lograr ajustes sociales. Es probable que por un tiempo no previsible las reuniones sociales y conglomerados se restrinjan a un determinado reducido número de personas.

Los ingresos se aminorarán y las finanzas de las naciones quedarán en niveles bajos, por tanto, los gobiernos y economistas tendrán que ponerse de acuerdo para buscar maneras de formas de paliar la deprimente situación, y para que las poblaciones no sufran de carencias materiales, comodidades usuales y facilidades de bienestar general.

Sin duda alguna, el mundo tendrá cambios sustanciales y se deben planificar y llevar a cabo ideas, prácticas y asistencias eficaces para remover de la mejor manera la situación que se avecina.

El autor es Obispo emérito de la iglesia Episcopal/Anglicana

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