Estados Unidos en la encrucijada

ESTADOS UNIDOS-

Por Carmelo Alvarez-

Para nadie es un secreto que la sociedad norteamericana, en todas sus expresiones, confronta uno de los momentos históricos más cruciales. El proceso electoral que va desde elecciones primarias estatales hasta las convenciones de los dos partidos oficiales, Demócrata y Republicano. El pasado 1 de marzo se ha conmemorado, en Selma, Alabama, una marcha que marcó ruta en la lucha por los derechos civiles de la población Afroamericana y su derecho al voto. Allí en Selma marcharon junto al masivo movimiento Afroamericano, liderado por el congresista John Lewis, figura emblemática del movimiento que lideró Martin Luther King Jr., allí mismo en Selma, hace 55 años. A la marcha se unieron otros lideres muy reconocidos a nivel nacional como los reverendos Al Sharpton y Jesse Jackson y los y las personas precandidatas que sigue luchando en la contienda, y obviamente andan buscando apoyos y endosos para sus candidaturas.

Quisiera destacar algunos aspectos que sobresalen en este año electoral. Entre ellos, el ambiente polarizado que plantea esa contienda electoral (destacados en la candidatura a la reelección presidencial de Donald Trump por el Partido Republicano). Otro aspecto sobresaliente es el conflicto racial que ha exacerbado el discurso, la actitud y la tónica del presidente Trump, que se comporta como un líder político ultraconservador y no como jefe de estado. Esa actitud marca las políticas públicas y las convocatorias plagadas de mentiras y descalificaciones a todo cuestionamiento y disidencia, incluyendo las redes informáticas y las críticas de intelectuales connotados. A ello se une a la convocatoria de Trump a líderes evangélicos ultraconservadores que bendicen y promueven todo lo que propulsa y promueve el presidente Trump, sin el más mínimo cuestionamiento. Se justifica así el maridaje ideológico-político entre la iglesia y el estado, como nunca se había visto esa justificación en Estados Unidos. Lamentablemente, las llamadas iglesias históricas, en su gran mayoría, guardan un silencio que disipa y evade una actitud profética, tan necesaria en estos tiempos de “sequía profética”.

Las políticas públicas marcan un rumbo claramente discriminatorio que incluye las políticas migratorias, la negativa para promover medidas de control a los armamentos, la falta de mayor seguridad pública frente a la violencia callejera rampante en el país a todo nivel y que ya ha cobrado miles de vidas, particularmente en escuelas públicas y espacios donde la juventud ha sido la más afectada. A todo esto, se une el favorecer las exenciones contributivas que favorecen los sectores del gran capital, que ya ocupa un lugar prominente en la proporción cada día más abismal entre ricos, pobres y una clase media cada día más golpeada.

Entonces, se puede afirmar que estamos en una encrucijada, como pocas en la historia de los Estados Unidos, en este año electoral 2020. Sobresale el predominio del gran capital económico en los dos partidos políticos dominantes. Aún la élite política que tradicionalmente domina en la política local y nacional depende de los millones de dólares que se invierten desde la propaganda política hasta la inscripción de candidaturas presidenciales.  Pareciera que hay que ser billonario de aquí en adelante para llegar a la presidencia de los Estados Unidos. Como ha insistido el gran filósofo y filólogo, Noam Chomsky, estamos ante una “democracia defectuosa” que cada día es menos participativa. El Dr Cornel West, reconocido filósofo y teólogo Afroamericano, destaca en su libro, Democracy Matters (La democracia importa),  la necesidad de una verdadera recuperación de la vida democrática de “la corrupción imperialista”, con su racismo y expansionismo, y con su correspondiente militarismo y “cristianismo constantiniano”, con tendencias fundamentalistas. Hace falta una renovación y revitalización de la democracia norteamericana, recalca el Dr. Cornel West

A este panorama se añade el impacto de la pandemia del COVID+19, que altera dramáticamente el escenario de la vida en la sociedad norteamericana, sin precedentes en la historia del país. La incertidumbre sobre un panorama tan complejo, y los desafíos que plantea, afecta cualquier proceso social, político y económico. De cara a unas elecciones nacionales en noviembre de 2020.

Lo que he querido enfatizar aquí se puede resumir al plantear que Estados Unidos enfrenta un gran desafío para reconocer que su democracia enfrenta una profunda crisis. Las crisis ofrecen la posibilidad y oportunidad de corregir graves errores y corrupciones, rescatar valores morales, éticos y espirituales que marquen un rumbo nuevo en la vida nacional de los Estados Unido. Además de asumir una actitud menos arrogante y mas honesta para que pueda unirse all gran concierto internacional como agente de paz, justicia y equidad. Así la democracia norte americana será más creíble por ser más transparente, incluyendo sus procesos electorales nacionales. ¡Ciertamente los Estados Unidos enfrenta una gran encrucijada, escoger el camino correcta será el gran desafío!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *