La Poderosa Locura de Dios

CUBA-

Por Ofelia Miriam Ortega

“…considerad, pues, hermanos, VUESTRA VOCACION y ved que no hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte… “

(I Corintios 1:26-27).

Ha sido Dios quien nos ha escogido y llamado como lo afirma el evangelio de Juan 15:16. “Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes”. Esa es la vocación de la que tanto hablamos al seleccionar el liderazgo de la Iglesia, o al decidir las distintas responsabilidades que ha de asumir el laicado, el Pueblo de Dios, o al considerar los elementos curriculares que debemos incluir en nuestras Instituciones Teológicas para estimular un desarrollo vocacional que beneficie a las congregaciones locales.

Sin embargo, al leer el texto de I de Corintios 1:12- 27, nos inquietamos, ¿ qué pretende Dios con ese llamado! qué locura es ésta? hacia quienes ha de dirigirse el llamado de Dios? ¿Es que la sabiduría que recibimos en nuestros estudios teológicos no es funcional para el proyecto del Reinado de Dios?

Creo que este mensaje a la comunidad de Corinto es muy oportuno para nuestros procesos educativos. Esta iglesia estaba formada por esclavos, libertos, y personas pobres, aunque libres, o sea, de acuerdo con la sociedad en que vivían eran las “no personas”, los excluidos del poder en la sociedad.  La composición social de la iglesia de Corinto constaba mayormente de los “débiles ” de la sociedad, los que no tienen influencia ni poder: artesanos, esclavos, mujeres. Hay también líderes activos con poder e influencia en la congregación: Crispo y Gayo, Estéfanas y Erasto. Pero a ellos Pablo les exige tener un compromiso de aceptación y valoración de esa mayoría humilde.

¿Por qué Pablo escribe así en esta forma tan desafiante a esta congregación de personas tan humildes? Según la biblista Irene de Foulkes: ” Pablo se atreve a escribirles en esta forma tan brutal porque está convencido de que ha sucedido con ellos un hecho inaudito: su situación existencial ha sido transformada radicalmente por el mensaje de la cruz. Elegidos por Dios para poner vergüenza a sabios y fuertes (1:27), estos “anulados” de la sociedad son ahora el instrumento de Dios para sorprender a los que pretenden ser algo” (1:28).

Para participar de esa ” locura” del llamado de Dios, hay que cambiar de mentalidad, y la mentalidad teológica nos exige un compromiso auténtico con la ” MISSIO DEI”, ya que “el locus teológico” por excelencia como afirma Orlando Costas está “fuera del campamento”, en las márgenes, porque es allí donde encontramos a los “excluidos”, junto a la presencia de Jesús crucificado. Esto nos lleva al texto profético de Jeremías 9: 23-24: “No debe el sabio vanagloriarse por ser sabio, ni jactarse el valiente por ser valiente, ni presumir el rico por ser rico. Quien se quiera vanagloriar, que se vanaglorie de entenderme. Porque yo soy el Señor, que hago misericordia, imparto justicia, y hago valer el derecho en la tierra, porque estas cosas me complacen”.

La práxis del Jesús histórico, la obra del Espíritu Santo, y el proyecto del Dios de la Biblia descansan sobre esta premisa: las y los excluidos de la tierra tienen a ALGUIEN que los acompaña y defiende. Por ” la locura del mensaje de la cruz”, Dios elige a los que “no son sobrantes” provocando así los cambios de los valores de este mundo.

Debemos preguntarnos en cada uno de nuestros contextos ¿quiénes son hoy los excluidos y excluídas en el espacio donde vivimos? Si la educación teológica ha de estar dirigida a una vocación que nos sitúa del lado de los que no son bien vistos, los que carecen de poder, los que ven amenazada su sobrevivencia material o cultural, entonces la educación teológica orientada con esa visión del Reinado de Dios ha de cambiar, con una dedicación permanente al servicio y defensa de la vida.  Para ello la educación teológica dialogará con las prácticas políticas, las expresiones culturales, y las ciencias que defienden la vida en todos sus aspectos.

Ha de ser entonces contextual, transformadora, interdisciplinaria e intercultural, dejándose también interpelar en nuestro contexto latinoamericano y caribeño por las tradiciones religiosas y culturales ancestrales y contemporáneas de nuestras poblaciones aborígenes y negras. Será asumida desde la fe cristiana pero en un contexto y en una perspectiva interreligiosa.

Los excluidos de nuestras sociedades, no tienen únicamente hambre de pan, sino tienen también hambre de su humanidad negada, y de Dios. Hambre del Dios que no excluye a nadie y que está en medio de los seres humanos “para que todos tengan vida y la tengan en abundancia “(Juan 10:10).

 El texto de I de Corintios nos hace ver que tenemos que superar el análisis del excluido solamente como víctima. Son productores de cultura, de lógicas y de enfrentamiento de la realidad que siempre nos sorprenden, siendo capaces de organizar un esfuerzo de resistencia activa y creativa que superan nuestros análisis sociales.  José Míguez Bonino nos dice que hay producción teológica cada vez que alguien jura por Dios, besa la tierra, bendice a su vecino, “recibe el espíritu”, expulsa un demonio o balbucea una plegaria. Y también afirma que: ” el sujeto” del quehacer teológico no son los sujetos clásicos – el teólogo académico o el magistrado jerárquico- quienes pasan a tener un lugar subordinado, porque el sujeto primario es la experiencia de la comunidad creyente, cuando comparte, asume y vive la experiencia total del pueblo al que pertenece- y muy particularmente de los pobres y desprotegidos de esa sociedad.

PLEGARIA DESDE EL MONTE CARMELO de ELSA TÁMEZ. (Reunión de CETELA en Honduras).

Danos fe para creer que sí podemos llevar adelante como parte integral de nuestra educación teológica, en nuestros currículos y programas, la esperanza, el amor por el cosmos, y la apertura sincera a todas las creaturas de Dios. Porque creemos que la espiritualidad y la educación ministerial no forman un dualismo.

Intercedemos para que nos proveas de tu sabiduría a fin de que en nuestra tarea siempre estén presentes la excelencia académica y la creatividad y que sea accesible a todas y todos. En tu infinita misericordia, reconfirma nuestra vocación, líbranos del mal y danos tu bendición para la nueva jornada que emprendemos como tus enviadas y enviados en la preparación de formadoras y formadores de hombres nuevos y mujeres nuevas, que tienen como misión proclamar y manifestar las buenas nuevas del Reinado de Dios, Amén.

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