
CUBA-
CIC-El equipo Facilitador Regional de la Comunidad de Práctica para la Gestión de riesgo de Desastres en América Latina y el Caribe quedó constituido este miércoles 16 de septiembre, siendo electa como su Moderadora María Luisa Navas Zorrilla, funcionaria del Consejo de Iglesias de Cuba y Coordinadora en el país del Foro Cuba de ACT Alianza. Con ella dialogamos sobre esta nueva responsabilidad.
María Luisa Navas Zorrilla. Moderadora de la Comunidad de Práctica para la Gestión de riesgo de Desastres en América Latina y el Caribe
Pregunta: Maria Luisa, has sido electa como Moderadora de la Comunidad de Práctica para la Gestión de riesgo de Desastres en América Latina y el Caribe. ¿Cómo se constituye esta Comunidad? ¿En qué consiste esta Plataforma, quiénes la integran y animan y cuáles son sus propósitos y objetivos?
Respuesta: La Comunidad de Práctica para la Gestión del Riesgo de Desastres de América Latina y el Caribe puede definirse como un grupo de personas apasionadas por un mismo objetivo y que conforman una red regional de primera línea para hacer frente a los desafíos contemporáneos en materia de respuesta humanitaria, digna y responsable, mediante el apoyo a personas que sufren el impacto de los desastres, guerras y conflictos, fortaleciendo las capacidades de líderes de base, apoyando a las poblaciones menos privilegiadas a adaptarse al cambio medioambiental, e influyendo en las instancias de gobierno y otros tomadores de decisiones para salvaguardar los derechos humanos de los ciudadanos a la vez que se toma conciencia de la necesidad de reducir vulnerabilidades, cuyas causas subyacentes tienen su base primordialmente en el modelo de desarrollo actual.
P: Hace justamente un año en La Habana concluyó una capacitación regional en la aplicación del Manual de normas y procedimientos mínimos para el trabajo humanitario. ¿Es esta constitución de la Comunidad de Práctica para la Gestión de riesgo de Desastres en América Latina y el Caribe un resultado de ese proceso iniciado en Cuba?
R: En realidad la Comunidad surge como fruto de esfuerzos comunes del liderazgo de la región a través de los años. Hacemos un poco de historia. Es en el 2019 que ACT Alianza (Acción Conjunta de las Iglesias por sus siglas en inglés), en coordinación con organizaciones miembros de la cuenca de El Caribe y con el apoyo de organizaciones del Foro de Norte América y la Federación Luterana Mundial (FLM) en Centro América, se plantea como prioridades el fortalecimiento de capacidades de su membrecía en las temáticas de respuesta a crisis humanitarias, rendición de cuentas, y articulación con entidades clave de la región relevantes en estas áreas.
Es así como un grupo de personas provenientes de miembros de ACT, de sociedad civil y del Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres en América Central y República Dominicana (CEPREDENAC) nos dimos cita en Matanzas, Cuba, del 9 al 16 de septiembre 2019 recibiendo un curso de Formación de Formadores/as en estándares actualizados del Manual Esfera y en Norma Humanitaria Esencial en materia de calidad y rendición de cuentas (Core Humanitarian Standard on Quality and Accountability -CHS). Al regresarnos a casa, este grupo se dio a la tarea de facilitar talleres con foros ACT en los países de origen, asesorar a otras organizaciones de la sociedad civil y líderes religiosos y ha coordinado con otras instancias humanitarias como CEPREDENAC, iniciativas de formación donde se ofrecen servicios para la difusión de Esfera y la Norma Humanitaria Esencial.
También se conformó un Grupo de WhatsApp que ha mantenido activo este relacionamiento, compartiendo materiales, capacitación y experiencias de campo con los nuevos conocimientos.
P: ¿Por qué Cuba para coordinar un esfuerzo regional de este tipo? ¿Cuáles pudieran ser los principales desafíos y oportunidades de esta gestión como Moderadora?
R: Para nadie es un secreto que Cuba es un referente en materia de manejo de situaciones de emergencia y desastres, sean naturales o no. Por ejemplo, ante esta emergencia sanitaria por la COVID-19, nuestro personal de la salud y de la ciencia junto al pueblo en general están escribiendo nuevas páginas en la historia de América Latina y del mundo.
¿Desafíos? Muchísimos. No olvidemos que estamos viviendo en un mundo de inequidades y marcadas diferencias sociales, donde unos pocos son privilegiados. Además de la innegable existencia de corrientes fundamentalistas contemporáneas que perpetúan conceptos estereotipados y retrógrados desde su perspectiva de fe. Entonces, sí, creo que muchos retos durante esta nueva jornada del camino.
¿Y oportunidades? También considero que pueden ser incontables, pero las más cercanas a mí han de ser la de contribuir desde nuestro esfuerzo cotidiano de dejar como herencia a futuras generaciones una cultura de Gestión de Riesgos de Desastres y de Adaptación al impacto del cambio climático, y la de ser parte de procesos que fortalezcan al liderazgo eclesial de la región para cumplir con la co-misión de Dios.
P: ACT es la organización que impulsa este trabajo. Háblenos de ACT Alianza y en relación con esta Comunidad de Práctica
R: ACT Alianza es una coalición de 144 iglesias y organizaciones afiliadas que trabajan juntas en más de 100 países para propiciar un cambio positivo y sostenible en la vida de las personas pobres y marginadas independientemente de su religión, creencias políticas, género, orientación sexual, raza o nacionalidad, de conformidad con los códigos y normas internacionales más exigentes.
La Comunidad de Práctica para la Gestión del Riesgo de Desastres hará especial énfasis en el cumplimiento de la visión de ACT enfocando su trabajo en “una comunidad global en la cual toda la creación de Dios vive con dignidad, justicia, paz y respeto a los derechos humanos y al medio ambiente” y accionará para concretar en la práctica cotidiana la misión declarada en la Estrategia global de ACT 2019-2026 como una “alianza cohesionada, efectiva y competente trabajando por la justicia y la paz, promoviendo el liderazgo local, comunidades resilientes y sostenibles.”
Por otro lado, la Comunidad de Práctica para la Gestión del Riesgo de Desastres estimulará en todo momento el fortalecimiento, dígase la funcionalidad y operatividad a nivel local, de los foros ACT nacionales y sub-regionales en las temáticas que promovemos mediante el apoyo de expertos locales que brindan sus servicios y experticia en la práctica. Además, asumimos las directrices y políticas de ACT y el intercambio con otras comunidades de prácticas de la región o a nivel global.
P: Sus valoraciones sobre el Consejo de Iglesias de Cuba (CIC) como una de las organizaciones que en la región asume este reto de liderazgo.
El proceso de elección de este Equipo Facilitador Regional fue muy transparente de acuerdo a la cultura y ética de ACT Alianza. Se tuvo en cuenta criterios a partir de las organizaciones nominadas para asumir la Moderación y Vice Moderación de la Comunidad de Práctica. El Consejo de Iglesias de Cuba, actual organización líder, ha demostrado sus capacidades en promover un enfoque integrado de su trabajo, el cual incluye desarrollo, asistencia humanitaria, reducción de riesgos a desastres, rehabilitación e incidencia. Desde varios escenarios el CIC acciona y eleva su voz en promoción y defensa alineada con la coherencia entre la reducción del riesgo de desastres y la aplicación de los marcos de políticas globales, especialmente la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres y otros acuerdos mundiales, así como las posibles conexiones entre los mismos. También nuestra organización ha colaborado en la activa observancia y el cumplimiento de politicas públicas a nivel país que garanticen y salvaguarden los derechos ciudadanos y reduzcan vulnerabilidades.
Si dudas, queda mucho por hacer para alcanzar la excelencia.