BRASIL-
El Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil dio a conocer hoy que “de cada diez personas muertas por COVID-19 en el mundo, una es de Brasil; y que, una vez más, el grito de auxilio es más fuerte en la Amazonía, donde la ola de contaminación dibuja escenarios de indecible degradación y total falta de respeto a la dignidad humana”.
La pandemia, alimentada por conductas contradictorias, negativas, políticas, económicas y sociales, indiferentes al dolor, está amplificando las profundas desigualdades en Brasil.
“Nuestras organizaciones denuncian que la emergencia de hoy se deriva de las decisiones políticas de ayer, donde la Ley de Límite de Gastos, por ejemplo, obstaculiza la inversión pública y contribuye a aumentar las desigualdades al privatizar servicios esenciales para el desarrollo económico, como el saneamiento básico, la educación y la salud”, denuncia el Consejo Nacional de Iglesias Cristiana brasileño que además dice que las poblaciones más afectadas por esta opción política son “las personas negras e indígenas, fortaleciendo así el racismo estructural de nuestra sociedad”.
Una investigación de la Facultad de Salud Pública de la USP y Conectas Derechos Humanos muestra que la gran proliferación y muertes por Covid-19 no son el resultado solo de la incompetencia o la falta de condiciones económicas y estructura de salud pública. Este estudio indica que, bajo el argumento de la reanudación de la actividad económica forzada, existe el compromiso de la Unión a favor de la propagación del virus en territorio nacional. “El análisis detallado de las decisiones del gobierno en relación con la pandemia revela una estrategia de propaganda contra la salud pública, un discurso político que moviliza argumentos económicos, ideológicos y morales; donde se hace un uso extensivo de noticias falsas e información técnica sin evidencia científica, con el propósito de desacreditar a las autoridades de salud, debilitar la adherencia popular a las recomendaciones de salud basadas en evidencia científica y promover el activismo político contra las medidas de salud pública necesarias para contener el avance del covid-19”, explican desde el CONIC Brasil.
Otro estudio reciente, publicado en la revista científica The Lancet Respiratory Medicine, muestra que la proporción general de muertes hospitalarias es mayor entre los pacientes analfabetos (63%), negros (43%) e indígenas (42%). Las disparidades regionales también son sorprendentes. En el norte y noreste, las tasas de mortalidad hospitalaria son del 50% y 48%, mientras que en el centro-oeste, sureste y sur, 35%, 34% y 31%, respectivamente.
“Nuestras organizaciones denuncian el descuido de las autoridades, a nivel federal, estatal y municipal, por los hechos presentados y exigen investigaciones en vista de toda posible rendición de cuentas. Apoyan las más de 60 solicitudes de juicio político por parte del presidente de la República, en particular por delitos de responsabilidad con respecto a las políticas de salud pública en tiempos de pandemia. También solicitan la acción y denuncia de actores internacionales en la región amazónica, vinculados a la Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUR) y otros mecanismos de derechos humanos. de Naciones Unidas, considerando que no hay transparencia en la información y menos confianza en las decisiones tomadas por las representaciones políticas con relación a la contención del COVID-19”, concluye el texto de las organizaciones adherentes entre ellas el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil.
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