La LGBTIQ+fobia está mucho más cerca de lo que pensamos

Imagen de Sharon McCutcheon en Pixabay

ARGENTINA-

Norberto D´amico

Hoy es el Día Internacional de Lucha Contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género, en conmemoración del día que la Organización Mundial de la Salud quitó de manera extensiva a la “homosexualidad” de la lista de enfermedades mentales aquel 17 de mayo de 1990.

He leído mucha declaración y muchos datos en los últimos días: Se habla de la legislación o falta de ella para garantizar igualdad de derechos en algunos países, de los contextos culturales hostiles a la diversidad sexual, de países donde estas prácticas sexuales están penalizadas y se llega a la tortura y ejecución de las personas LGBTIQ+. Terriblemente cierto.
También se habla de prácticas sistemáticas de acoso en edades tempranas, niñez y adolescencia, cuyas consecuencias son el suicidio, la depresión, el abandono. O de las numerosas violencias y los crímenes de odio, parte también de una realidad muy cruel, que nos rodea.

No menos cierto es que la LGBTIQ+fobia está en nosotres, entre nosotres y mucho más cerca de lo que pensamos. Sobre todo si nos limitamos a poner distancia geográfica, política o cultural entre ella y nuestras prácticas cotidianas, cuando nos negamos a ver que la mayoría de las veces se halla atravesada por el clasismo, sexismo, racismo y por otras desigualdades estructurales, cuando renunciamos a nuestra capacidad de hacer o de adecuar situaciones, de obrar contra la corriente en nuestro pequeño círculo y ser receptives, brindar apoyo y acompañamiento a quienes lo necesitan. Y hasta cuando nos volvemos tan puristas contra el lenguaje inclusivo (que intenta visibilizar la disidencia) a sabiendas de silenciar realidades y personas tanto LGBTIQ+ como a todes les diverses.

Se me ocurrió que esta es una oportunidad para sumarse a las iniciativas de muchos espacios cristianos inclusivos, que extienden una invitación a Vigilias de Oración Contra la LGBTIQ+fobia: Acercarnos a Dios para reflexionar, observar, pedir que nos ayude a curarnos de la LGBTIQ+Fobia, que nos ayude a superarla y desmantelar sus guaridas desde dentro de nosotres mismes, desde nuestras acciones, palabras y pensamientos, desde nuestro ser hacia la comunidad, para así develar discursos y prácticas que solo construyen víctimas, exclusión y violencias.

Porque las LGBTIQ+fobias habitan más acá de las realidades de los países contra hegemónicos, las culturas distantes o las instituciones religiosas conservadoras y persiste más allá de las reformas de las instituciones y las legislaciones. Está entre nosostres y en nosotres.

Ya lo dice la Escritura, reclamándonos acrecentar la fe tanto en la introspección como en la voluntad de obrar esta liberación, en el texto de Mateo 17:14-21 que concluye que los males de este tipo, solo se curan “con ayuno y oración”. Y a las instituciones religiosas, a las iglesias que “quieren pero no pueden” o que piensan que pueden reservar el milagrito de algunas inclusiones para unos pocos, creo que nos dice Jesús “si solo tuvieran fe como un grano de mostaza……”

Comparto entonces la invitación a la oración introspectiva, en este día de Lucha Contra la LGBTIQ+ Fobia. 

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