Viernes Santo: su muerte obedece a la tarea de divinizarnos y humanizarnos

COLOMBIA-

Rafael Castillo-

En este viernes Santo proclamamos la Pasión de Nuestro Señor según San Juan del capítulo 18, 1 – al 19,42. Los estudios del relato de la pasión y muerte de Jesús nos enseñan que su redacción obedece a la tarea de divinizarnos y humanizarnos. El significado de la muerte de Jesús nos ha llegado en dos tradiciones que guardan sus diferencias.

La tradición más antigua, la primera en difundirse entre los primeros cristianos, interpreta la Muerte de Jesús como una acto religioso sagrado: sacrificio sacerdotal y acto de expiación para reparar el desorden del pecado, causa del mal en el mundo. Con el sacrificio de la vida de Cristo se restauró el orden y redimió a la humanidad. El autor de esta tradición fue san Pablo (años 50 al 55).

La segunda tradición se generalizó a partir de los años 70. Presenta la muerte de Jesús como la ejecución de un sentenciado a morir en la cruz por las autoridades legales. Para los romanos era el rechazo total de un criminal, marginado por la sociedad y por los dioses. Para los judíos, una deshonra para toda la nación. Esta es la tradición que presentan los cuatro evangelios, redactados veinte años después de San Pablo.

Es decir, según san Pablo, Jesús murió en la cruz porque así lo decidió Dios. Y según los evangelios, porque vivió y habló de manera que las autoridades le vieron como una amenaza; los sacerdotes, como un peligro para el templo y la nación; Pilato, Roma, como un agitador y una amenaza para el imperio. En definitiva, si el Crucificado nos enseña la obediencia a la religión y a Dios (estamos ante lo divino); o si es la libertad solidaria ante los poderosos, causantes de tanto sufrimiento y devastación en la tierra (estamos ante lo humano).

Debemos integrar ambas opciones. La meditación atenta que hoy hacemos de la pasión de Jesús nos enseña a ser tan profundamente humanos, que no podamos soportar ver el sufrimiento de las víctimas de este mundo. Solo entonces, estaremos en el camino que nos lleva a vivir y morir como vivió y murió Jesús que es el fundamento de la esperanza en la resurrección.

Les deseo un día de silencio y oración en la contemplación de la pasión de Nuestro Señor. Un sereno Viernes Santo. Padre Rafa.

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