
ECUADOR-
En Ecuador la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) y otras organizaciones populares han iniciado desde el 13 de junio un Paro Nacional indefinido. El 14, de madrugada, fue detenido el líder indígena Leonidas Iza, presidente de la CONAIE. Pero gracias a la presión nacional e internacional se logró su libertad. La protesta social en el país continúa. Hay represión y movilizaciones en diversos lugares del país. Compartimos un comunicado de la Red Nacional de Pastoral Ecológica, RENAPE, nodo nacional de la Red Iglesias y Minería.
Este llamado del Papa Francisco es tan oportuno en estos momentos de dolor y angustia que vivimos en nuestro querido Ecuador porque es un llamado sobre todo a los gobernantes que conducen los destinos de nuestro país. Un país en donde la ausencia de escucha, de diálogo y de voluntades políticas que generen soluciones a las demandas justas de los pueblos y de la sociedad en general han ocasionado que se convoquen a jornadas de protestas que derivan en la realización de un Paro Nacional.
Como refiere el Papa Francisco en su mensaje “esta negación a la capacidad de escuchar y dialogar sobre los temas más importantes de la vida civil, “termina a menudo por convertirse en agresividad hacia el otro, como les sucedió a los oyentes del diácono Esteban, quienes, tapándose los oídos, se lanzaron todos juntos contra él” y es eso precisamente lo que ha sucedido en la medida de protesta legítima que no sólo ha sido criminalizada por el gobierno, sino que ha llevado a la detención y a la agresión de varios actores.
Por ello, desde la Red Nacional de Pastoral Ecológica (RENAPE), hacemos un llamado al gobierno central para que escuche a los líderes y a sus demandas que son las demandas de todo el pueblo ecuatoriano e insistimos en que “escuchar es el primer e indispensable ingrediente del diálogo” y también nos dirigimos a los medios de comunicación porque “no se comunica si antes no se ha escuchado, y no se hace buen periodismo sin la capacidad de escuchar”.
Creemos que el paro nacional convocado por la CONAIE y otras organizaciones desde el 13 de junio, es una medida de fuerza asumida por estas organizaciones frente al encarecimiento de la vida, los altos precios de la canasta básica, la precarización laboral y el desempleo, la disminución de presupuesto y garantías de acceso a derechos de salud y educación, el incremento de la inseguridad y la violencia en varias zonas del país, la imposición de actividades extractivas (minería y petróleo) en violación de derechos colectivos y derechos de la naturaleza.
Nos sumamos a las voces de personas, organizaciones sociales e instituciones defensoras de los derechos humanos que en el país y en el mundo expresan su preocupación por este tipo de abusos y solicitamos, especialmente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a la Oficina de la Alta Comisionada por los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y al Relator para Pueblos Indígenas de Naciones Unidas actuar en el marco de sus respectivos mandatos para garantizar el derecho a la protesta social y el respeto a la vida, integridad y libertad de las personas detenidas en estas jornadas de movilización social.
Llamamos a las Iglesias y Comunidades de fe, a las Instituciones Académicas y a todas las organizaciones y personas interesadas en la justicia social a aunar esfuerzos para que en nuestro país se respeten los marcos democráticos y se logren resolver de manera urgente y pacífica las demandas de los estudiantes, las comunidades urbanas, campesinas y de los pueblos indígenas.
Como comunidades de fe, elevamos nuestras oraciones para que estos malos momentos que vivimos no se prolonguen y que mediante el diálogo y la buena voluntad se encuentren pronto los mejores caminos para resolver los problemas sociales que nos aquejan. Que el Dios de la vida ilumine las mentes y los corazones de quienes tienen las responsabilidades sociales y políticas de nuestro país.