Plataforma Global Reformada busca movilizar a la iglesia y las organizaciones ante los problemas en África

WCRC

El proyecto GRAPE – Plataforma Reformada Global de Incidencia para el Compromiso (por sus siglas en inglés) de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas-CMIR dio otro importante paso durante la primera reunión presencial de los equipos de incidencia, celebrada en Windhoek (Namibia) el pasado mes de marzo.

GRAPE es un proyecto que busca abordar la enormidad y complejidad de la injusta situación económica unida a la crisis climática a partir del crecimiento de redes de personas promotoras en la iglesia y en la sociedad civil.

«El programa busca movilizar a la iglesia y a las organizaciones para que se comprometan con algunos de los problemas sociales y económicos a los que se enfrentan nuestras comunidades en África. Aunque tenemos la tentación de sucumbir a la ira ante los retos de nuestra sociedad, la promoción de la justicia debe ir siempre unida a procesos pacíficos para lograr un impacto duradero», afirmó el participante Kevin Muriithi, de Kenia.

«El enfoque de las campañas de incidencia de GRAPE consiste en seguir un proceso local, impulsado por la propia comunidad, que analice, cuestione y cambie significativamente las actuales estructuras económicas y sociales para lograr efectos visibles en la vida de las personas», señala un informe del Economic Policy Research Institute (EPRI), una exitosa organización de incidencia con sede en Sudáfrica y que se ha asociado con la CMIR en el proyecto.

En el primer año de la fase piloto de GRAPE, se seleccionaron 10 participantes de Kenia y de Sudáfrica para que recibieran formación y diseñaran una campaña de incidencia para su país. Durante los últimos meses, estas personas participantes -entre las que hay miembros de iglesias, académicas y activistas de la sociedad civil- han estado trabajando en sus propios contextos, formados y guiados por EPRI.

En los talleres virtuales que se realizaron en diciembre, cada equipo examinó los efectos en cascada de la pandemia del COVID, el colapso climático y el aumento de los costos de vida sobre la pobreza, el desempleo y la seguridad financiera. Seguidamente, comenzaron a trazar un mapa de los problemas de inseguridad de ingresos e injusticia climática en sus contextos.

En Namibia, en la primera reunión presencial, los equipos compartieron sus estudios de casos y los primeros conceptos para sus campañas, recibiendo comentarios de las demás personas participantes, así como del equipo del EPRI y de Muna Nassar, secretaria ejecutiva de misión e incidencia de la CMIR.

El grupo keniano se enfoca en la injusticia climática, concretamente en la desigualdad hídrica y en el derecho al agua potable para todas las personas, mientras que el grupo sudafricano aborda la injusticia económica proponiendo una renta básica universal.

«Fue fundamental poder encontrarnos en persona para ver cómo funciona la dinámica de grupo», expresó Nassar. «Intercambiar contextos también fue muy importante entre los dos grupos en un lugar en el que no habían estado antes».

Nassar también dijo que, al finalizar la semana, quedaba «la sensación de mucho trabajo por hacer». «Las personas participantes sintieron la urgencia y su compromiso individual, pero también como parte de un grupo. Sintieron que no trabajan sólo como personas individuales, aportando cada quien sus propios talentos y redes a las campañas, sino que el encuentro les dio la confirmación de lo que se puede hacer de manera conjunta.»

A partir de ahora y hasta mayo, los dos equipos se pondrán en contacto con sus iglesias y con los grupos de base para informarles sobre la campaña de incidencia y para activar redes para construir la plataforma. Ambos grupos informarán y pondrán al corriente al Comité Ejecutivo de la CMIR durante su reunión de mayo en Johannesburgo (Sudáfrica).

A finales de este año se seleccionarán nuevos equipos de cinco personas en cada país para aprovechar la tarea ya realizada. La incorporación anual de nuevas personas participantes a lo largo del plan quinquenal hará crecer las plataformas tanto formal como informalmente, con las correspondientes redes y grupos de apoyo vinculados a cada persona.

GRAPE es posible gracias al apoyo de Pan para el Mundo y Otto per Mille.

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