El CMI pide el fin inmediato de la violencia brutal en Gaza

SUIZA-

A medida que se acerca el final de un año caracterizado por conflictos excepcionales y crecientes, y mientras oramos por la paz para toda la humanidad en 2024, “no existe un pueblo para el que la perspectiva de paz parezca más lejana que para el doliente y traumatizado pueblo de Gaza”, dijo el secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay. 

“Desde los terribles atentados del 7 de octubre en el sur de Israel, en los que los militantes de Hamás mataron a 1200 personas —en su mayoría civiles— y tomaron como rehenes a otras 240, la respuesta militar de Israel en Gaza se ha convertido en una guerra no solo contra Hamás, sino contra toda la población del territorio”, afirmó. 

Al menos 21 500 gazatíes han sido asesinados y casi 56 000 han resultado heridos, mientras que 1,9 millones de personas —más del 80% de la población— se han visto obligadas a desplazarse. 

“La mayor parte de las infraestructuras civiles han quedado destruidas o dañadas y los servicios esenciales como la sanidad, la educación y los sistemas de protección están colapsados”, afirmó Pillay. “Las consecuencias humanitarias son incalculables y aumentan con cada día de violencia que pasa”.

“El avance actual de las fuerzas israelíes sobre los campos de refugiados del centro de Gaza ha obligado a huir a unos 150 000 palestinos/as más; pero ninguna parte del territorio puede considerarse un refugio seguro para ellos/as”, señaló Pillay. 

“Las repercusiones en los niños/as y las familias de la región son especialmente dolorosas”, afirmó. “Más de 8600 niños/as han sido asesinados y muchos miles más han resultado heridos o han quedado huérfanos. Sus hogares han sido destruidos y sus familias desplazadas y desgarradas. Carecen de acceso a agua, alimentos, atención sanitaria o educación. Además, están sufriendo traumas extremos, con repercusiones en su salud mental que probablemente tendrán consecuencias de por vida e intergeneracionales”

“Mientras tanto —dijo Pillay— encubierta por la abrumadora crisis en Gaza, la violencia contra los palestinos y las palestinas en la Cisjordania ocupada también está creciendo drásticamente”. “Aunque en el periodo comprendido entre enero y octubre de 2023 ya se habían registrado los niveles más altos de ataques de las fuerzas de seguridad israelíes y los colonos israelíes contra la población palestina en Cisjordania desde que comenzaron los registros de Naciones Unidas en 2005, la situación se deterioró rápidamente tras el 7 de octubre”, afirmó. “Un reciente informe de la ONU documenta que, desde los ataques de Hamás, han muerto 300 palestinos/as —entre ellos más de 50 niños/as— a manos de las fuerzas de seguridad y los colonos israelíes en Cisjordania”.

Pillay pidió el fin inmediato de esta violencia brutal “que no puede traer la paz y seguridad ni para los israelíes ni para los palestinos, sino que solo puede desembocar en más violencia y derramamiento de sangre”.

Pillay añadió: “Debe haber una respuesta de emergencia integral a la catástrofe humanitaria que afronta el pueblo de Gaza. Y es necesario —como base esencial para una futura paz sostenible en la región— que tanto las fuerzas armadas y los colonos israelíes como los militantes de Hamás rindan cuentas plenamente por los crímenes cometidos”.

En vísperas del nuevo año, dijo, “oramos para que todos los que ahora cometen actos de violencia y brutalidad se aparten de este rumbo autodestructivo y elijan el camino del diálogo, la justicia y la paz. Oramos para que los pueblos de la región sean liberados del sufrimiento que les infligen la violencia vengativa y la ocupación ilegal. Y oramos por la paz en la tierra natal de Cristo, fundada en la justicia y el respeto de la igualdad de los derechos humanos de todas las personas, israelíes y palestinos, judíos, musulmanes y cristianos, por igual”.

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Declaración del CMI sobre la guerra contra la población de Gaza

A medida que se acerca el final de un año caracterizado por conflictos excepcionales y crecientes, y mientras rezamos por la paz para todos en 2024, no existe un pueblo para el que la perspectiva de paz parezca más lejana que para el doliente y traumatizado pueblo de Gaza.

Desde los terribles atentados del 7 de octubre en el sur de Israel, en los que los militantes de Hamás mataron a 1200 personas —en su mayoría civiles— y tomaron como rehenes a otras 240, la respuesta militar de Israel en Gaza se ha convertido en una guerra no solo contra Hamás, sino contra toda la población del territorio.

Al menos 21 500 gazatíes han sido asesinados y casi 56 000 han resultado heridos, mientras que 1,9 millones de personas —más del 80% de la población— se han visto obligadas a desplazarse. La mayor parte de las infraestructuras civiles han quedado destruidas o dañadas y se han colapsado servicios esenciales como la sanidad, la educación y los sistemas de protección. Las consecuencias humanitarias son incalculables y aumentan con cada día de violencia que pasa. 

El avance actual de las fuerzas israelíes sobre los campos de refugiados del centro de Gaza ha obligado a huir a unos 150 000 palestinos/as más; pero ninguna parte del territorio puede considerarse un refugio seguro para ellos/as. 

Las repercusiones en los niños/as y las familias de la región son especialmente dolorosas. Más de 8600 niños/as han sido asesinados, y muchos miles más han resultado heridos o han quedado huérfanos. Sus hogares han sido destruidos y sus familias desplazadas y desgarradas. Carecen de acceso a agua, alimentos, atención sanitaria o educación. Además, están sufriendo traumas extremos, con repercusiones en su salud mental que probablemente tendrán consecuencias intergeneracionales y de por vida.

Mientras tanto, encubierta por la abrumadora crisis en Gaza, la violencia contra los palestinos y las palestinas en la Cisjordania ocupada también está creciendo drásticamente. Aunque en el periodo comprendido entre enero y octubre de 2023 ya se habían registrado los niveles más altos de ataques de las fuerzas de seguridad y los colonos israelíes contra palestinos en Cisjordania desde que comenzaron los registros de Naciones Unidas en 2005, la situación se deterioró rápidamente tras el 7 de octubre. Un reciente informe de la ONU documenta que, desde los ataques de Hamás, han muerto 300 palestinos/as —entre ellos más de 50 niños/as— a manos de las fuerzas de seguridad y los colonos israelíes en Cisjordania.

Debe ponerse fin de inmediato a esta violencia brutal, que no puede traer la paz y seguridad ni para los israelíes ni para los palestinos, sino que solo puede desembocar en más violencia y derramamiento de sangre. Debe haber una respuesta de emergencia integral a la catástrofe humanitaria que afronta el pueblo de Gaza. Y es necesario —como base esencial para una futura paz sostenible en la región— que tanto las fuerzas armadas y los colonos israelíes como los militantes de Hamás rindan cuentas plenamente por los crímenes cometidos.

En vísperas del nuevo año, oramos para que todos los que ahora cometen actos de violencia y brutalidad se aparten de este rumbo autodestructivo y elijan el camino del diálogo, la justicia y la paz. Oramos para que los pueblos de la región sean liberados del sufrimiento que les infligen la violencia vengativa y la ocupación ilegal. Y oramos por la paz en la tierra natal de Cristo, fundada en la justicia y el respeto de la igualdad de los derechos humanos de todas las personas, israelíes y palestinos, judíos, musulmanes y cristianos, por igual.

Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay 

Secretario general del Consejo Mundial de Iglesias 

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