40 años después: Liderazgo de iglesias demandan justicia para familiares de las víctimas de la Masacre de Callqui

PERÚ-

Colaboración de Rolando Pérez-

En un acto litúrgico celebrado en el memorial El Ojo que Llora, lideres de diversas congregaciones y organizaciones de la comunidad evangélica expresaron su solidaridad con familiares de las víctimas de la masacre que perpetró una patrulla de la Marina contra seis miembros de la Iglesia evangélica Presbiteriana de la localidad de Callqui, en la provincia de Huanta, Ayacucho, el 1 de agosto de 1984.

Al acto concurrió Vicente Saico, líder de las Iglesia Presbiteriana de Huanta e incansable defensor de los familiares de las víctimas desde entonces, quienes luego de 40 años siguen clamando por justicia.  Luego de compartir los detalles de lo acontecido aquel fatídico 1 de agosto en la comunidad Callqui, el pastor Saico expresó su gratitud a las organizaciones y personas que en estos años han estado cerca a los familiares y a la iglesia afectada por estos hechos de violencia. Recordó que fue muy importante para ellos el acompañamiento del Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), a través de la comisión Paz y Esperanza.

A su turno, Amira Quispe, esposa de uno de los asesinados, expresó su indignación por la insensibilidad de las autoridades porque la justicia aun no llega para ellos. “No nos han respetado la vida, no debieron matarlos. Y hasta ahora no nos han hecho justicia. Nosotros no seguíamos a los terroristas, no éramos terroristas. nosotros solo profesábamos nuestra fe en Jesucristo, y Jesús a la paz nos llamó.  Vivíamos armoniosamente, trabajábamos juntos, pero todo cambio después.  Ahora no solo pido justicia para mí, sino para todas las familias que han sufrido y siguen sufriendo”, señaló. 

La reflexión bíblica estuvo a cargo del pastor Roger Araujo, representante nacional de la Iglesia Evangélica Presbiteriana y Reformada del Perú. A la luz del mensaje del profeta Isaías, el pastor Araujo señaló que Callqui nos recuerda a los cristianos la responsabilidad profética de actuar con integridad, defendiendo la vida y la justicia, porque el Dios en quien creemos ama la justicia. “La lucha de los hermanos de Callqui, en estos difíciles 40 años, nos convoca no solo a aprender a hacer el bien y amar la justicia en nuestra vida diaria, sino también a reprender al opresor y a abogar por los más desfavorecidos de nuestra sociedad, especialmente por las viudas y los huérfanos”, dijo.  Al concluir su sermón, nos recordó que “Callqui sigue siendo una herida abierta que necesita ser cerrada”. “Solo así se podrá cerrar este capítulo sombrío de nuestra historia peruana.  Que la muerte de estos seis hermanos sirva de lección de lo que nunca debe repetirse”, concluyó.

En horas de la tarde, el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM), la Comisión Multisectorial de Alto Nivel (CMAN) del Ministerio de Justicia, y la Asociación Paz y Esperanza convocaron a un acto de conmemoración pública en la sede del LUM. 

Manuel Burga, director del Lugar de la Memoria, y Katherine Valenzuela, secretaria ejecutiva de la CMAN coincidieron en señalar que lo ocurrido el Callqui representa un hito importante en la tarea por afirmar la memoria de justicia y verdad en el país, que constituyen pilares fundamentales para recuperar la confianza en la sociedad. 

Al concluir este acto, Germán Vargas, abogado de Paz y Esperanza, informó que en el caso Callqui se ha logrado obtener dos sentencias condenatorias: una el año 2014 contra el guía civil de los marinos, y la otra el año 2021 contra el jefe de la patrulla responsable del crimen. Vargas anunció que Paz y Esperanza iniciará una campaña para que el Estado pague la reparación civil que debe a los familiares de las víctimas de Callqui, así como a las de otros casos.  “Se trata de una deuda que el Estado tiene la obligación de cumplir, porque es un derecho que les asiste a los familiares. Después de 40 años, no solo es injusto, sino inmoral y vergonzoso que el Estado invente excusas para no pagar”, concluyó. 

Han transcurrido cuatro décadas, pero las familias de las víctimas aún no encuentran justicia y temen que, en las próximas horas, el gobierno peruano promulgue una ley de impunidad, que busca prescribir los delitos de lesa humanidad ocurridos antes de julio del 2002.

“Aquel 1 de agosto, estaban en la congregación un promedio de 28 personas, entre ellos, mi prometido, cuñado, primo hermano y sobrino, que fueron asesinados. Yo estaba en mi casa, cuando escuchamos los disparos y al salir nos sumergimos en un profundo dolor. Ellos eran estudiantes, jóvenes, llenos de vida y futuro, pero ahí terminó”, relató Amira Quispe. 

Sobre los hechos (Diario La República, 1 agosto, 2024):

La noche del 1 de agosto del 1984, miembros de la Marina de Guerra del Perú ingresaron a la Iglesia Presbiteriana de Callqui (Ayacucho), sacaron a seis jóvenes y los asesinaron al considerarlos presuntos terroristas. Un día después, el corresponsal de La República en Huanta, Jaime Ayala, ingresó a la base de la Marina y desapareció. Hasta hoy no se han hallado sus restos.

Mas información del caso en el Informe final de Comisión de la Verdad y Reconciliación:

https://www.cverdad.org.pe/ifinal/pdf/TOMO%20VII/Casos%20Ilustrativos-UIE/2.10.%20CALLQUI.pdf

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