NICARAGUA-
Por Trinidad Vázquez-
Wilmer Mousse, migrante haitiano de 44 años que se encuentra hospitalizado desde hace dos meses, clama por ayuda a u Embajada en San José, Costa Rica, a la delegación en Managua del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Atención de los Refugiados- ACNUR y a la iglesia Bautista. Su caso es un ejemplo más de la compleja situación que se vive en Nicaragua con respecto a los y las migrantes.
El hombre se cayó del vehículo que lo transportaba con otros migrantes africanos, de la frontera sur, Costa Rica. Al caer sufrió trauma en el cráneo, por lo que perdió el conocimiento y se fracturó la pierna izquierda, quedando imposibilitado de caminar.
La policía de Jinotepe, a 45 kilómetros de la capital, lo trasladó al hospital de la localidad donde aún permanece en terapia. Wilmer relató en su lecho de recuperación, que es originario de Puerto Príncipe y su familia se dedica al comercio y a la agricultura y él iba con la ilusión de llegar Estados Unidos en busca de trabajo, ahorrar y regresar después para ayudar a su familia que vive en la pobreza.
Asegura que ante de caerse los tratantes de personas lo asaltaron y despojaron de mil quinientos dólares.
En ese mismo hospital, en octubre pasado, una migrante capturada fue atendida de parto bajo la custodia de una mujer policía y después regresada a Migración de Costa Rica.
El 1 de diciembre en el puesto fronterizo ‘’Las Manos’’, límite de Nicaragua con Honduras, fueron detenidos 30 haitianos sin documentos que viajaban en un bus de la ruta, Nicaragua -Honduras con rumbo al norte, Estados Unidos. El 7 de diciembre otros 45 migrantes del Congo, África, entre ellos 6 niños y 13 mujeres fueron capturados en el Municipio de San Rafael del Sur a 48 kilómetros de la capital y devueltos a Costa Rica.
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, que sesionó el 6 y 7 de diciembre en Panamá calificó de lastimoso y preocupante lo que ocurre en Nicaragua con los migrantes.
La Segunda Vicepresidenta de la CIDH, Margarette May Macaulay, dijo que es un horror humanitario que el mundo entero debe conocer lo que pasa en Nicaragua, por ejemplo lo que sucedió en setiembre cuando se capturó y se proceso a una profesora de una iglesia que ayuda a un migrante.
La Policía ha confirmado la muerte de unos 10 migrantes africanos y haitianos que perecieron ahogados en el lago Cocibolca al cruzar la frontera de Costa Rica a Nicaragua.