Federico J. Pagura: Pastor, Profeta, Poeta

pagura_federico_l

ESTADOS UNIDOS-

Por Carmelo Alvarez-

He recibido una noticia que consterna y conmueve: Federico J. Pagura ha transitado de esta tierra a la presencia de Dios. Su partida duele. Pero nos consuela su vida plena, alegre y creativa. Siempre he admirado la integración que nuestro querido Obispo lograba articular en su vida y pensamiento; su reflexión y acción.

Fue pastor a carta cabal. Podía intuir situaciones críticas, con buen discernimiento y sin intervenciones imprudentes. Su presencia nos creaba una sensación de lo que yo llamaría “una espiritualidad solidaria”. Y nos daba el espacio para la conversación sincera y el diálogo atinado.

Siempre que le necesité me respondió con amor y ternura. Así construimos una amistad sincera y duradera.

Hay dos momentos que deseo relatar como parte de esa pastoral de acompañamiento y solidaridad en que Federico Pagura mostraba esa cualidad de verdadero “pastor de almas”.

La primera situación se presentó cuando, habiendo sido electo nuestro pastor Federico presidente del CLAI (en formación) en 1978, debió renunciar como presidente del Consejo Directivo de CELADEC (Comisión Evangélica de Educación Cristiana). Me emplazó allí en México,en la reunión en que se elegiría su sucesor, con palabras directas y precisas: “Carmelo, es tu turno. Esta noche te van a elegir para este cargo. Te prometo mis oraciones y apoyo”. Y oró conmigo. Me sentí sereno, aunque sabía la seria responsabilidad que asumía. Siempre que le consulté me dio sabios consejos.

La segunda experiencia se dio cuando el Comité Ejecutivo del CLAI me extendió la invitación para asumir la Pastoral de Consolación y Solidaridad del CLAI y la secretaría del Caribe Hispano.

Había concluido el término como rector del Seminario Bíblico Latinoamericano en diciembre de  1983. Con mi esposa Raquel estábamos tratando de discernir los próximos pasos en el ministerio. Habíamos aceptado ir a Chile a La Comunidad Teológica Evangélica. Yo había sido invitado como profesor de historia del cristianismo en aquella amada institución. Aunque parecía irónico que decidiera pasar nuestro sabático en Chile, en circunstancias muy tensas y desafiantes, aquél año fue una gran bendición.

Cuando viajé desde Santiago de Chile a la entrevista para este ministerio con el CLAI, sentí que Dios abría una nueva puerta para servir y ser desafiado. Raquel también asumió este llamado con determinación y entusiasmo.

Al término de aquella entrevista, allá en Buenos Aires, Federico me informó que se me ofrecía este nuevo ministerio: “Tienes diez días para contestarme. Si puede ser antes mejor”. En su abrazo comunicó, una vez más, la ternura del pastor. Afirmamos Raquel y yo que aceptábamos el reto.

Federico J. Pagura asumió su vocación profética desde el sufrimiento con su pueblo. Su  indignación la transformó en una atinada defensa de los derechos humanos, y la búsqueda de una convivencia en paz verdadera y justicia efectiva en momentos cruciales para su querida Argentina. Su dolor y angustia los canalizó hacia una creatividad en su reflexión y en su imaginación poética. El profeta se aferró a la esperanza. No dejó que la amargura lo dominara.

Así mostró una vez más la sólida fibra espiritual que le sustentaba.

Entonces, Federico J. Pagura el Poeta. Su poesía se transformó en mensaje de esperanza para su pueblo sufrido y en solidaridad con los pueblos de Latinoamérica y el Caribe. Por allí recibimos un cántico retador y reconfortante: “Por eso es que hoy tenemos esperanza”. Como una inspiración atinada desde la mente de nuestro amigo y hermano del alma, nos hizo el gran regalo de vibrar con este “tango evangélico”, que ha recorrido el mundo alentando y animando a tanta gente. Además, los que compartimos en tantos lugares sus reflexiones y poemas seguimos recibiendo su savia y animación. Federico J. Pagura tejió un gran tapiz de mensajes hermosos y desafiantes.

Hoy la Patria Grande despide hacia la Patria Celestial a este su digno servidor. Argentina despide a un hijo promotor de la verdadera paz con justicia. Su propia Iglesia Metodista Argentina expresa una profunda gratitud a Dios por su ministerio tan cierto y transparente. Al profeta apasionado y comprometido, que denunció el atropello, el despojo y la iniquidad, gracias. Que en las iglesias de Las Américas, en la comunión metodista mundial que tan bien sirvió, en el movimiento ecuménico mundial, desde el CLAI, que tanto esfuerzo y energía entregó, resuene una palabra de alegría: Nuestro Pastor Profeta y Poeta, nos deja un legado que valoramos mucho. Su palabra pastoral nos animará en días de desaliento, su palabra profética nos cuestionará en días de descompromiso y cobardía, su palabra poética nos provocará a soñar nuevos caminos y utopías inéditas.

Federico, descansa en la certeza de la resurrección. Tu vida plena ya nos consuela. ¡Abrazo, poeta de Dios!

 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *