Campaña ecuménica: La violencia contra las mujeres en la iglesia es fundamentalmente simbólica

Mujeres de Acción Ecuménica en Chile el 25N

Mujeres de Acción Ecuménica en Chile el 25N

CHILE-

Ayer en la Iglesia San Francisco de Alameda, en Santiago de Chile, se realizó una liturgia ecuménica para denunciar las violencias que están presentes en las comunidades de fe a causa de doctrinas bíblicas opresoras, reproductoras y perpetradoras de la violencia y de modos de relación que no reconocen el liderazgo femenino o el pastorado y relegan así a las mujeres  a tareas de servicio. El evento lo organizó el grupo Acción Ecuménica Contra la Violencia hacia las Mujeres que desarrolla una campaña de denuncia a través de las redes sociales con el hashtag #LaIglesiaMeViolenta.

Este grupo está formado por el Observatorio Iglesia y Sociedad, Iglesia Evangélica Luterana de Chile, Fundación Vasti, Clai Género, Centro Ecuménico Diego de Medellín y Movimiento de Estudiantes Cristianos.

Daniela Aceituno Silva, Trabajadora Social, Magíster en Ciencias Políticas y Diplomada en Educación y en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, miembro del Observatorio Iglesia y Sociedad, es una de las organizadoras de este evento.

Desde el blog Tejiendo Redes entrevistaron a Daniela:

TR: ¿Qué es “Acción Ecuménica Contra la Violencia hacia las Mujeres”? ¿Quiénes forman el movimiento?

DA: Acción Ecuménica es una articulación de varias organizaciones ecuménicas e iglesias de diversas denominaciones. En esta composición hay  una diversidad de mujeres y hombres que tenemos como común denominador un Evangelio liberador de un Jesús caminante del lado de quienes se encontraban en situaciones de opresión. Creemos en una espiritualidad cristiana que asume la doble direccionalidad de la fe y que se realiza en la relación con el otro u otra

TR: ¿En qué consiste la campaña  #LaIglesiaMeViolenta?

DA: La campaña surge al interior de la Acción Ecuménica contra la Violencia de Género como una necesidad de testear, diagnosticar e identificar si lo que nos pasaba a nosotras como grupo era una situación que se replicaba y/o que adquiría otras particularidades que desconocíamos. Fue así como, en una primera instancia, abrimos el grupo de Facebook como un muro donde las personas registraran sus vivencias pero hubo poca participación. Entonces nos preguntamos qué pasaba y por qué no nos atrevíamos a denunciar. Fue en ese momento que optamos por crear un formulario privado y la cantidad de denuncias subió exponencialmente. Sin duda, la dinámica de violencia que vivimos las mujeres implica paralizarse por el temor a las consecuencias y los impactos.

TR: ¿Ya tienen alguna conclusión sobre la pregunta que lanzaron en la campaña:” ¿En qué actitudes, palabras, formas de relacionarse u otros aspectos, se expresa la violencia hacia las mujeres en las iglesias?

DA: A través de los testimonios logramos confirmar que, efectivamente, la violencia contra las mujeres en espacios eclesiales es una violencia fundamentalmente simbólica que está naturalizada y amparada en modos errados de comprender y vivir la fe en Cristo Jesús.

TR: ¿Hubo reacciones de parte de los varones de las iglesias?

DA: No hemos tenido reacciones negativas de varones a través de Facebook o de otros diálogos que hemos sostenido con  quienes colaboran con la Acción Ecuménica. De todos modos, la dinámica de trabajo se vio complicada, a veces, a causa de las lógicas masculinas sobre cómo entenderse y articularse. Los varones —no todos—no están dispuestos a renunciar a ser parte central de estos procesos. No entienden que es una acción de mujeres. Entonces, vale la pena preguntarse sobre la legítima inclusión de ellos o no.

TR: ¿Esta campaña está teniendo repercusión fuera de los ámbitos eclesiásticos?

DA: La campaña no ha tenido impacto aún en otros medios que no sean eclesiásticos. Hicimos un comunicado de prensa pero aún no estamos viralizando. Esperamos lograrlo.

TR: ¿Qué sucederá a partir del 2 de diciembre?
DA: Sobre las proyecciones de la Acción Ecuménica contra la Violencia de Género es algo que tenemos que conversar después de la celebración de hoy. Estamos esperanzadas por lo logrado pero también tenemos desafíos. Hay un grupo de mujeres que tienen cierto estatus de clase o que han tenido mejores oportunidades de vida pero las mujeres que son parte de nuestras comunidades son distintas y ellas no logran ver esas violencias ni pueden o no saben enfrentarlas. Necesitamos llegar a ellas también, llegar a las que aún no están convencidas de que la violencia está presente en las iglesias y visualizar estrategias políticas de transformación de nuestros espacios eclesiales de manera que hombres y mujeres estemos en posición igualitaria, con las mismas oportunidades de reconocimiento y ejercicio de nuestra fe y liderazgo.

Invitamos a leer los testimonios de la campaña #LaIglesiaMeViolenta en esta página:https://www.facebook.com/Acci%C3%B3n-Ecum%C3%A9nica-contra-la-Violencia-hacia-las-Mujeres-154425975019275/?fref=ts

 

 

 

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