SUIZA
El 1 de julio, en el Palacio del Elíseo, en París, los representantes de la Conferencia de Líderes Religiosos de Francia (CRCF) presentaron a François Hollande una declaración instando al establecimiento de un acuerdo vinculante sobre la crisis climática y haciendo un llamamiento a limitar a 2 ºC el aumento de la temperatura terrestre, según lo convenido internacionalmente.
En su reunión con el presidente francés y otros funcionarios del gobierno, entre ellos el Ministro de Ecología y el Ministro del Interior, los representantes de la CRCF hablaron sobre los aspectos morales del cambio climático y los preparativos para la próxima Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (CP21), que se celebrará en la capital francesa en diciembre.
Las dos peticiones formuladas en la declaración se hacen eco de la campaña de sensibilización sobre el cambio climático de ACT Alianza Actúa ahora por la justicia climática, una iniciativa firmemente respaldada por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y su programa sobre justicia climática.
En el texto de la declaración el grupo hizo hincapié en su convicción de que la crisis climática es un desafío espiritual y moral. “Lo que está en juego es ante todo nuestra relación con la naturaleza y con la Creación como un don de Dios”, se afirma en el comunicado.
Firmado por los representantes de la Conferencia Episcopal de Francia (CEF), la Federación Protestante de Francia (FPF), la Asamblea de Obispos Ortodoxos de Francia (AEOF), la Unión Budista de Francia (UBF), el Consejo Francés de la Fe Musulmana (CFCM), el Gran Rabino de Francia y el presidente del Consejo Consistorial Judío de Francia, el documento pone de manifiesto una profunda preocupación por las generaciones futuras.
“Nuestra conciencia espiritual y moral se enfrenta a un desafío. Nos enfrentamos al desafío de actuar por la justicia, trabajar por la paz y preparar con urgencia un futuro seguro y viable para nuestros hijos, dejar atrás la era de la energía que contamina y replantearnos nuestros modelos económicos de producción y consumo ilimitado”, dice la declaración.
Entre los miembros de la delegación se encontraban Martin Kopp, un joven dirigente de la Federación Luterana Mundial, y Laura Morosini, de Cristianos Unidos por la Tierra. Ambos delegados han desempeñado un papel clave en la creación de la iniciativa Ayuna por el Clima en Francia.
Tras la reunión entre los líderes religiosos franceses y el presidente Hollande hubo una intensa actividad en las redes sociales, coordinada por la mencionada campaña, en la que los activistas de la justicia climática pidieron que la “CP 21 permita hacer una transición justa hacia un futuro climático seguro”.
La declaración insta a los líderes del mundo a comprometerse “a poner fin oportunamente a la era de los combustibles fósiles y establece la puesta en común de objetivos para reducir las emisiones globales de los gases de efecto invernadero de manera que el aumento medio de la temperatura se mantenga muy por debajo de los 2 °C e incluyan normas que garanticen la transparencia, la responsabilidad y un proceso de revisión periódica de los objetivos; la protección de las poblaciones más vulnerables a los efectos del cambio climático, ayudándolas a adaptarse a estos teniendo en cuenta las pérdidas y daños que padecen; la promoción tanto del desarrollo ecológico responsable como de la lucha contra la pobreza, garantizando una financiación adecuada, la transferencia tecnológica y el refuerzo de los conocimientos y las competencias técnicas”.
La CRCF fue creada el 23 de noviembre de 2010, reúne a seis grupos de líderes de organizaciones budistas, iglesias (Católica Romana, Ortodoxa y Protestante), así como a organizaciones que representan al Islam y al Judaísmo.
Para el Rev. François Clavairoly –Presidente de la Federación Protestante de Francia y uno de los líderes religiosos que participaron en la redacción del texto– la labor en favor de la justicia climática está ayudando a aumentar la colaboración mutua tanto entre las iglesias cristianas como entre los líderes religiosos de Francia.
“Hasta hace unos dieciocho meses las religiones de Francia no habían federado sus conocimientos sobre el cambio climático. Estamos agradecidos de ver que los preparativos para la CP21 han aumentado la conciencia respecto a la crisis climática, y también nos ha dado mucho trabajo teológico y espiritual”, dijo Clavaiorly. “La campaña Ayuna por el Clima ayuda a crear un movimiento de base que implica a todos en el camino de la responsabilidad hacia un futuro con un clima seguro”.
Declaración de la Conferencia de Líderes Religiosos de Francia sobre la crisis climática
Trabajo del CMI sobre justicia climática y el cuidado de la Creación