Respuesta a la columna: Las iglesias evangélicas y la naturalización de la homofobia

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PERÚ-

Por Jonatan M. Julcarima Alvarez- respondiendo a la columna de Juan Fonseca, publicada el 1 de diciembre por nuestra agencia.

La discriminación y racismo hacia las personas negras es sin duda uno de los peores acontecimientos de la historia de la humanidad. Las personas nativas del continente americano también comparten esta lamentable historia de discriminación y racismo.

La naturalización de la discriminación (dentro y fuera del “espacio iglesia”) contra las personas negras y los nativos se ha basado fundamentalmente en la idea: mientras más blanco es mejor; esta idea se basa, entre otros factores, en un aspecto “natural biológico”. En el factor indudablemente innato del rol que cumple la melanina (programada genéticamente) en cada ser humano; en otras palabras, el concepto intangible de discriminación hacia las personas negras (reforzada y/o determinada por un componente religioso o no religioso) se ha basado en un factor tangible físico como el color de la piel.

Es un grave error tratar de hacer un paralelo entre la discriminación hacia las personas negras, basada en una condición específicamente física e innata y la discriminación hacia los LGTB. Todos nosotros lo sabemos, te discrimino porque te veo negro, o te discrimino porque te ves más indígena. El reclamo LGTB NO se fundamenta específicamente en una condición física innata. La Asociación Americana de Psicológica (la cual es del agrado del LGTB), define a la orientación sexual como una atracción emocional, romántica, sexual o afectiva duradera hacia otros. En este sentido, aunque duela aceptar, la verdad objetiva es que no se nace homosexual; se nace negro, percudido o marrón.

La discriminación hacia las personas negras y hacia los no blancos es una discriminación del ser humano, (basada en el factor innato científicamente comprobado  del color de la piel) que todavía no se ha superado en nuestra América Latina y en el mundo entero.  El reclamo del LGTB, pragmáticamente no lo es. Los LGTB tienen derechos y deben ser respetados en su condición de ser humanos, ¡claro! Por supuesto que sí, pero para nada se asemeja a la reivindicación de las personas negras y de las personas nativas del continente Americano. Es necesario resaltar que el acto de discriminación es el mismo en todos los casos y deber ser erradicado, eso no está en discusión.

En relación al versículo bíblico. Varias personas “deliberadamente” se refieren a Ezequiel 16 para corregir el versículo bíblico de Génesis 19. Esto es usado de una manera muy sesgada.  La intertextualidad bíblica no es usada para “corregir” sino para profundizar en la compresión del texto bíblico.

Génesis 19 (RVR 1960)

5 Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos.
6 Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí,
7 y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad.

Ezequiel 16 (RVR 1960)

49 He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso.
50 Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité.
51 Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú hiciste.

 Judas 9 (RVR 1960)

Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas, por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.

Es claramente obvio que estos textos bíblicos no se contradicen, sino que se complementan y expanden la relación-significado de los acontecimientos. Sodoma Y Gomorra era ociosa, indiferente con el prójimo y soberbia, y además socialmente aceptaba prácticas homosexuales como forma de sometimiento, de violación y por voluntad propia.

Finalmente, el creer que el acto sexual entre dos hombres o dos mujeres no está en la voluntad de Dios,no nos hace homofóbicos. Porque la libertad individual, con la que nos ha creado Dios, es ejercida por cada ser humano para creer o dejar de creer. Por otro lado, lo que se está desarrollando es la naturalización del pecado. La soberbia de no reconocer que todos somos pecadores es cada vez más pronunciada. Las iglesias no son perfectas y muchas veces son usadas para intereses personales; sin embargo, no es válido afirmar deliberadamente que las iglesias son homofóbicas. El rol de la iglesia es el de denunciar la naturalización del pecado, y las personas tienen toda la libertad de aceptarlo, contradecirlo o negarlo.

Los derechos de las personas LGTB deben estar fundamentados NO desde una reflexión bíblica (porque se cae por sí sola), NO desde lo innato (porque no se nace homosexual – ¿cómo se explicaría la bisexualidad?), sino desde el simple hecho de que un homosexual es un ser humano-ciudadano que quiere vivir bajo sus propios preceptos.

En relación a lo del Currículo Nacional, lo comentaré en otra oportunidad.

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