Día Internacional de las personas con discapacidad y derecho a la comunicación

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BOLIVIA-

Por José Luis Aguirre Alvis-

En este mes de diciembre se dedica una jornada a conocer, debatir y deseablemente plantear caminos para trabajar sobre la situación de las personas con discapacidad (PCD). El Día Internacional de las Persona con Discapacidad, 3 de diciembre, se abrió desde 1992 en el seno de las Naciones Unidas asumiendo un valor gravitante para generar la toma de conciencia colectiva y así mundial sobre una situación que nos involucra a todos.

Para comprender la discapacidad primero se debe asumir que ella es parte consubstancial de la naturaleza humana. Así, nadie puede señalar que este es el caso de un sector en particular o una condición personal que exime a los que no tienen discapacidad.

La discapacidad es un rasgo universal y que en los últimos años tiende a incrementar números en cada escenario debido a la presencia de factores discapacitantes como son las enfermedades cardiacas, la presencia de enfermedades como la diabetes, más otros factores socioambientales que no tenían igual incidencia como en la actualidad. Según estimaciones de la OMS/OPS la realidad de la discapacidad alcanza por lo menos al 15% de cada uno de los estados de América Latina. Este significativo porcentaje comprende según las normas de cada país a por lo menos cinco sectores de discapacidad: visual, auditiva, física, mental, intelectual incluyendo además la discapacidad múltiple.

Desde el campo de la comunicación social la situación de la discapacidad es todo un reto, pues supone primero asumir que cada sector de la discapacidad tiene sus propias formas y canales de comunicación, así también cada discapacidad tendrá sus modos de acceso a la información. Segundo, que la realidad social que construyen los medios de difusión masiva sobre la discapacidad no ha superado los enfoques médicos que resultan en la idea de que la discapacidad es una enfermedad, e incluso que la atención de la PCD es tarea de centros especializados o que el mejor camino supone el promover formas de integración de los sectores o de la persona con discapacidad en sí.

Aquí, el papel de la sensibilización, y la contribución activa de comunicadores, y medios de difusión resulta importante en el cambio de mirada sobre la discapacidad para que se incorporen incluso en el lenguaje cotidiano y la misma cobertura de situaciones que implican personas con discapacidad un enfoque inclusivo y correspondiente a las normas vigentes nombrar adecuadamente cada situación antecediendo la noción de persona. Por ejemplo, discapacidad física, discapacidad visual, etc. Esta forma no corresponde a un recurso estilístico sino a una sintonía con los instrumentos normativos como es la Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad además que su importancia radica en garantizar por encima de cualquier situación funcional la exigencia de un sujeto con capacidad jurídica plena.

Por otro lado, el mismo potenciamiento de los sectores con discapacidad en competencias comunicativas es una oportunidad para que comunicadores sociales o activistas de los derechos a la comunicación se involucren en espacios y experiencias que viabilicen las condiciones para la expresión autónoma y propia, el uso y valoración de los sistemas alternativos de comunicación de las personas con discapacidad, la presencia creciente de espacios inclusivos en los medios no sólo con la audio descripción, o el uso de recuadros de traducción en lengua de señas, sino en la posibilidad de la presencia efectiva de personas con discapacidad generando y ofreciendo información y activando la comunicación en medio de las demás ofertas de contenidos. El papel de los comunicadores y de los medios también se hace necesario en acciones cotidianas como la justa representación de la discapacidad en el lenguaje, términos, imágenes, y observando también quiénes hablan o median su palabra.

Para la WACC como movimiento global, y para la WACC AL, como espacio regional de trabajo por el derechos a la comunicación de todos y todas, el ingreso a la comprensión y trabajo por una comunicación inclusiva y con ella a visualizar las distintas dimensiones que nos retan a ver la comunicación como un espacio de encuentro y relacionamiento cotidiano con las personas con discapacidad, además de contribuir a la construcción del derecho a la comunicación desde la diversidad es una consigna y vocación desde servicio que encuentra impulso en la misma misión evangélica de dialogar, crear y transformar el mundo desde la palabra.

La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de promulgada por la Asamblea General de la ONU el 13 de diciembre de 2006 ya nos modifica el enfoque sólo médico para introducir la mirada de la inclusión comprendiendo que son el entorno físico más las barreras actitudinales y de desconocimiento de esta realidad las que conducen justamente a la presencia de la discapacidad.

El autor es Presidente del Comité Ejecutivo regional de la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana América Latina-WACC

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