La estrategia discursiva del integrismo peruano en su campaña contra el enfoque de género

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Manifestantes protestan contra currículo del Ministerio de Educación (Mineudu) (Foto: Twitter ‏@_impactoe)

PERÚ-

Por Juan Fonseca-

Desde que empezó la campaña del integrismo evangélico en el Perú contra el enfoque de género en la educación, sus voceros han desfilado por los medios para sostener sus posturas y debatir con diversos especialistas. Los medios, respetando el principio de pluralidad, les dan cabida como corresponde a una sociedad democrática. Sin embargo, creo que deberían tener en cuenta algunos criterios para tomar los argumentos del integrismo en su debida dimensión.
La mentira planificada
Los fundamentos de esta campaña están basados en mentiras, que se siguen repitiendo sin ningún escrúpulo. Aquí algunas de ellas:
  • Dijeron que la Guía de Educación Sexual Integral del 2014, que originó el “escándalo” había sido repartida a todos los estudiantes. Falso, porque era una guía para docentes de primaria, y ni siquiera fue distribuido. Estuvo colgado en la web del Ministerio del Educación (en adelante, Minedu) efectivamente, pero nunca entró en vigencia y fue reemplazado por otra guía de tutoría[1]
  • Confundieron a la gente difundiendo imágenes de publicaciones educativas del extranjero como si fueran del Minedu[2]. Por ejemplo, usaron los dibujos de la española Chrysallis Euskal Herria de niños con vagina y niñas con pene para montarlos sobre publicaciones del Minedu. Una acción que bordea lo delictivo.
  • Beatriz Mejía[3] ha salido en varias entrevistas con una publicación del Estado uruguayo sobre educación sexual, haciendo creer que es del Minedu. Claro, luego dice que no es del Perú, pero luego de sembrar el miedo en la audiencia. Eso es realmente antiético[4].
  • La mentira mayor es la que sostiene que el Currículo Nacional promueve la homosexualidad. Sobre esto el Minedu y decenas de analistas han demostrado que es una total falsedad[5]. Pero los voceros del fundamentalismo siguen repitiendo que es cierto, y lamentablemente mucha gente sencilla les ha creído.
Los objetivos político-religiosos
Esta campaña no tiene ningún fin altruista y no es producto de una demanda legítima de la sociedad civil. Detrás de ella están grupos de poder influyentes que de manera coordinada utilizan la buena fe de la gente para sostener su poder. Desde el lado religioso, Carlos Bedoya ya ha descrito los actores principales de esta campaña en el mundo evangélico[6]. Hay que agregar a su lista a las Asambleas de Dios del Perú, la denominación más grande del mundo evangélico, que se retiró del CONEP hace poco y que se ha embarcado en esta campaña. Los líderes visibles del lado religioso son un grupo de pastores políticos que desde hace años están socavando la institucionalidad evangélica para asociar el discurso fundamentalista con la identidad evangélica. Ahora se han erigido en los líderes mediáticos de una confesión religiosa que tiene casi cinco millones de adherentes en el país, muchos de los cuales discrepan de Guillermo Aguayo, Alberto Santana, José Linares y Beatriz Mejía ¿Por qué estas personas hablan en nombre de la iglesia evangélica cuando nadie los eligió para ello?
El otro gran actor religioso es el integrismo católico, cuyo máximo representante es el cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima. Pero también varios obispos ultraconservadores del país se han unido a la campaña. Aunque estos suelen mirar con desdén a las masas evangélicas, ahora deben estar felices al ver cómo los sencillos fieles evangélicos trabajan en las calles para fortalecer el poder del catolicismo conservador en el país.
Por otra parte, muy estratégicamente, suelen camuflar su rol religioso presentándose como portavoces de los padres de familia del país. Al inicio de la campaña, José Linares aparecía acompañado de unos supuestos presidentes de una asociación nacional de Apafas[7] ¿Algún periodista ha averiguado si esa asociación existe? Y si existe, ¿está actuando luego de algún acuerdo colectivo de las Apafas del país sobre el tema? ¿Por qué dicen representar a padres de familia que no los eligieron?
El otro lado es el político. Ahí está la bancada religiosa, que cruza los diversos partidos políticos. Al estilo de la ultraconservadora bancada evangélica en Brasil, en el Perú se ha conformado una agenda transpartidaria que reúne a parlamentarios evangélicos fundamentalistas como Julio Rosas (APP), Tamar Arimborgo y Juan Carlos Gonzáles (fujimorismo), y Moisés Guía (PPK), así como a otros no evangélicos como el fujimorista Marco Miyashiro y el general Edwin Donayre (APP). Fuera del Congreso, políticos ultraconservadores, como el alcalde limeño Luis Castañeda Lossio, Luis Solari o Antero Flores-Araoz, también apoyan esta campaña.
Esta gran alianza político-religiosa, además, replica mecanismos usados en otros países para debilitar al Estado laico y, finalmente, socavar desde dentro los valores democráticos de la convivencia. Colombia y Brasil son buenos ejemplos. Además, la ultraderecha religiosa norteamericana apoya decisivamente estas campañas[8].
El camuflaje con lo científico
Investigadores como Jaris Mujica y Juan Marco Vaggione ya han develado las estrategias del activismo conservador[9]. Una de ellas consiste en barnizar su discurso religioso de categorías académicas para hacer creer a la gente que los debates sobre género confrontan dos posturas científicas igualmente válidas. Incluso sacan a relucir a sus “especialistas” o “investigaciones”. Aquí algunos ejemplos:
  • Hace unos meses, Luis Solari publicó un tuit diciendo que el Colegio Americano de Pediatras afirmaba que la “ideología de género” daña a los niños. El reconocido médico Elmer Huerta inmediatamente aclaró que dicho grupo era una asociación pequeñita de pediatras ultraconservadores anti-lgbt y que la Asociación Americana de Pediatría era la reconocida por la comunidad científica[10].
  • Mejía suele mencionar un estudio de la “doctora” Gloria Huarcaya sobre la “ideología de género” en los libros de texto escolares. Bueno, la “doctora” (en realidad una licenciada[13]) es parte del equipo del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad de Piura, un centro de estudios ultrareaccionario, asociado al Opus Dei[14]. Lo mismo ocurre cuando mencionan los estudios de Jorge Scala, un escritor ultraconservador argentino quien inventó la categoría “ideología de género”, cuyos vínculos con la derecha católica latinoamericana son harto conocidos.[15]
  • Rosas suele decir que las categorías de orientación sexual e identidad de género no están sostenidas por la ciencia. Bueno, una breve descripción de lo que dice al respecto la American Psychological Association[16].
  • Beatriz Mejía y Christian Rosas[11] suelen aludir en sus entrevistas a una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, en el que supuestamente 47 jueces establecieron que el “matrimonio homosexual” (sic) no era un derecho humano. Como lo explica el antropólogo Jesús Rivas, eso es falso, pues dicha decisión solo fue tomada por 7 de los 47 jueces. Además, lo que el fallo planteó era que respeta la discrecionalidad de cada Estado en lo referente a las uniones igualitarias. Finalmente, el mismo tribunal ha establecido en otros fallos que los Estados deben proteger los derechos de las parejas lgbt a partir de diversas formas jurídicas[12].
Reflexiones finales
Las opiniones de los analistas ultraconservadores son respetables ciertamente. Pero sería más honesto que se sinceren y admitan que sus “especialistas” solo tienen alguna audiencia dentro del reducido círculo de las instituciones religiosas reaccionarias y carecen de reconocimiento en la comunidad científica. Más importante aún, como lo muestra el estudio de José Morán[17], los interlocutores científicos de los ideólogos ultraconservadores debe mostrar cómo estos construyen su aparato conceptual sobre la base de ideas religiosas conservadoras que legitiman formas de concebir lo humano desde cosmovisiones pre-científicas y alejadas del respeto a la diversidad.
Una recomendación final. Hay varios líderes religiosos progresistas que podrían desarticular con solvencia la manipulación fundamentalista de la doctrina cristiana en relación con la sexualidad desde las propias categorías teológicas. Deberían ser escuchados más por los medios. Y también por las iglesias.
Referencias
[3] Mejía es una abogada que defendió al cuestionado empresario de los medios Genaro Delgado Parker. Asimismo intentó infructuosamente postular a la presidencia en el 2006 con el partido evangélico Reconstrucción Democrática (http://www.noticiacristiana.com/soc…)
[7] Asociación de Padres de Familia en las escuelas.
[11] Christian Rosas es hijo del congresista y ex pastor Julio Rosas. Rosas hijo es uno de los principales operadores mediáticos de la campaña.
[16] http://www.apa.org/centrodeapoyo/se…), la más influyente asociación de psicólogos del mundo

 

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