PERÚ-
Jorge Arboccó Gallardo- Asociación Paz y Esperanza/ALC Noticias-
El Foro Social Panamazónico inició el 29 de abril, por los pasillos confluyen “todas las sangres”, lo cual, incluye todo tipo de culturas, visiones, propuestas y creencias.
La Iglesia Católica desde su movimiento de Pastoral de la Tierra; los líderes evangélicos movilizando una agenda desde liderazgos jóvenes identificados con la acción social; algunos ronderos peruanos que fundamentan sus estatus indicando que siguen como norte a Cristo y José Carlos Mariátegui; líderes de base muchos de ellos de otras religiones o creencias, o sencillamente ateos. Todos han confluido con un mismo sentir, la defensa de la Madre Tierra, la defensa de la Amazonía.
Cada uno responde al llamado del Bosque y hoy se resalta la mesa de territorialidad, que ha sido una de las primeras mesas de trabajo en iniciar. Se resalta la lucha por la defensa de la tierra y el territorio, el mismo responde a varios nombres: Pachamama, Madre Tierra, Abya Yala (refiriendo al territorio de América Latina). Se habla de la conservación de la Casa Común, de la mayordomía y cuidado de la creación, de las luchas por la tierra.
Toda esta confluencia de conciencias, nos recuerda las palabras de Leonardo Boff cuando nos habla de una necesaria ética para la Madre Tierra y dice: “Necesitamos, urgentemente, una ética regeneradora de la Tierra, que le devuelva la vitalidad vulnerada a fin de que pueda continuar regalándonos todo lo que siempre nos ha regalado. Será una ética del cuidado, de respeto a sus ritmos y de responsabilidad colectiva. Pero no basta una ética de la Tierra. Es necesario acompañarla de una espiritualidad.”[1]
Esa espiritualidad en el FOSPA, resulta siendo una espiritualidad ecuménica; la oikoumenē, la tierra habitada, nos llama a unirnos. Muchos dirán que es una espiritualidad apostata, pero no puede haber unidad si no se reconoce y respeta la diversidad. No puede existir real inclusión y participación sin el respeto del otro, de aquel que pensando distinto sigue acompañándonos en esta casa común, y es mucho más importante esta unidad si esta significa, denunciar a los seguidores de Mammón, del dios de la codicia que hoy nos lleva a la destrucción de la creación.
Así nos cuenta Román Pulido, abogado de la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC), que nos dice: “el llamado del bosque que nos convoca desde el FOSPA, no solamente nos llama a un cambio sobre la situación climática, sino social y cultural, no sólo de la amazonia, sino del Planeta entero, es un llamado de atención a toda la humanidad. Para atenderla, debemos aprender de todos pero, de manera especial de hermanos como los pueblos indígenas, que tienen propuestas desde otra forma de entender el mundo y buscar la resolución de problemas sociales, ambientales y culturales. Debemos atender éste ejemplo de los pueblos indígenas pues, son muchos de ellos los que más han venido defendiendo la vida desde hace mucho tiempo atrás”
Escuchemos estos llamados, abramos ojos y oídos, escrudiñemos todo, retengamos todo aquello que nos ayuda a confluir en la defensa de la vida misma.
[1] https://leonardoboff.wordpress.com/2017/04/06/una-etica-para-la-madre-tierra-2/