Declaración de Alianza ACT sobre la 52ª Asamblea de OEA: “Nuestra fe no violenta ni discrimina”

La Alianza ACT dio a conocer una Declaración sobre la 52° Asamblea de la Organización de Estados Americanos-OEA- que se realizó la semana pasada en Lima, Perú. FESUR representó a la Alianza en la Asamblea. “Desde la alianza y las organizaciones basadas en fe que representamos, notamos con preocupación la influencia que colectivos de trasfondo religioso vienen ejerciendo en el discurso político de los gobiernos, en la creación y/o modificación de normas que impiden el desarrollo legislativo de los derechos humanos, así como en el desmantelamiento de políticas públicas favorables a derechos como la educación sexual, y la eliminación de la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes”, dice la declaración.

La Declaración completa puede leerse aquí:

  1. Los derechos humanos solo pueden ser garantizados si se enfrenta decididamente la desigualdad y discriminación que afecta a millones de personas en todos los países del continente, y más gravemente aun a las niñas, niños y adolescentes, las mujeres, los pueblos indígenas, las comunidades negras y afrodescendientes, las personas con
    discapacidad, las personas migrantes, la comunidad LGBTIQ, entre otras.
  2. A la luz de las reflexiones y el diálogo realizado durante estos días, es nuestra convicción que se trata de situaciones que deben abordarse desde la interseccionalidad y desde un enfoque de género.
  3. Desde la alianza y las organizaciones basadas en fe que representamos, notamos con preocupación la influencia que colectivos de trasfondo religioso vienen ejerciendo en el discurso político de los gobiernos, en la creación y/o modificación de normas que impiden el desarrollo legislativo de los derechos humanos, así como en el desmantelamiento de políticas públicas favorables a derechos como la educación sexual, y la eliminación de la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes.
  4. Es por nuestra fe que continuamos visibilizando, luchando y exigiendo justicia oportuna y plena en contra de las violaciones a los derechos humanos y nos comprometemos a ofrecer un testimonio que sea también constructivo para la democracia, la convivencia pacífica en sociedades plurales, y el reconocimiento pleno de la dignidad de todas las
    personas.
  5. Por lo expuesto, rechazamos la forma en que los discursos religiosos y de fe son instrumentalizados y promovidos por algunos sectores para estigmatizar a otros sectores de la sociedad, para negarles sus derechos e incrementar su vulnerabilidad, poniendo en riesgos sus vidas y dignidad. Se trata de comportamientos que agravan las desigualdades históricas que caracterizan nuestra región, coadyuvan al deterioro de la institucionalidad democrática, y se oponen al mandamiento radical de nuestro Señor Jesucristo de amar sin ningún tipo de discriminación.

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