Compromiso de la iglesia Presbiteriana de Colombia con los procesos de Paz en el país

Delegación de PCUSA e IPC en zona de conflictos (D.Higuita)

Delegación de PCUSA e IPC en zona de conflictos (D.Higuita)

COLOMBIA-

En Colombia se está en Diálogos de Paz con el objetivo de cerrar el capítulo de 53 años de conflicto armado interno que se ha dado con las insurgencias. Hoy se goza del placer de haber firmado el Primer Acuerdo de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo, organización conformada como Partido Político (Fuerza Alternativa Revolucionarias del Común – FARC).  La Iglesia Presbiteriana de Colombia (IPC) acompaña estos procesos, junto a otras organizaciones.

También, en Quito, Ecuador, se adelanta una Mesa de Diálogo de Paz entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional – ELN, quedando otros grupos insurgentes por entrar en posibles diálogos de Paz como el Ejército Popular de Liberación – EPL.   Estos esfuerzos por alcanzar una Paz Justa, verdadera y sostenible, se le ha otorgado un apellido denominado: Paz con Justicia Social.

La Iglesia Presbiteriana de Colombia (IPC), consciente de su papel evangelizador, articulada a otras comunidades de fe como Teusaquillo Territorio de Paz – TTP y a la Asamblea Colombiana de Religiones y Espiritualidades – ACRE, como a diversas  Organizaciones Sociales, entre ellas,  la Mesa Social para la Paz – MSP, movimiento que agrupa más de 100 organizaciones sociales, ha venido teniendo varias acciones de apoyo a la paz integral con opción preferencial desde las comunidades más vulnerables, al igual, un incansable trabajo por la implementación de los acuerdos firmados con las FARC y el acompañamiento permanente a la Mesa de Diálogo en Quito, Ecuador.

Ahora bien, el orden público no ha sido el más adecuado para los líderes sociales, donde entre el 2016 y lo que va del año del 2017, han sido asesinados más de 200 personas trabajadoras de sociales y otros cientos de campesinas y campesinos asesinados por luchar en la recuperación sus tierras, como otras acciones bélicas, entre otras en todos los territorios del país.  ¿Qué puede significar estos datos estadísticos de violencia?  Significan que el desafío que tenemos como pueblo de Dios encarnado en las comunidades necesitadas es mucho mayor y se requieren compromisos desde la Iglesia local, como también, de la familia ecuménica e interconfesional, nacional e internacional.

Otro ejercicio que ha venido desarrollando la IPC desde su credibilidad ética y moral, es servir como  veedora de los conflictos en los territorios, como también, el acompañamiento permanente a las zonas transitorias de paz con las personas que han dejado las armas. En ese proceso la Iglesia fue llamada a ser testigo ocular en la entrega total de todas las armas de las FARC.

Delegación IPC y PCUSA en Llanos, Colombia (d.Higuita)

Delegación IPC y PCUSA en Llano Grande, Colombia (d.Higuita)

Tareas a seguir quedan varias, entre las cuales se encuentran:

  • Integrar la Comisión de Participación desde la Sociedad Civil en el punto número uno (#01) de la agenda en Quito, Ecuador.
  • Apoyar las movilizaciones obreras, campesinas, étnicas y demás, en pro de la materialización de lo acordado entre las FARC y el Gobierno Colombiano.
  • Conformar un grupo de acompañamiento permanente en las zonas de más alto riego donde la vida de los desmovilizados y trabajadores sociales corren peligro.
  • Generar un espacio de Educación para la Paz, donde se generen líderes y lideresas capacitados en programas de Mediación de Conflictos y Reconciliación.
  • Seguir apoyando el programa de Territorios de Paz y sus propias agendas según su necesidad.
  • Agendar en su dinámica evangelizadora el acompañamiento a los primeros 20 años a la consolidación a la Paz Integral.
  • Animar las vigilias por la Paz en la vida ecuménica e interconfesional a nivel nacional e internacional.

 

 

 

 

 

 

 

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